Como
todo género musical existente, el Metal está sujeto a todo tipo de etiquetas
formales con las que se suele distinguir un subgénero de otro y gran parte de
aquellas 'distinciones' toman en cuenta factores como la estética sonora, lo
que permite, por ejemplo establecer la clara diferencia entre género 'hermanos'
como el Thrash, el Death Metal e, incluso, el Black -con el permiso de otros
estilos definidos-. Sin embargo, y esta vez enfocándonos dentro del mismo Death
Metal, existe una agrupación que barre con todas las formalidades impuestas
tanto por la 'crítica especializada' como por la misma industria. No solo por
su sorprendente evolución dentro del mismo género a nivel sonoro, sino también
por el concepto plasmado en la música, donde la putrefacción y la insalubridad
que tanta repulsión nos genera como sociedad termina reflejando nuestra esencia
como humanos, corrupta y en estado de eterna decadencia, retratada 'sin pelos
en la lengua'.
Es
innegable que Carcass, si lo miramos
a nivel de estilo, debe ser, por lejos, la agrupación que definió las bases de
lo que sería el Death Metal en su faceta más 'bestial', conocido también como
'death-grind', 'grindcore' o 'goregrind'. Al mismo tiempo, y gracias al impacto
generado tras la aparición del insuperable Heartwork
(1994), se abría el paso hacia un sendero más melódico dentro del
género, camino que no tardaría en tomar la escena de Gotemburgo (Suecia)
representada por In Flames y Dark Tranquility. En resumen, hablar de
Carcass es hablar de la historia del
Metal Extremo desde su concepción hasta la 'madurez' con que el género se ganó
un lugar de respeto en base a constancia, actitud e innovación.
HEDORES
INSALUBRES
Por supuesto, la influencia que ejercen los
de Liverpool durante más de tres décadas tiene sus bases establecidas
precisamente en sus raíces, allá en la segunda mitad de los '80. Por entonces,
las glorias del Heavy Metal -Judas
Priest, Iron Maiden, Dio- alcanzaban su madurez creativa y
se erigían como referentes supremos para las siguientes generaciones luego de
sus buenos años manteniendo en alto la bandera del género. Desde Estados Unidos la
oleada glam liderada por Mötley Crüe,
Guns 'N' Roses y Poison se tomaba el mundo a través de
la radio y la cadena MTV era su principal plataforma de difusión. Paralelo a
aquello, el Thrash Metal -con Metallica,
Slayer y Kreator a la cabeza- se consolidaba como la revolución sonora que
le recordaba al Metal su razón de ser y, por ende, de a poco se esparciría por
el mundo como una infección a la que nadie podría permanecer inmune. Bajo el
alero del Thrash, en tanto, jóvenes agrupaciones como Possessed y Death
armaban sus pinos para lo que sería la secuela de la mencionada revolución,
menos abierta a la melodía y mucho más bestial. El naciente Death Metal de
fines de los '80 pasaría a imponer sus propias reglas en la escena una vez
comenzado el siguiente decenio.
Sería
precisamente aquel panorama que se les presentaba al joven Bill Steer, un
adolescente que, por entonces, integraba una banda llamada Disattack, cuyo estilo denotaba la venenosa influencia
Hardcore-Punk/D-Beat por parte de referentes como Discharge, Agnostic Front
y Amebix. Una vez registrado el demo
A Bomb Drops... (1986), el
puesto de bajista es tomado por Jeff Walker, guitarrista y cantante proveniente
de Electro Hippies. La formación,
entonces, atraviesa por una serie de cambios internos, lo que aprovecha Bill
Steer para unirse a unos jovencísimos Napalm
Death, con quienes registraría aquel
grotesco y salvaje LP debut titulado Scum
(1987), cuya portada sería diseñada por el mismo Walker.
La dirección musical que tomaría la banda tendría,
como consecuencia, el cambio de nombre, conllevando también al cambio de integrantes.
Es así como Bill retoma contacto con el baterista Ken Owen, con quien asistió a
la misma escuela y formó aquella banda que, hasta entonces, parecía haber
quedado en el recuerdo infantil. De esta manera, se constituía la primera
formación de Carcass. Andrew Pek,
rebautizado como Sanjiv luego de un viaje a la India, alcanzaría a registrar un
demo, tras lo cual se retira de la banda, por lo que Jeff, además del bajo,
asume el puesto de la voz. Steer, Walker y Owen conformarían la primera
alineación oficial de la banda, aquella que concretaría aquel podrido y sucio
LP debut titulado, apropiadamente Reek
Of Putrefaction (1988), una placa que contendría la inusual cantidad de
¡22 canciones! y 40' minutos de ruido indescifrable, paranoia descontrolada y
gruñidos tan ilegibles como alienados. Horror en su estado máximo plasmado en
las letras de Jeff Walker, cuya fascinación por el snuff y el gore lo
impulsarían a escribir historias sobre desmembramientos, necrofilia, cadáveres,
vísceras y todo clase de horrores que develaban el lado oscuro de la medicina,
área de la cual Walker es un estudioso confeso. La prensa especializada, como
era de esperarse, destroza sin piedad la placa y entre los seguidores del Metal
Extremo se genera una división esperable: entre sus detractores -la mayoría más
conectados con el Thrash y el Heavy más tradicional- y quienes ven con buenos
ojos aquella descarga de brutalidad animal que, a pesar del shock general en un
principio, no tardaría en conseguir adeptos, sobretodo entre un público más
ligado al Hardcore-punk que al Metal que después sería su firma. Una prueba de
aquello sería el espaldarazo del mítico Dj y conductor de radio John Peel
-histórico locutor de la BBC y reconocido por su apoyo al underground musical
desde los años 60-, quien invitaría a la joven agrupación a participar en su
programa radial, donde aprovecharían la oportunidad de presentar algunos cortes
que serían incluidos en el siguiente Symphonies
Of Sickness (1989).
CERTIFICADO
DE MUERTE
A
mediados de los '90, y con tres placas en estudio bajo el brazo, Carcass da el
salto en grande. Heartwork (1994),
se erige como un clásico instantáneo al reflejar la sorprendente evolución
hacia un sonido más depurado respecto a sus inicios, con notorios retazos
melódicos y letras mucho más profundas respecto a lo expuesto anteriormente. Si
en EE.UU. la escena tenía como cabecillas a Cannibal Corpse, Carcass sería su contraparte más madura
pero manteniendo la contundencia brutal con que pasarían a liderar el
movimiento en Europa. El éxito llega a tal punto que el video del corte-título
se haría un habitual en la programación de MTV a través de su programa
"Headbanger's Ball", simbolizando con clase la consolidación de un
género que, hasta entonces, parecía permanecer relegado a un circuito
subterráneo que poco y nada tenía que ver con las tendencias reinantes de esos
años. Un detalle importante es la carátula, diseñada por el mítico artista
suizo H.R. Giger, el creador de la figura de Alien y quien también realizó
diseños para agrupaciones como Emerson,
Lake & Palmer, Magma y Celtic Frost. En lo musical, el
soberbio trabajo de armonías en las guitarras erige a la dupla compuesta por
Bill Steer y Michael Amott como una de las duplas guitarreras que marcaría el
camino del Metal durante la década de los '90, mientras Jeff Walker se afirma
merecidamente como una de las voces definitivas del género en su faceta extrema
con la madurez propia de los grandes. Sin embargo, los buenos tiempos suelen
ser etéreos: la banda decide dar el paso hacia un estilo más orientado al Hard
Rock de vieja escuela "a la Thin Lizzy" y publica, en 1996, el
sub-valorado Swansong. La gira
como teloneros de Iron Maiden no aminora en absoluto la decepción por parte
de los fans, quienes reprobaron duramente el giro estilístico adoptado por una
agrupación que, en sus comienzos, representaba 'lo peor' de la podredumbre
musical. Gran parte de aquel giro hacia el rock clásico se debió a la
influencia de Michael Amott, quien, además de Arch Enemy, encontraría su espacio en unos primigenios Spiritual Beggars. Poco después, en 1999, Amott formaría parte de Firebird, donde la influencia de Eric
Clapton fluiría de manera natural. Aquel, mismo 1999 (rebrero), por otro lado,
sería fatídico para n componente fundamental: Ken Owen sufre una hemorragia
cerebral, la cual lo mantendría postrado durante todo el año. Como consecuencia
de aquello, nunca pudo replicar aquella experticia desplegada que lo volvió un
auténtico referente del género en su instrumento.
CIRUGÍA
EN BASE A ACERO
2007
llegaría repleto de sorpresas. En septiembre de ese año, Michael Amott se
encarga de dar la 'buena nueva: una reunión con Bill Steer y Jeff Walker, con
quienes ha estado ensayando en secreto para una gira, por primera vez en más de
una década como Carcass. Ken Owen,
debido a las secuelas generadas por su enfermedad, debe desistir de participar
-solo actuaría en algunas fechas como invitado en algunas canciones, incluso
despachándose un solo de batería para demostrar cuán en forma se encontraba
desde aquel complicado 1999-, por lo que su lugar es ocupado por el sueco
Daniel Erlandsson (Arch Enemy). Lo
que parece una gira solo para participar en algunos festivales termina
extendiéndose por todo el orbe, al punto de agendar fechas en Sudamérica
(Chile, incluido). La gira se extiende hasta 2010 y la banda, para entonces, se
erige como cabeza de cartel en festivales de la talla de Bloodstock y Hellfest,
este último con el cuarteto interpretando el colosal Necroticism Descanting The Insalubrious (1991). Sin embargo,
una sensible baja generaría dudas respecto a la estabilidad interna: Michael
Amott, quien había anunciado la noticia esperada por toda una generación cinco
años atrás, decide dar un paso al costado para enfocarse de lleno en Arch Enemy, paso que también seguiría
su compañero Erlandsson. Todo ocurriría en pleno trabajo para lo que será, un
año más tarde, la nueva placa de los de Liverpool luego de 17 años.
Surgical Steel (2013) disiparía todas las dudas respecto a la continuidad de la banda y a su legado aún vigente. Pese a los años transcurridos, queda fuera de discusión las capacidades del cuarteto al momento de concebir un trabajo que rememorara los mejores momentos del pasado, aunque a veces abusa bastante de la nostalgia. El papel de Daniel Wilding en la batería roza, por momentos, el toque letal de Ken Owen, mientras Bill Steer y, en especial, Jeff Walker, sellan su firma como los cirujanos en el pabellón de operaciones. Precisamente, aquel equipo de operaciones será el mismo que protagonizará su tercera visita a nuestro país el próximo 29 de Junio. Será un encuentro donde lo más nauseabundo de nuestra naturaleza sembrará estragos donde aún vemos flores y colores.
Escrito por: Claudio Miranda
Un combo triple de metal internacional anunció su arribo hace unos días: Carcass, Lamb of God y Heaven Shall Burn confirmaron una cumbre épica para el 29 de junio en el Teatro Caupolicán. La venta de entradas comienza hoy.
Carcass acaba de protagonizar una de las grandes reapariciones del estilo en la última década, respondiendo a su status de ser una de las bandas pioneras del death metal, desde sus inicios en el lado más goregrind y luego su evolución hacia formas más melódicas que resultaron determinantes para todo el género. Su último disco fue el aclamado “Surgical steel” (2013).
Por su parte, Lamb of God es una de las bandas más importantes del groove metal y metalcore de este siglo, de eso da cuenta su popularidad y sus siete discos, siendo el más reciente “VII: Sturm und drang” de 2015. Fueron parte de la primera versión del festival Santiago Gets Louder, además de otros shows en solitario, siempre con una impactante convocatoria que sabe que durante los últimos 15 años han liderado este lado del metal. El 2015 grabaron su octavo disco de estudio “VII: Sturm und Drang” que han presentado en buena parte del mundo y un EP el 2016 “The Duke”.
Heaven Shall Burn, trae su último disco “Wanderer” de 2016, que refrenda su sitial en la escena de metal más melódico y metalcore.
Además, de los nacionales de Forahneo.
El show se realizará el 29 de Junio en el Teatro Caupolican. Las entradas para este concierto se encuentran disponibles en Ticketek.cl, Falabella, Kmuzzik, The Knife (Eurocentro) y Centro Ticketek (Antonio Bellet 230, Providencia. Callcenter 2 2690 2000.
Sin cargo y sólo en efectivo en tienda The Knife Music (Eurocentro) y en Rockmusic (Portal Lyon).
>>Sólo 1500 entradas de cancha<<
Valores sin cargo por servicio:
Palco: $40.000
Cancha: $29.000
Platea: $29.000
1 Comentarios
Y SU CONCURSO PARA GANAR UNA ENTRADA PLIS
ResponderEliminarJuan Carlos Roman