El día de Metal Nacional comenzó con la banda Raper arriba del escenario, con una actitud distinta a como los había visto en el Metal on Night. Si bien, tocaban sus temas que son medios Sodom, medio ellos, lo cierto es que me lo pasé fenomenal y, cuando ya tenían la atención de todos los presentes (que la verdad a esa hora no eran muchos, pero eran), sonó una intro de tambores que todos los presentes en algún momento de nuestra vaga existencia hemos escuchado: Motorbreath. Fue una forma de aumentar el wattage de su presentación y dejar la vara bien alta para el resto del show, porque era un tema de la vieja Metallica tocado a la pinta de ellos y eso se agradece siempre en un cover. Con frenesí tocaron temazos clásicos como Missing Jesus, fue una buena apertura apostar por ellos.
El nivel como que anduvo cayendo con la segunda banda encima del escenario, Unnamed Desire, que si bien no anduvieron mal escenicamente, tampoco fue un volumen de presentación a la altura. Trajeron su propia producción de trajes, micrófono de esos que usaba Frank Sinatra (amigo de Carlo Gambino, el mayor mafioso de USA), y una pila de gente que no cabía muy cómodamente en el escenario. Me pareció que su actitud era como la que uno cuando chico adoptaba en el momento de disertar frente al curso, no me convenció la banda, sin embargo les deseo éxito, pues su propuesta tampoco es mala, pero deben pulir harto todavía (sobre todo las voces).
Creí sinceramente que con el Show de Hexagram, Perro Loco - los siguientes en subir - se iba a ver opacado, sin embargo ocurrió todo lo contrario, dejando a todo el público expectante a la próxima presentación de Krudo. Temas como el homónimo Perro Loco y Ruta 5 Norte - pa' los piscoleros - prendieron la masa, llegando al ápice el ascenso de un tal Mono, amigo de la banda que subió a cantar un tema más poderoso que una patá de Chuck Norris. La banda se despidió entre vítores, triunfantes de forma inesperada, pero excelente.
Krudo es una banda que al parecer no tiene el dominio escénico de otras bandas más experimentadas. Se notaban muy nerviosos, ansiosos de comenzar y de dar todo de si, hicieron cabecear a la gente y me incluyo, pero cuando iban viento en popa, un problema de acoplo en el micrófono molestaba frecuentemente al vocalista de la banda, Cristián Arriola. Es ahí cuando estira la mano para apagar el micrófono inoperante que lo vi tembloroso. A pesar de eso, sacó adelante la presentación y con el tema Asesino - un SEÑOR TEMA - hizo corear a algunos chascones del local que miraba con respeto y admiración.
Wormhole, no los conocía, pero fue un agrado hacerlo, sobre todo el Jack Sparrow del baterista que se echó una baqueta tocando tan fuerte. Con una sarta de buenos temas como F.L.A.I.T.E., y un discurso breve y preciso para finalizar con Mapuche. De hecho se armó un molesto mosh de algunos pitiaos de la cabeza que no saben disfrutar la wea y se dedican a puro joder - Tío Tom Araya los definiría como POSERS - en vez de disfrutar. Y no tengo nada en contra los mosh, al contrario, pero si son 3 o 4 weones dando jugo, que se pegue entre ellos y ya.
Y llegó uno de los momentos que más esperé, la Caravana de la Destrucción... con un Absolut Vodka de estandarte subió Rajavana y le hizo honor a su reputación de banda destructiva y demencial. Generación Tras Generación son los sonidos de un concepto que no muere, de una sonata que no acaba, de un funeral infinito, del nacimiento del odio productivo, del "positivismo de negatividad"... Y fue Raúl Apkalus el encargado de darle a esas Almas Líquidas un momento de poder y desahogo, de paz de espíritu y ferviente cólera contra lo injusto. Rajavana salió a resolver asuntos pendientes de otras bandas que no pudieron hacer lo que hizo un sólo Frontman. Baños de cerveza, hacer gritar a los Metalheads, cascadas de vodka al seco, este tipo tiene una energía tremenda. Garantía de buen show a donde vaya.
Y el Festival Nacional continuó su camino a la cima con la presentación full esperada de Vastator. Eso es a lo que yo llamo producción, carajo. con un disfraz de "Grim Reaper" apareció Felipe Hernández cuya presencia fue marcada bajo el castigo de la hoz y el romanticismo de la sonata fúnebre. Luego se incorpora entre la nube de humo el gran Peyote Barrera. Con un lesionado Gerardo "Chicho" Barrenechea que hizo caso omiso a los mandatos del médico de "no hacer ningún esfuerzo físico", Vastator entregó corazón, hermandad y poder con su Speed Metal impecable, melódico y bien trabajado. Una preciosa puesta en escena que pasó por varios de sus temas ochenteros como Las Joyas del Cura y Máxima Entropía. Que maravilla, que desplante, que dominio del público que coreaba las canciones, que producción, que poder y dedicación. Es algo que se agradece sobremanera siempre.
Culmina mi visita con Nuclear. Era la banda más esperada de la noche, el broche de oro con el que todos se irían contentos pa la casa. Con una rutinaria preparación de los instrumentos salió a desatar la ira, la critica social y anti-dogmática, anti- sistema y ensordecedora bomba sónica de potencia en el léxico de Matías Leonicio. Con un gran palo encebado de 2 metros le dedicó una frase a las bandas tributo, desatando cierta admiración por parte de muchos de los presentes. Un Show para cabecearlo, moshearlo, pegarle hasta a la mamá (no tan así, no le peguen a la vieja), un lindo mensaje a los políticos en campaña, a los hijos de puta del gobierno y la oposición y una impecable presentación posterior del EP APATRIDA con 2 temazos de citado EP: Architects of War y el infaltable e infalible Apátrida.
Lamentablemente después del show de Nuclear, tuve que abandonar el recinto, pues mi compadre me iba a alojar y por ende si él decía que nos fuéramos, no podía decirle que no. Por mi me hubiese quedado hasta el final, pero finalmente no pasó en esta ocasión. Pero bien me parece ver tanto talento nacional puro y original, under que es parte de tu familia y que además tienen una dedicación y un profesionalismo casi anglosajón. Me gusta mi escena Metal Nacional y estoy honrado de haber visto lo mejor de lo mejor de mi país en un solo lugar y de forma tan hermanable.