Hola lectores y lectoras de Metal Resistance, ya a estas alturas, contertulios. La columna de hoy trata acerca de algo que a todos nos toca en cierta forma, hablamos de la tecnología, todos la usamos, teléfonos móviles, reproductores mp3 y para lo más nostálgicos, personal stereo, discman (si mal no recuerdo), etc. En fin, esta tiene miles de formas, pero para mí, su peor forma, es la de los lastimosamente famosos “bastones selfies”, la verdad es que no tengo nada en contra de ellos si estos no se usaran en lugares donde el espacio es reducido, por ejemplo en la cancha de algún concierto, más aún cuando éste está vendido a más no poder, es una verdadera molestia tener a estos selfieadictos sedientos por un poco de reconocimiento y atención por parte de sus conocidos, más pendientes de tomarse la mejor foto para el perfil de Facebook que viendo el show de alguna banda por la que además, para ser más absurdo el acto, han pagado por ver y que finalmente ven a medias.
Por otra parte tenemos a aquellos personajes que no se despegan de sus cámaras de foto, la verdad es que no puedo pecar de mentiroso, soy de aquellos fotógrafos aficionados que le gusta tener una que otra postal casera del concierto, que no da para más, no lo grabo porque sé que se escuchará de forma asquerosa, con la batería retumbante que saturará los parlantes junto con el bajo, en síntesis, un pésimo sonido y pésima calidad. Pero es molesto ver que muchas personas estén más pendientes de sus cámaras que por pasar un momento único por algo que pagaste. Y desde atrás viene galopando para subirse al podio aquella persona que no se despega del teléfono, tuve la suerte de estar en el concierto pasado de Judas y Motörhead, algo espectacular, pero frente a mí y otra a mi costado, ambas personas no soltaban el teléfono para publicar qué canción tocaban, o qué se yo, no es que quiera parecer un viejo agrío, pero vamos, demonios! Era el maldito concierto de Judas Priest y Motörhead, probablemente no vuelva a suceder, ojala sí, pero puede que no.
Yo creo que la tecnología es un aporte a la sociedad, desde siempre, desde que se descubrió el fuego, inventó la rueda, etc. Pero siempre y cuando este uso no sea un abuso que haga gala de toda estupidez, desde ese punto de vista apruebo de todos modos la prohibición de los famosos bastones selfies en conciertos, de las cámaras no, ya que uno siempre quiere tener algún recuerdo personal, sin embargo creo que no es necesario pasar la mitad o más de la mitad del show con los brazos estirados sosteniendo el celular o la cámara, estar al lado de alguien así es como cuando vas al cine a ver algo que esperabas hace mucho y se sienta cerca de ti aquel idiota que se le ocurre que la mejor hora del almuerzo es sentado en la sala abriendo esos paquetes más ruidosos que una prostituta barata. Bueno Metalheads, eso sería todo por hoy, esta columna dejó de lado lo protocolar y la calidad del léxico y su formalidad para dar paso a algo más directo y cercano, creo que esta ocasión era propicio para hacerlo, será hasta la próxima, si tienes algo que aportar, se agradece que lo dejes en la caja de comentarios, no te olvides seguirnos en Facebook y buenas noches.
Hasta la próxima!
Columna escrita por: Sebastián Araneda
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