Antes que nada amigos, dar un saludo a todos vosotros y agradecer que lean esta primera columna llamada Palabras con Resistencia, agradecer también al director de este webzine y a la vez mi amigo, Diego Pino.
Con esto ya dicho, hablaré y a la vez sólo postularé una teoría (para que no crean que vengo en la “pará” de que mi opinión es la única que vale) respecto al lamentable hecho ocurrido en Santiago hace un par de semanas atrás. Creo que es necesario hacer primeramente un paralelo, desde dos veredas totalmente distintas, en primer lugar, la de la administración y la productora encargada del concierto. Tanto la parte de la administración como de la productora Lafiskalia, hay informes innegables frente a las medidas de fuerza y represión totalmente exagerada a la masa que intentaba entrar al recinto de Santa Filomena, la productora y administración no pudieron negar la represión, pero siempre argumentaban que el mismo público fue el que provocó el desastre, ¿cómo? Ya lo hablaremos. En segundo lugar los asistentes dicen que el lugar no era el adecuado (que en cierta medida no lo es del todo) pero que al no haber tanto un lugar acondicionado perfectamente para el show (espacios, entrada, etc.) esto influenció en el caos, pero por sobre todo, el argumento que más se nombraba era el precio de las entradas, en pocas palabras, por el precio que había que pagar hubo gente que reaccionó de tal forma. He aquí el punto importante, existe una tropa de acéfalos acérrimos al punk y a su vez malentendidos de toda retórica que ésta subcultura comparte. Alegar por el precio de las entradas, que realmente a mi parecer (no es por dármelas de cuico o adinerado) eran de un precio razonable y por qué no decirlo, baratas. La banda principal era Doom, una banda quizás no tan popular comercialmente, pero que si tiene reconocimiento en la escena, además tenías una buena banda telonera como los Electrozombies. A mi parecer es barato, ya que he asistido a otros conciertos con una sola banda y un telonero nacional y los precios no bajan de los 18 mil pesos (preventa) tomando esto en cuenta, el argumento del precio es totalmente absurdo.
De igual forma sabemos que es innegable el hecho que en Chile hay productoras que realizan conciertos dedicados a la escena del Metal y sus precios son altísimos, derechamente la ley del libre mercado y la falta de un organismo regulador da espacio para que estas productoras abusadoras se den el gusto de cobrar lo que ellos quieran (literalmente) por nombrar a la más conocida “T4F”. Pero todo esto es harina de otro costal y lo hablaremos en otra ocasión (es en serio).
El precio de las entradas para Doom no era caro, pero estos parásitos sistémicos decían lo contrario, por ende al más puro estilo noventero y ochentero quisieron hacer avalanchas (en perjuicio del asistente que había pagado su entrada) provocando el caos, quiero aclarar que yo no estoy a favor de la productora o algo por el estilo, y a esto lo tildan de “revolución antisistémica”, ¿revolución?, las revoluciones tienen causas sociales, liberación de alguna opresión política, etc. Pero ¿revolución evadir el pago de una entrada a un concierto es ser revolucionario?, en mi opinión absolutamente personal, es algo de idiotas, personas estúpidas que creen que evadiendo ese pago para luego lucir su gran hazaña por Facebook y amigos en alguna tomatera improvisada en alguna plaza o calle acompañada de alguna cerveza bien ensalivada por la peña o quizás un vino en caja con el que también quisieron hacer un diablito con él. Revolucionaros de la estupidez, eso es lo que son. Hay causas realmente importantes en el país que si requieren hacer una revolución intelectual y social, pero no promover el no pago de los tickets a un concierto, no porque sea una banda under y con tendencias punk tiene que ser barato, en palabras de la misma banda punk afirman que es imposible que hayan recorrido la mitad del mundo para hacer un concierto y no cobrar nada por ello (declaraciones publicadas por el portal de noticias T13.cl) y además también diciendo que dentro del recinto había espacio de sobra para que entre el público faltante, entonces, ¿la culpa era realmente el recinto o aquellos revolucionarios de cartón que no querían pagar?, según yo, es lo segundo. Obviamente no comparto la fuerza desmedida y los métodos de control que usó la administración del local para reprimir a la masa alocada, pero aquí el detonante de todo fueron aquellos ebrios envalentonados por sus delirios anárquicos que quisieron pasar por alto todo protocolo de seguridad y perjudicando al asistente que iba con su ticket en mano. Cuando veo estos casos lamentables y aparecen estos “Che Guevara de cuneta” que aluden a sus supuestos ideales criticando a todos y todo me doy cuenta de por qué Chile es un país como lo es, cuando las consideradas “revoluciones” de algunos son tan mínimamente lógicas y completamente absurdas que es considerado imperante y totalmente admirable evadir el pago de una entrada a un concierto, como si eso fuera de inspiración para la sociedad. No quiero entrar en temas político-sociales (más allá de lo ya expuesto) de la situación en Chile, porque si no, esto daría para largo. Pero si quiero decir que hay cosas más importantes y que si necesitan revolucionarse, pero no el pago de una entrada considerada cara, eso es tener un pensamiento retrógrado y minimalista, es no ver más allá de tu nariz. Se lamenta mucho la muerte de aquellos jóvenes (entre ellos un muchacho argentino, ahora hasta se puede decir en un humor negro y sarcástico “che, cuántos muertos en un concierto tenés?” entiéndase nada más que como un humor imbécilmente negro) y esto no es más que por aquellos “Punks” (lo puse entre comillas porque ni si quiera sé si catalogarlos como tal) que quisieron pasar todo por alto, no solo a la administración, no solo a la productora organizadora del evento, sino que también a la banda que les gusta y admiran, ya que es un trabajo, tanto como la de un médico o un guardia en un supermercado, por lo tanto deben cobrar por lo que hacen, vamos maldita sea, ¡viven de lo que hacen!. ¿Es muy difícil entenderlo? Y por último también pasaron por encima a todo el resto del público que si pagó su entrada para ver un buen show. Lamento esto tanto por el lado humano de la situación, por el dolor de aquellas familias que perdieron a uno de los suyos, también por la gente que quedó con lesiones y por último por la consideración de algo admirable como el hacer una avalancha y provocar un gran desastre. Si existe tal mentalidad no nos extrañemos que sigan habiendo los mismos de siempre legislando y estafando al pueblo, el pueblo no necesita inspirarse evadiendo pagos por shows, el pueblo necesita intelecto y conocimiento que eviten que lo sigan estafando. Así como las bandas que vienen a tocar a nuestro país vienen a trabajar y no de vacaciones, ya que como toda persona necesitan dinero para vivir, si, dinero, del mismo del que aquellos macheteanen las calles y metros para poder salvarse con alguna “cañita”, da igual si lo hacen, porque nadie es obligado a darles (por lo general) pero no intenten romper el sistema, eso es imposible, toda cultura tiene sistemas, hasta las tribus del amazonas, pero si quieren hacer algo admirable, modifiquen y cambien lo que ya establecido por algo mejor, no sembrando caos en un concierto provocando avalanchas y personas muertas por ello. Ya que a su vez, matan al movimiento punk tanto nacional como internacional, porque las productoras ya tendrán miedo de hacer más conciertos así y el gobierno, posiblemente, también tomaría cartas en el asunto, tal como lo hacían antes vetando bandas (Iron Maiden por ejemplo). Y por último, en el 2011 cuando fui a ver a Overkill y Onslaught en el Club Chocolate, el lugar estaba colapsado, repleto, recuerdo que no había lugar donde no estuviera alguien y aun así, no hubieron lesionados ni muertos (salvos por los mosh que se pudieron haber hecho), ojalá la escena punk no muera y estos revolucionarios del nuevo milenio dejen de arruinar los shows. Y como dijo la banda Doom en una entrevista "¿Qué seriedad pueden inspirar estos imbéciles que salen a asaltar a un lugar en masa y de forma violenta? Ellos solo piensan en sí mismos. Son los enemigos del punk y de los que promovemos en nuestras letras. ¿Estas personas realmente creen que vamos a tocar gratis después de atravesar la mitad del mundo?".
Gracias amigos por haber pasado por aquí y haber leído la columna, recuerden que sus opiniones son totalmente bien recibidas y valoradas, ya se vendrán nuevas columnas con temas contingentes y siempre relacionadas con la escena Rock, Punk, Metal, etc.
Un saludo y abrazo a todos vosotros. Hasta la próxima
Escrito por: Sebastián Araneda
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