Viernes 17 de Julio 2015
Teatro Caupolicán
Definitivamente la mejor manera para haber pasado el frío que azotó a la capital el día de ayer fue con el increíble concierto que se mandó Opeth en el Teatro Caupolicán.
Desde temprano el recinto ubicado en la calle San Diego comenzó a congregar a los fanáticos que llegaban por tercera ocasión a ver a los suecos. Un versátil público, todos vestidos acorde a la cita: de sagrado negro, fue el que se presenció. Gente de todas las edades se hizo presente en un concierto anunciado ya hace meses, y que sin duda generaba gran expectación y que todos sabríamos que sería de esos conciertos que permanecen en la memoria de por vida. Y así fue.
Casi una hora antes de lo estimado se produjo la apertura de puertas, y la gente que ya había llegado no pensó dos veces en entrar inmediatamente para comenzar a llenar el recinto. Ya era un hecho, Opeth volvía a pisar nuestro país, ya estábamos instalados para prepararnos para una noche realmente memorable.
La banda nacional Poema Arcanus fueron los encargados de abrir la velada, y cumplieron con creces. En aproximadamente 45 minutos supieron dar un show muy bien ejecutado con un sonido a la altura y repasando sus más grandes éxitos. Agradeciendo constantemente a los asistentes por la presencia y el respeto que les brindaron, la banda supo como dejar el teatro en onda para el plato fuerte.
En la media hora de espera para Opeth se terminó de llenar el recinto, el cual estuvo colmadísimo a más no poder. La gente que se tiraba desde la platea a la cancha hizo más amena la espera. Hasta que el gran momento llegó: 21:30 horas se apagan las luces y el Teatro Caupolican entra en éxtasis. La intro "Through Pain In Heaven" gatilla el ingreso de los músicos al escenario para tomar sus posiciones entre medio de aplausos, cánticos y gritos ensordecedores por parte de los 5 mil fanáticos que repletaron el recinto de calle San Diego. Una ovación realmente impresionante.
Con "Eternal Rains Will Come" y "Cusp of Eternity", ambas pertenecientes a su último disco "Pale Communion" (2014), se da inicio a un concierto simplemente perfecto. Un sonido impecable, una puesta en escena de primer nivel, un repertorio simplemente notable repasando todas las etapas musicales de la banda, y la banda interactuando con el público en varios pasajes del show. Como se diría en buen chileno: "la cago pa bueno".
El primer tema Death Metal de la noche hizo vibrar al Caupolican entero: "The leper affinity" de su disco "Blackwater Park" (2001) llegó como martillazo en la cabeza para seguir haciendo saltar a la cancha entera y produciendo constantes headbangings. La masacre prosiguió con "The Moor" y "Advent".
Mención aparte para el muy bien pronunciado "Como están" y las divertidas intervenciones del frontman de la banda Mikael Akerfeldt. Dicho textual por el: "I didn't know that is gonna be fucking cold in Chile, I didn't even bring my jaquet its like Sweden" ("No sabia que estaría helado en Chile, ni siquiera traje mi chaqueta, esta como en Suecia"). Le dio el privilegio a los fans de posar para que le sacaran fotos e incluso de contarnos de su fanatismo por King Diamond y tocar pequeños riffs de el y de AC/DC. En un momento por alguna razón se comparó con los de One Direction diciendo que "el podría ser el feo de ellos", lo que nos hizo reír a todos. El guitarrista Fredrik Åkesson recibió amablemente de parte del público el apodo "Peluca" producto de su gran melena. Mikael a raíz de eso, dijo: "My name is Miguelito", para que después todo el publico le gritara: "Miguelito, Miguelito". Y como si eso no fuera poco, el bajista de la banda Martín Méndez (uruguayo) también se dirige al respetable para decir: "Como están Chile, felicitaciones por la copa". Todos estos momentos ademas de risas generaron una complicidad y cercanía increíble de la banda con su público chileno. Esta más que claro que somos muy queridos por ellos, incluso lo dijeron: "Los queremos mucho, deberíamos venir más seguido". La gente obviamente estuvo de acuerdo.
Volviendo al concierto, "Elysian Woes" llegaba para calmar los ánimos. Me gustaría tomarme este momento para manifestar un desagrado personal que viví en esta canción. Me tocó la mala suerte de quedar al lado de un grupo de desubicados (por no decirlo de una forma más despectiva) que se dedicaron a hablar prácticamente todo el tema. Cuando digo que hablaban, me refiero a que hablaban fuerte, riendose y con garabatos. No quiero parecer exagerado ni anticuado ni nada por el estilo. Yo también a momentos suelo hablar así, pero tal como dije, a momentos y ese claramente no era el momento. ¿Cuál es el sentido de pagar una entrada para ir a un concierto, ir al concierto y ponerte a conversar en plena canción? Para eso mejor te quedas viendo un DVD en tu casa, es lo mismo que esa gente (ya lo he visto más de una vez y simplemente no lo puedo entender) que se pegan al celular para ver Facebook y Whatsapp. Si no vas a pescar el show simplemente no vayas, pero actitudes como la que mencione, sobre todo la primera, son innecesarias, sin sentido y estoy seguro que más de alguno también lo notó y le molestó pero no quiso decir nada para no entrar en discusiones. Y sobre todo en ese tema en donde había que poner atención, ya que es una canción lenta y atmosférica que no hay que perderse. Pero bueno, no hay que amargarse la vida tampoco por eso.
"Windowpane" siguió deleitando al respetable en una interpretación simplemente majestuosa. Sin duda uno de los tantos puntos altos del concierto con la banda mostrando su faceta de rock más progresivo. La onda progresiva siguió con "The Devil's Orchard", la que fue muy bien recibida por todos los asistentes. Simplemente increíble.
La clásica "April Ethereal" retomó la furia y potencia que ya comenzábamos a extrañar con su poderosa entrada de batería cortesía de Martin Axenrot, para pasar a la grandiosa "Heir Apparent" en donde se armó uno de los pocos mosh pit de la noche, pero que mosh más brutales el que sacó esta canción!!!!!!!!!
Lamentablemente, el concierto ya estaba en sus últimos minutos y "The Grand Conjuration" se encargó de cerrar como corresponde esta primera parte del show. Con saltos, mosh pit y cabeceos. La banda agradece a la audiencia y se retira del escenario. Pero todos sabíamos que esto no se acababa acá. El clásico "no nos vamos ni cagando" se escucho fuerte y la banda retorno en una lluvia de aplausos, y se despacharon el último tema de la noche: "Deliverance". Simplemente perfecta para terminar, la potencia se apodero de todo el Caupolican. Trece minutos y medio de energía pura. La banda haciendo una sobria reverencia da por finalizada su tercera presentación en nuestro país. Doce canciones y dos horas y diez minutos de un concierto que sin duda dará que hablar por mucho tiempo y se enmarca como uno de los mejores de lo que va de este año. No solo por la maestría y perfecta ejecución musical de la banda, sino que también por la cercanía que tuvo la banda con la gente. Después de haber vivido esto, y de obviamente haber salido felices del recinto de San Diego solo nos queda por decir una cosa: Gracias Opeth.
Setlist
- Eternal Rains Will Come
- Cusp Of Eternity
- The Leper Affinity
- The Moor
- Advent
- Elysian Woes
- Windowpane
- The Devil’s Orchard
- April Ethereal
- Heir Apparent
- The Grand Conjuration
- Deliverance
Review escrita por: Lucas Espinosa
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