Palabras con Resistencia: ¿De qué nos jactamos?





¿De qué nos jactamos?

Primero que nada, un saludo a todos ustedes metalheads y pediros disculpas ya que hace un par de semanas que no salía una columna al aire ya que por motivos personales estuve incapacitado de poder realizarlas (con mucha pena he de admitirlo).
Hoy traigo a la luz un tema que siempre me ha dado curiosidad y que bueno, es una espina clavada, ya saben del corte que va Palabras Con Resistencia, un espacio de columnas y reflexión sobre temas que trascienden las fronteras de la música y toda su belleza y que llega también a nuestro diario vivir, agradezco el espacio que me otorga Diego Pino, director de The Metal Resistance, al dejar explayar mi humilde opinión y también a ustedes por darle buena llegada.
Chile, Sudamérica, el Cono Sur, éste sin lugar a dudas es un lugar especial, desde pequeño me dio curiosidad su nombre, más con esto de la globalización y la masificación de medios y por consiguiente, el lenguaje, así fue como cuando escuchaba en algunas series de animación la palabra “chile” refiriéndose a un tipo de aliño, algo poco menos curioso, pero sin hacer mucha historia, incluso los historiadores no se ponen muy de acuerdo de la raíz del nombre de nuestro país, algunos hablan del sonido de un pájaro, otros con una antigua palabra, cuando se pongan de acuerdo, avísenme.
Tenemos sin lugar a dudas una sociedad muy particular, variopinta, por decir lo menos, la mezcla que hay en ella, no tanto de culturas y costumbres, sino que de ideologías es enorme, tanto así que en la misma capital tenemos muchos polos sociales y económicos divididos por sólo unos cuantos kilómetros, lo mismo sucede un poco más al sur o al norte, los pueblos y su gente cambian radicalmente. Sin embargo, todos o la gran mayoría concluyen en que lo que hace falta al país es más información y menos “pan y circo” para el pueblo. He ahí donde yo discrepo y digo ¿más información?, pero si cuando hay programas de información y cultura la gente no lo respalda, pero hablo de cultura de verdad, no de Salfate y sus conspiraciones sacadas de una bolsa de cocaína de 5 gramos, sino que de programas del corte de Warnken, “Una Belleza Nueva”, o programas de periodismo (de verdad) como “El Informante” por nombrar uno, no un periodismo que si constituye pan y circo como cuando van a poblaciones y muestran a mocosos fumar marihuana, otros mayores a punta de pipazos con la pasta base y otros más pudientes esnifando cocaína, pateada, obviamente.
¿Es una realidad y merece cambiarse? Claro que sí, pero mostrando eso no ayudan en nada, se debería investigar y mostrar el parlamento por ejemplo, qué hace para cambiar tal panorama, etc.
Nos jactamos de ser los “ingleses de Sudamérica” y no somos capaces de llegar a la hora si quiera al trabajo, a clases, ¡donde sea! Un rasgo clásico de los ingleses, su puntualidad.
 Nos jactamos de ser un país en vías de desarrollo e incluso para otros ya estar actuando como tal, pamplinas, llueve un día y se inunda la ciudad, ¡la capital por Dios!, entonces, mirando eso, ¿qué les queda al resto de las ciudades?, no quiero hacer leña del árbol caído pero por asuntos como éstos no se han evitado catástrofes y grandes pérdidas, como fue el tsunami y terremoto del 2010, el gran alud del norte, etc. Somos un país de catástrofes, pero esa no es excusa para ver que siempre se pierdan ciudades y peor aún, vidas.
Pedimos un país más informado y cuando hay manifestaciones, me atrevo a decir que la mayoría que anda caminando por las calles no tiene ni idea de por qué están allí, son solo eso, masa, en menor medida, pero conforman a la postre a la gran masa desinformada que sólo sigue al resto, no tocaré el tema de los que se ponen a saquear y/o a camotear a la fuerza pública (o pacos, como quieran) eso queda para otro tema y opinión de cada quien.
En el fondo nos jactamos de muchas cosas que a fin de cuentas, no son más que patrañas, una maraña de ellas, una gigante, Chile tiene cosas únicas, paisajes bellos y como sacados de una peli de ficción, como también hay gente muy valiosa, no obstante, también de que avergonzarnos, de qué sentirnos mal, cosas de las cuales obviamente tenemos que poner ánimo y ahínco en que así sea, pero creo, fervientemente, que cuando exijamos de verdad información a los organismos correspondientes y también tengamos la iniciativa y proactividad de educarnos por nosotros mismos las cosas irán cambiando, porque tampoco podemos alimentarnos de la televisión solamente (sea señal nacional o no, porque en la tv por cable dan basura de igual o peor calaña que en la señal abierta), ya que los mismos índices de ésta denotan el hambre que tienen los televidentes por comer basura por sus ojos y si no fuera así ¿cómo me explican que el narigón pomposo de “Kike Morandé” siga al aire con su programa MCC hace más de diez años? (si no me equivoco), los números no mienten y aunque muchos digan que el People Meter puede mentir y sufrir variabilidad en sus indicadores (que en cierto modo lo es) de igual modo sentencia tajantemente que lo que las personas más ven son programas de tal índole, entonces, ¿de qué me hablas? Joder.
No nos jactemos, sino que pensemos en crecer, cuando pensemos en ganar premios de literatura, fomentar el arte, cultura, la música (algo que nos une tanto a ti, querido lector, como a mi), la ciencia, etc. Y dejemos de lado un poco el fútbol (amo ese deporte) y sus jugadores para enfocarnos en otros temas, nos dejarán de cagar, o por lo menos no tanto (nunca tan crédulo) las AFP y nuestros “honorables” en el parlamento, etc.
Para finalizar, la cultura e información no es sólo sobre lo social, económico y ese tipo de ciencias sociales, sino que también de la música, cine, etc. Y nunca dejemos que otros hablen por nosotros, no tengamos el lema de que “otros saben más que yo, que mejor hablen ellos” (parafraseando a Jorge González en “No Necesitamos Banderas”).
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