La Resistencia del Metal estuvo presente reporteando el evento que prometió ser uno de los más grandes de la escena chilena. Hablamos
de un evento que partió hace 27 años, en 1989, bajo el brutal nombre Bestial
Conspiracy y que el sábado 22 de agosto se llevó a cabo en el (ex)Teatro Mundo Mágico.
El evento comenzaba a las 14:00, sin embargo hubo unos cambios de planes que yo no me esperaba, por lo que tres de las bandas que aparecían en el cartel en puerta del evento, no se presentaron a tocar. Ignoro los motivos.
El evento comenzó realmente a las 16:00, tras una extensa prueba de sonido y organización de los últimos detalles del evento, para que nada se escapara de la entrega que iban a realizar. Por mientras algunas personas ya comenzaban a llegar, pasando a la barra a mojar la cañería con algún brebaje.
Ritual of Flesh comenzó el show. En lo personal fue un buen comienzo, ya que Ritual of Flesh es una banda sólida, aunque no muy sobria en el escenario. Llevaron consigo un outfit de médicos quirúrgicos, y un vocalista de tintes terrorista estremecía ante unas 100 personas el teatro con su Grindcore/Death. Muy buena presentación.
Desde Copiapó, Folkheim trajo historia, memoria de los suelos chilenos. También con su típica caracterización de corpsepaint, mostraban al público lo que los vientos áridos del norte ocultan bajo sus tierras. Excelente propuesta, me gusta mucho el profesionalismo y la dedicación de esta banda, quien bien merecida tiene las oportunidades de tocar en grandes eventos.
Raper apareció en el escenario tras un intervalo de 15 minutos. La banda de Chris Hernández encendió al público, sobre todo a los más youngers, condecorando su actuación con las 'chelas' heladas. Hígados de acero, tocaron su repertorio e inclusive un tema nuevo con el que desvirgaron los oídos del público. Raper es una banda que propone mucho histrionismo entre canciones, y eso puede gustar o no, pero lo que sí, no suma ni resta calidad. Fue una propuesta divertida.
Gangrena, la banda de Chillan, fue la cuarta en salir. En lo personal no me gusta el gore, pero debo reconocer que sonaron excelentes. Hasta el momento se convertían en la mejor banda de la jornada y el evento comenzaba a entrar en calor. Agresivo, despiadado, Gangrena demostró que sus credenciales de 9 años tocando como banda eran más que suficientes para pertenecer a la 'Conspiración' de las más brutales bandas.
Las tocatas de Slavery no son ni buenas ni malas: son las tocatas de Slavery, y no hay más discusión. Una de mis bandas favoritas dentro de la escena, se presentaron quinto y la verdad es que tenía más expectativas de su show. Pero a Slavery le perdono todo, porque sé que tiene la potencia suficiente como para sobresalir en la escena. Igual lo pasé 'la raja'.
Soulinpain fue la sexta banda y quizás el punto de inflexión para lo que estábamos viendo. Los chicos se esfuerzan, se nota que les gusta lo que tocan, sin embargo no sorprenden cuando tocan y esta vez no fue la excepción. Una banda con un sonido grave, potencia y una propuesta un tanto Groove/Thrash que en esencia es difícil de llevar a buen puerto. Igual contentaron al público y nos vimos bastante satisfechos con su propuesta. Les falta madurar su sonido y su puesta en escena si quieren conseguir grandes cosas.
La séptima presentación la dio Cerberus. No hay banda con más méritos para consolidarse como futuras leyendas del Death Metal que ellos. Con un show que aturde se impusieron en el escenario, y con poder y bestialidad lograron encantar y encender la ferviente atracción del evento, del público y del ambiente. Uno no está realmente en el Infierno hasta que ve a Cerberus en vivo.
Massakre, banda condecorada del Thrash/Death Chileno, fue la octava banda en presentarse, y lo hizo con un plus distinto: Yanko Tolic cediendo la guitarra principal a René Mundaca. Más allá de ser, junto con Pentagram, la banda percusora del Thrash Chileno, sostienen su calidad y añaden siempre tintes distintos a sus más emblemáticos temas. Siempre es un placer destruirse el cuello y la garganta con Massakre, y cantar Altazor hasta quedar degollados.
Sin declinar, Torturer entró en escena. A estas alturas el show estaba sobrecargado de adrenalina y no había pausas ni treguas. Torturer tuvo una gran presentación en el escenario, siempre con sus letras de contenido explícito y una instrumental que apabulla de forma cruda sus manifestaciones. Excelente propuesta.
Belial, de Valparaíso, fue la décima banda encargada de la orgía sonora que serviría de antesala para la propuesta más esperada de la noche. Son exponentes íconos e indiscutidos del Grind chileno. Desde 1985 hueveando hasta hoy que demostraron esa conexión que han hecho con un público que tiene nostalgia por la vieja escuela, por los sonídos autóctonos de la morgue, por las canciones cargadas de odio a la religión y la hipocresía. Fue una genial presentación, se agradece el sonido violento y a la vez identificador.
Nadie quiso moverse del Teatro, y quienes lo hicieron, sé que se arrepintieron. La prueba de sonido fue corta, pero yo sentía que pasaban años. Quería ver a Pentagram... El maleficio comenzaba.
Un Anton Reisenegger que entraba firme al escenario, recibía su guitarra, saludaba. ¡Comenzaba, mierda! Que momento más maravilloso aquel. El Teatro lleno, la cara de felicidad de todos, recibiendo hasta el momento un evento de calidad y viendo a los padres del Thrash/Death chileno reventar con su sonido cada estigma y vibra inservible de nuestro ser. Mi alma no olvida este momento: Temple of Perdition, The Apparition, La Fiura, Demented, Demoniac Posession, Spell the Pentagram, Fatal Prediction. Un repertorio con lo mejor de Pentagram, aunque a decir verdad, cualquier cosa que hubiesen tocado la hubiésemos disfrutado. Presentaron muchos temas de su disco The Malefice, del cual no solo ellos, sino que también nosotros, nos sentimos orgullosos. Tal calidad sonora, revienta-sesos es producto nacional. Se nota el trote Europeo de esta banda, Pentagram fue, es y será el mismísimo Rey de los Infiernos.
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