Hablar del presente
de Motörhead es hablar también de sus cimientos. Más allá de los problemas de
salud que aquejan a su eterno e incombustible líder, el emblemático Ian Frasier
Kilmister, este 2015 se cumplen cuatro décadas en la carretera. 40 años de Rock
n Roll callejero, sucio por parte de un trío que se ganó tanto el odio de la
crítica que los llegó a catalogar "la peor banda del mundo" como el
de generaciones de fans que vieron en Motörhead una muestra de actitud
proveniente de la calle, borracheras interminables que inspirarían muchas de
las letras escritas por Lemmy y, por qué no, un humor negro que reflejaba el carácter
irreverente de una agrupación que se regía solamente bajo sus propias reglas.
Precisamente es ese
pasado el que es necesario rescatar, sin menos preciar los años recientes del
trío. Es cierto, Phil Campbell (guitarra) y el eximio Mikkey Dee, junto a
Lemmy, han conformado la alineación más duradera de Motörhead durante estos
últimos 25 años, pero placas como "Sacrifice", "We Are
Motörhead" o el mismo "Kiss Of Death" le deben mucho de su
efecto demoledor a los crudos inicios del combo, cuando Lemmy contaba con dos
compañeros de juergas cuyos nombres hoy son considerados obligatorios cuando se
habla de 'etapa clásica'. Hablamos del guitarrista 'Fast' Eddie Clark y el
baterista Phil Taylor, este último respondiendo al apodo de 'Philty Animal'.
Exactamente la misma alineación que se ganó un lugar en la historia al
despacharse trabajos seminales como "Overkill", "Bomber" y
el exitoso "Ace Of Spades", cuyo track-título le valdría a Motörhead
el carácter de referente tanto para los movimientos que se empezaban a gestar
en el hemisferio norte a principios de los '80 (desde la N.O.B.H.M. hasta la primera
oleada Thrash liderada por Metallica y Slayer) como para los que surgirían en
gran cantidad durante los próximos 40 años.
Ahora,
personalmente, debo admitir que soy de los que descubrieron a Motörhead a fines
de los '90, durante mis años de adolescencia con discos como "March Or
Die", el ya mencionado "Sacrifice" y "1916", notables
trabajos de estudio en los que Mikkey Dee hacía gala de una técnica cuya
simpleza se compensaba con una técnica que, para quien escribe este artículo,
lo hacía un tipo insuperable en su instrumento gracias a a su dominio impecable
con el 'doble pedal'. Pero no sería hasta cuando llegó a mis manos una placa
que terminaría por partirme el cráneo: "No Sleep 'til Hammersmith".
Un álbum en vivo que reflejaba la crudeza del Rock n Roll en su máxima
expresión. La voz aguardentosa de Lemmy con su bajo Rickenbacker en mano a todo
volumen, la sucia y letal guitarra de Clarke y la batería de Philty, cuya
técnica limitada jamás contrarrestó la actitud de un tipo al que "el qué
dirán" respecto a su dominio en el instrumento y la música que ejecutaba
junto a sus compinches le importaba un soberano carajo. De fondo, un público
eufórico ante semejante descarga de poder en medio del caos generado por un
trío cuyos principios respecto al arte y la vida trapeaban con todo lo
'políticamente correcto'.
Centrándonos en la
figura y aporte de Philty, es fundamental destacar su peso en el sonido de
Motörhead durante aquel período, para muchos una etapa tan fundamental como
insuperable, por lo que hemos decidido rescatar 10 canciones emblemáticas
dentro del catálogo de los ingleses con el legendario baterista aporreando los
tarros con el alma.
1.- 'Overkill'
(Overkill, 1979): El corte que le da título al segundo trabajo de
Motörhead. Una batería contundente, con el doble pedal adquiriendo un poder
similar al de una locomotora. La batería de Philty sería decisiva para el
posterior surgimiento de tendencias más radicales como el Thrash Metal.
Referencia necesaria para todo baterista de Metal Extremo.
2.- 'Stay Clean'
(Overkill, 1979): Un solo de batería al principio, desprolijo pero
efectivo, dando paso a una sección rítmica cuya intensidad disminuye para
cerrar el corte. En vivo, al igual que 'Overkill', es simplemente demoledora.
3.- 'Metropolis' (Overkill,
1979): Un buen ejemplo de la capacidad de Motörhead de generar ciertas
sensaciones con 'solamente' tres instrumentos. Philty se despacha una batería
arrastradamente pesada, gracias al uso determinante de los platillos.
Versatilidad puesta exitosamente a prueba.
4.- 'Deadmen Tell No
Tales' (Bomber, 1979): Un corte potente que le da un estruendoso inicio al
tercer LP en estudio de los ingleses. A
pesar de que el protagonista es 'Fast' Eddie Clarke, la producción en este
trabajo permite apreciar al detalle la batería de Philty, cuya entrada de golpe
sería el anuncio de lo que será el futuro del trío.
5.- 'Bomber' (Bomber,
1979): Uno de los cortes más emblemáticos de toda al discografía de
Motörhead, donde Philty hace gala de un swing inconfundible, reflejando la
actitud rockanrollera de un trío que, por entonces, empezaría a ser asociada
con el Heavy Metal que remecería a todo el mundo desde las Islas Británicas.
6.- 'Ace Of Spades'
(Ace Of Spades, 1980): El riff ejecutado por Lemmy en su Rickenbacker y la
batería de Philty ejecutando el mítico redoble in-crecendo. Un comienzo que le
daría a Motörhead la llave hacia la inmortalidad.
7.- 'We Are The
Roadcrew' (Ace Of Spades, 1980): Reflejo fidedigno de la solidez técnica adquirida
por Philty en esos años. Una sección rítmica tan precisa como una máquina,
cuyos quiebres en cada coro reflejan un instinto inusual en cada golpe.
8.- 'Motörhead' (No
Sleep 'til Hammersmith, 1981): original del debut homónimo del '77, esta
versión en directo sería la definitiva. Tan sucia como en estudio, pero
permite, a la vez, apreciar en cada golpe la energía de un Philty descontrolado, cuya entrega en el
instrumento jamás quedará en duda.
9.- 'Iron Fist' (Iron
Fist, 1982): Para muchos, el último gran trabajo de Motörhead antes de la
llegada de Brian Robertson en reemplazo del saliente 'Fast' Eddie Clarke en el
desconcertante "Another Perfect Day". El himno que le da título a
este LP, un puñetazo directo al mentón. Y si hablamos de puñetazos, el
videoclip realizado para este trabajo inmortalizaría el puño de Philty. Un puño
de hierro tan destructor como su batería.
10.- 'Rock It' (Another
Perfect Day, 1983): Con la llegada de Brian Robertson, Motörhead perdería
parte de la crudeza característica de su sonido, lo que no le resta punto a un
trabajo que reflejaba la versatilidad de una banda que podía variar la formula
sin renegar de sus raíces. Sería la última placa con Philty en las baquetas,
quien se despacharía un notable desempeño en cortes como 'Rock It', haciendo
sentir su intensidad al momento de golpear los tarros como si se le fuera la
vida en ello.
11.- 'Rock 'N Roll'
(Rock 'N Roll, 1987): Philty volvería por poco tiempo a la pandilla
liderada por Lemmy, y qué mejor manera de justificar aquella decisión que con
una placa que dejaba claro que el cuarteto (Phil Capmbell y Würzel compartían
labores en las seis cuerdas) recuperaba la energía de los viejos tiempos. Tal
como lo grafica el corte-título, con la batería de Philty como protagonista desde
el arranque.
12.- 'I'm So Bad (Baby I Don't Care)' (1916,
1991): A principios de los '90, Philty, en contra
de su voluntad, decide retirarse. Sus
piernas presentan las consecuencias de una técnica limitada que terminaría por
minar la fuerza de sus rodillas. Sin embargo, como los grandes, decide dar lo
mejor de sí durante la grabación de "1916", trabajo con que Motörhead
abre la década de los '90 manteniendo incólume su identidad a pesar de los
cambios que se vienen a nivel artístico y cultural. Por lo mismo es que es
imposible pasar por alto un corte como 'I'm So Bad (Baby I Don't Care)', con el
mítico baterista obviando sus limitaciones técnicas y poniéndole una gran dosis
de actitud callejera, la misma que, 10 años antes, le valió la llave hacia la categoría
de Leyenda.
Escrito por: Claudio Miranda
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