En esta ocasión, lo que traemos a ruedo es el proyecto solista del bajista de una tremenda banda de power progresivo: Symphony X. Hablamos de lo nuevo de Mike Lepond y su proyecto "Silent Assassins" (2014).
Cuando uno escucha el nombre de Symphony X y que uno de sus integrantes realizó un disco solista, lo que esperas es que sea algo similar a la banda; sin embargo, y esa es la primera sorpresa que nos llevamos, Lepond hizo un disco solista porque tenía ganas de hacer algo distinto. Más allá de las letras, acá hay un concepto musical diferente que lo separan de su banda y lo convierten en un compositor propio, con ideas propias y muy claras, por lo demás. Bueno, tampoco podíamos esperar menos de don Mike.
Sin cambiar su habitual compañero de tantas batallas, Mike fue quien grabó los bajos de todas las canciones, y para los demás instrumentos ocupó a gente de su entera confianza: las guitarras, los teclados y la batería fueron realizadas por el eterno Michael Romeo, compañero de Lepond en Symphony X. Las voces fueron hechas por otro compañero de Lepond de una banda que tuvieron abandonada, pero que reactivaron en el 2014. Hablo de Heathen's Rage y su cantante Alan Tecchio. Además, cuenta con la colaboración del guitarrista de sesión polaco "Metal" Mike Chlasciak en los solos de varias canciones.
Es prácticamente un hecho de que si escuchamos el proyecto de un bajista componiendo metal, veremos una gran participación y notoriedad del instrumento de 4 cuerdas. Esto se aprecia de gran manera en el disco, pero sin llegar a salir de contexto, y va acorde a las canciones. Es el caso de la canción "Red Death", con ese inicio oscuro donde el bajo es el principal protagonista.
Desde la opinión de quien escribe, la gran canción de este disco, tanto por ideas como también por variedad, es "The Quest", con un comienzo más parecido a una balada, después entrando con el bajo en un ritmo potente, y de lleno a la música, velocidad y fuerza, mezclando un heavy rápido con metal melódico en los coros, mostrando gran variedad musical y sabiendo juntarlas muy bien, con gracia musical, mezclan folclor en el interludio y usando los sin fin de elementos musicales que posee un teclado. Si bien es cierto que el disco tiene muchos elementos, considero que, acá, le dieron el tiro de gracia a todo.
En temas como "Apocalypse Rider" o "The Outsider", podemos encontrar canciones de corte pesado, donde oímos mid tempos dignos de "cabezeo" y velocidad juntas. En el caso de la primera canción, su fuerte es la velocidad, donde se entre mezcla con mid tempo; en la segunda es al revés, es el mid tempo pesado quien lleva la canción, ideal para el bajo, además.
Una de las grandes ventajas con la que nos topamos es que si bien es un disco bastante variado en ideas, no salen del canon que Mike quería impregnar; mantiene una línea clara, y hasta es capaz de repetir elementos y no parecer copia.
En varias reseñas que me ha tocado escribir, he hecho énfasis en la canción que da nombre al disco o a la banda. La obligación es que debe ser un temazo, y si el disco es malo, esa canción debe ser la que salve el disco. Con "Silent Assassins" eso se cumple al pie de la letra, sin ninguna parafernalia ni intento de mega canción conceptual, directo a la velocidad, ritmos rápidos y plantando su sello de la mejor manera. Sabiendo que en el género éstas canciones inmediatamente llaman la atención, que mejor que hacer un regalo así. Sin muchas palabras, temazo.
El señor Lepond también quiso darse un gusto en cuanto a realizar una balada. Ocupando una historia no tan conocida pero sí muy emotiva, decidió escribir sobre la fortaleza Judía "Masada" y el hecho histórico que significó el suicidio de muchas personas en la denominada primera guerra Judeo-Romana. Predominando el ritmo lento, e incluso con guitarra acústica incluida llevando la canción en la melancolía ad hoc a la historia.
Incluso los sonidos de corte épico se toman este disco. A pesar de ser un disco con letras históricas, su sonido es más un heavy ya descrito antes aunque, por ejemplo, en "The Progeny" el sonido épico se toma la canción; el bajo haciéndose notar de gran manera dándole ese toque alto que muy poco se da en este instrumento.
Por coincidencia o de forma intencional, las canciones que más sonido épico tienen, están juntas en el disco y son las que cierran la placa. "Oath Of Honor" es la otra canción de este tipo, y simplemente le hace honor al nombre. Es el tema más largo del disco (aproximadamente 11 minutos), mostrando variedad vocal y un gran registro de Tecchio; a pesar de no caracterizarse precisamente por eso, una gran obra.
Difícilmente podamos ver en vivo esta banda, básicamente, porque es un proyecto hecho para un disco. Si bien no tengo esperanzas de verlo en vivo, sí espero que este no sea el único trabajo de Mike Lepond. Demostró una gran capacidad como autor y compositor, y esperemos que esto no sea lo último que sepamos de "Silent Assassins".
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