Es difícil encontrar,
aparentemente, las palabras exactas para describir el ambiente que se vivió
durante la jornada del centro de eventos San Diego 1455. Y digo ‘aparentemente’
porque, en un medio en el que, lamentablemente, el prejuicio impera por sobre
el encuentro entre mundos supuestamente distintos (sobran fundamentalistas,
falta actitud), los más de cien fans que repletaron el recinto santiaguino no
solo fueron testigos sino también protagonistas indiscutidos en un festival en
el que imperó aquello que mueve la escena cuando los recursos parecen jugar en
contra: PASIÓN. Y cuando la pasión se sobrepone a todo tipo de fundamentalismos
(y también al sofocante calor reinante en la capital durante la segunda mitad
del día), no existe frontera alguna que resista a la energía devastadora, del
Rock, el Metal, el Punk, el Hardcore… Mucha etiqueta para describir el sudor,
la sangre y las lágrimas (sí, leyó bien) derramadas desde el primero hasta el
último acorde.
Si lo mencionado anteriormente
le parecerá a alguien subjetivo y exagerado, es porque se perdió la apertura de
este Last Show a cargo de Mountains, cuya puesta en escena desató la salvaje
respuesta de un público que sabía perfectamente como terminar este año: tirando
toda la carne a la parrilla. Death Metal con toques melódicos pero con la
suciedad propia de la calle, derivando en un sonido que, pese a algunos
problemas técnicos y acústicos, denota el profesionalismo a toda prueba de una
agrupación que nos e hace problemas en ser de los primeros en el cartel.
Ejemplo de actitud por donde se le mire.
Del Metal Extremo en su estado puro pasamos a
la propuesta desconcertante de Caminos. Con dos excelentes álbumes de estudio
(entre ellos, el reciente EP “Anhedonia”), el quinteto capitalino salió al
escenario a ofrecer una performance tan intensa como, a ratos, psicodélica. La
influencia por parte de referentes como The Dillinger Escape Plan y Protest The
Hero no ha sido en vano: una base rítmica impredecible que hace fácil lo
complicado, a lo que se suma un trabajo de guitarras capaz de generar
atmósferas envolventes y densas y una voz que fácilmente intercala la calidez
melódica con la demencia inflamable. Show algo mermado por los problemas de
sonido (la batería, en un momento, ‘tapaba’ a los demás instrumentos), pero
redondo en cuanto a ejecución y entrega.
Luego llegaría el turno de Intenta Detenerme, agrupación que se ha hecho
un nombre y un lugar merecido en la escena Hardcore/Punk con tres salvajes
álbumes de estudio, en especial el reciente “Tiene Que Ser Ahora” (2014), cuyas
letras reflejan un real sentido de compromiso con la escena. Hay que acotar que
sería en esta parte del evento cuando la pista de baile se volvería un tornado.
El mosh y el slam se volverían auténticos protagonistas en una jornada en donde
el espectáculo se dará tanto sobre el escenario como dentro del público. Más
que el último evento del año, había que tomárselo como el último de sus vidas,
dejarlo todo en la cancha.
El
Hardcore-Punk volvería al escenario de San Diego 1455, esta vez de la mano de
562, una joven agrupación que ha sabido forjar con éxito su propio camino como
‘graduados con honores’ de la escuela fundada por Napalm Death, Biohazard y los
nacionales Total Mosh. La entrega se mantiene e incluso aumenta, la pasión se
hace notoria en sus seguidores, incluso volviéndose una suerte de karaoke entre
quienes coreaban con puño en alto las letras del combo nacional. Punto a
destacar fue la interpretación de ‘Circle Pit’ a duo con Matías Leonicio,
frontman y voz de Nuclear, coronando una
actuación destructora de la que muchos apenas se sobrepondrían para lo que se
vendría después.
Este 2015 ha sido el año de lanzamientos demoledores a nivel nacional.
Tan demoledores como lo que es capaz de generar Lefutray sobre el escenario.
Por estos días, el cuarteto está presentando el reciente “Oath”, su tercer LP,
con el que la banda, además de afianzar su reputación en el circuito local, le
ha dado nuevos aires a un género que no tranza sus principios por nada del
mundo. Una ejecución técnica aplastante al que le sumamos una entrega y puesta
en escena que revelan el compromiso de la agrupación con este encuentro de dos
mundos. Más allá de la influencia del Death Metal de Vieja Escuela, lo de
Lefutray es la gráfica definición de brutalidad y actitud sin aditivos. Una
aplanadora.
Pasadas las 20 horas llegará el turno de
los dueños de casa, los organizadores, los anfitriones de la fiesta. Y eso se
hizo sentir apenas Cenizas salió al escenario en medio de una euforia pocas
veces vista en escenarios nacionales. Un año alejados de los escenarios era
demasiado y por lo tanto, el regreso no podía ser de otra manera, con un centenar
de fans interpretando a viva voz esos coros que despiertan la pasión entre los
fans del Deathcore. Un auténtico karaoke, con el público prácticamente apropiándose
del micrófono. Vuelvo a mencionar el concepto ‘Pasión’ una y otra vez porque lo
que hace Cenizas sobre el escenario es sobrecogedor.
Poco después de las 21 horas el sol de ha puesto y las luces del local
serán suficientes para recibir a una banda que, por estos días, tiene un nombre
asegurado gracias a su reciente lanzamiento, el bestial “Sol Agnates”. Y no nos
equivocamos al afirmar que All Tomorrows es una de las pocas agrupaciones
locales que ha sabido aspirar a lo alto sin olvidarse de lo más importante: los
fans. Difícil encontrar alguna razón específica para la comunión generada entre
ellos y una banda cuya propuesta ha logrado moverse contra la corriente. Poco
más de media hora le bastó a All Tomorrows para despedir el año sin guardarse
nada. La clase no se adquiere, se tiene. Y a los nacionales, sobre un
escenario, le sobra por montón. Un salud por los embajadores del Caos
Sistemático.
Para cerrar el evento (y, por ende, el año) había que ‘tirar la casa por
la ventana’, no guardarse nada, dejarlo todo tanto en el escenario como en la
cancha. Y desde el golpe directo al mentón con ‘Belligerance’, Nuclear salió al
escenario para hacer lo que sabe hacer: reflejar la violencia que nos envuelve
a diario para recordarnos, de alguna manera, que el enemigo es uno solo (en
palabras del mencionado Matías Leonicio). Una performance arrolladora, que
incluyó algunos cortes del reciente “Formula For Anarchy”, ratificando una y
otra vez el poder devastador de una agrupación que siembra la mortandad y el
caos en cualquier escenario tanto de Chile como del mundo (hace un par de meses
estuvieron promocionando en Europa el álbum mencionado). Desde el retorno al set de ‘Violence That
Burns’ hasta el emotivo final con ‘Apátrida’, la reputación de Nuclear en vivo
ha sido forjada en acero puro, algo que sus fans saben de sobra, en especial
quienes vestían poleras con motivos del renombrado ‘Formula For Anarchy’,
reafirmando de esta manera una vigencia bien aprovechada. Show redondo,
demoledor. Cierre perfecto para una
jornada en que no solamente cerró de manera brillante la temporada de eventos
en vivo, sino también dejó en claro que de nada sirven los fundamentalismos ni
los prejuicios cuando hay un rumbo al que todos apuntamos. El 26 de diciembre
debemos recordarlo como el día en que la actitud y la pasión primaron junto a
la música. Excelente manera de despedir el año para empezar 2016 de manera más
auspiciosa. ‘Last Show’ fue solo un nombre escogido para el evento. Por
nosotros, que se vengan muchos más.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Diego Pino
0 Comentarios