#Crítica de Cine: Global Metal

Título Original: Global Metal
Dirigido por: Sam Dunn y Scot McFadyen

Por lo general, la gente se la pasa haciendo prejuicios sobre cosas de las que no se tiene la menor idea. Es algo innato en las personas: juzgar sin saber y después darse cuenta de lo equivocados que estábamos. Algo similar se ve reflejado en el documental del antropólogo metalero canadiense Sam Dunn, titulado "Global Metal"

El largometraje, en un principio, nos muestra a Dunn en el festival Wacken de Alemania; posteriormente, se lo ve viajando por Asia, América del Sur y el Medio Oriente, visitando países como Brasil, China, Japón, Indonesia, Israel, India y Los Emiratos Arabes, donde nos muestra las influencias metaleras de cada país y cómo son mezcladas con las costumbres de cada uno. 

Partamos con Brasil. Seamos honestos: Brasil es un país al que se le conoce comúnmente por la samba, el baile, los carnavales, y la alegría. Uno podría pensar que, difícilmente, la escena metalera predominaría en el país carioca. Pero lo cierto es que sí. Sin ir más lejos, Sepultura es la banda insigne de estas tierras. Su ex vocalista, Max Cavalera, cuenta que los orígenes de la banda y de él mismo, provienen de las favelas, las áreas marginales del país. 

Junto con este punto, el real sentido de este documental es mostrar la cultura metal inserta en todos estos países, en donde predomina un sistema político represivo, corrupto, y exento de democracia. Justamente, es el caso de Brasil, en donde se evidencia que el metal llegó junto con el fin de 25 años de dictadura que se vivieron ahí y, haciendo otra analogía, el caso de Indonesia; otro país tremendamente reprimido por su sistema dictatorial. Es impactante el ver como en un lado del país hay lujosas mansiones donde viven políticos y grandes empresarios, mientras que, prácticamente, en la otra esquina, hay gente viviendo en las alcantarillas o en la calle. A pesar de la gran taza de desempleo y pobreza, las bandas de alto calibre visitaron el país asiático. 

Se ven registros de conciertos de Sepultura y Metallica de 1992 y 1993, en donde Max Cavalera cuenta que la gente de Indonesia se identifica con las letras de la banda, ya que hablan de nacer en lugares marginales y llenos de injusticia y represión. Eso lo reflejan en el desenfreno desmedido de los conciertos. Sin embargo, cuenta que en ese concierto llegaron las autoridades a golpear con palos, obligando a las personas a ver el show sentados sin hacer ruido... para no creerlo. Lars Ulrich cuenta que durante un show de la banda, también en dicho país, mientras tocaban veían como afuera había humo, incendios y sirenas de policías, producto de mucha gente que, con entradas en mano, no podía ingresar, recibiendo insultos y golpes por parte de las autoridades y armando disturbios en las afueras del recinto. 

Volviendo al caso de Sepultura, les hago una pregunta: ¿se imaginan un concierto de Slayer en un teatro con butacas y con todo el público sentado, viéndolos en silencio, haciendo nada más que aplaudir? Por muy insólito que suene, sucedió. Tom Araya y Kerry King cuentan esta anécdota de una vez que tocaron en Tokyo, Japón, donde pasó lo que les cuento, y llegó un punto en donde el público quiso revelarse tomando la parte delantera del escenario, hasta que los guardias tomaron el control de la situación. Un caso muy parecido al de Sepultura en Indonesia.    

También llama la atención las partes de China (con una increíble panorámica de la Gran Muralla), en donde ninguna banda de metal importante se ha presentado, ya que, como todos sabemos, es un país que jamás ha vivido en democracia. Sin embargo, igual poseen una escena metalera underground sumamente interesante; o en India, donde tampoco habían tocado bandas grandes, a excepción de cuando muestran la primera visita de Iron Maiden al país. Causa risa cuando se aprecia un local de Bombay, usualmente usado para matrimonios típicos de allá, en donde se ven dos ambientes: en uno una tocata metalera con bandas emergentes de allá, y en el otro, un matrimonio hindú. La contradicción de esa escena es algo que llama mucho la atención. 

En conclusión, "Global Metal" nos deja entre ver cómo el metal traspasa culturas, abriendo los horizontes y fronteras de donde se pensaba que jamás podría hacerlo. Rompe los estereotipos que gran parte de la gente tiene sobre los metaleros, como que son unos vagos, unos cavernícolas y demases, y no: varios de los que dan sus testimonios asumen ser ingenieros, hombres de familia, y personas comunes y corrientes pero con esta pasión que corre por sus venas. 

Traspasando culturas, fronteras, y prejuicios, hemos descubierto que el metal es una reunión de hermanos, y más que eso, es una tribu de la que somos parte.


            


Crítica escrita por: Lucas Espinosa 

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