#Especial de Tankard en Chile: 30 años de Zombie Attack

A principios de los '80, en medio de la popularidad del Sunset Strip de Los Ángeles y como respuesta al fuerte movimiento telúrico con epicentro registrado en las Islas Británicas, surge un movimiento subterráneo que remecerá el planeta entero durante las próximas tres décadas: el temido y amado Thrash Metal. De la mano de jóvenes bandas como Metallica, el Thrash Metal no solo marcó a toda una generación en el aspecto musical. Al tratarse de un estilo mucho más agresivo, rápido y crudo que el Heavy Metal más tradicional, éste quedaba relegado hacia un circuito más underground, debido a que las radios se negaban rotundamente a tocar semejante clase de canciones que pocos entendían y muchos rechazaban. Imposible no asociar un género como el Thrash con 'virtudes' como la fealdad y la embriaguez. Porque mientras bandas como Motley Crüe, Ratt y Bon Jovi se preocupaban de mostrar una imagen atractiva para el público femenino y copaban los ranking de popularidad a través de extravagantes vídeos para MTV y canciones extremadamente melódicas y pegajosas (con temáticas basadas en noches de juerga y mujeres), otras como los mencionados Metallica, Exodus, Slayer y Testament presentaban una estética intimidante, deslavada y sucia, así como la extrema crudeza de sus propuestas musicales abordaban las guerras, relatos terroríficos, asesinos en serie y nihilismo. El movimiento que se tomaba por asalto el mundo desde EE.UU. se tomaba por asalto el mundo y países como Alemania también tendrían algo que decir. Kreator, Sodom y Destruction liderarán el movimiento a nivel local para, en unos pocos años, levantar la bandera del Thrash en todo el continente europeo.


Dentro de aquella oleada de bandas alemanes que llevaron el género a niveles más extremos respecto a sus colegas americanos, surgiría una banda formada en 1982 en Frankfurt por unos quinceañeros que, para entonces, ya eran adictos declarados al alcohol. Para ser más precisos, a la cerveza. A eso le podemos sumar una actitud que los distinguía notoriamente de sus pares locales. Tanto el olor a cerveza como la diversión salvaje conformaban la identidad de Tankard, una agrupación que, a diferencia de Sodom y Destruction, no la tuvo fácil en sus inicios. Gran parte debido a la falta de profesionalismo, la cual quedaba en evidencia durante sus primeros conciertos, lo que incluso les valió ser rechazados por sellos discográficos como Steamhammer. Sin embargo, la banda asimila rápidamente la situación y firma contrato con Noise (el selló que, por esos días, editaba los primeros trabajos de Helloween). De esta manera, Tankard, luego de un par de demos (entre ellos, uno con un nombre que hablaba por sí solo: "Alcoholic Metal"), edita en 1986 su LP debut, el origen de una extensa y consistente discografía: "Zombie Attack".


Si bien para muchos no se trata de su obra maestra, "Zombie Attack" marca un punto distintivo respecto a la oscuridad y al caos que se habían vuelto elementos propios del Thrash teutón. El corte que le da título a la placa es un claro ejemplo de cuán salvajes y sucios eran estos adolescentes sedientos del alcohol y diversión desenfrenada. Un sentimiento punk y totalmente desenfadado, pisando el acelerador hasta el fondo. Algo similar se puede notar en 'Acid Death', con ese riff tan básico en cuanto a composición, pero punzante cuando se trata de una actitud que no se transa. Ojo con el coro, cuando Gerre pronuncia "Acid Deaz". A pesar de su desprolijo inglés, al entonces joven cantante lo envuelve una energía comparable con su sed de alcohol (obviamente), sangre y venganza. La voz-profeta del desastre total.

El álbum continúa con 'Mercenary', cuyo riff denota la evidente influencia de Motörhead, con la voz de Gerre adquiriendo un matiz algo similar al de Lemmy. Mientras que 'Maniac Forces', luego de su siniestra y tenebrosa intro, nos sumerge en un torbellino que arrasa con todo a su paso. Sus poco más de 5 minutos hace de esta canción la más larga de todo el disco, a lo que se suma un riff derechamente asesino. Cerrando la cara A del vinilo, la velocidad desquiciada de 'Alcohol' causa estragos entre quienes aún no asimilan semejante despliegue de violencia y suciedad, con la cerveza chorreando por litros.

La cara B comienza con un enérgico y 'melódico' riff con matices militares, desembocando en aquel golpe certero de adrenalina llamado '(Empty) Tankard', el himno de Tankard por excelencia. 'We wanna drink some f-ckin' beer, we wanna drink some whiskey..." , vocifera un Gerre cuya sed de alcohol, durante todos estos años, ha permanecido insaciable a pesar de los litros de alcohol en su cuerpo. Un himno que no solo llama al mosh y al stagedive, sino que también está hecho para ser cantado con cerveza en mano, con el puño en alto. Le sigue 'Thrash 'Till Death' (no confundir con la canción de Destruction), auténtica Declaración de Principios por parte de una agrupación que, a diferencia de sus colegas de la escena local, radicaba su salvajismo más en la música que en su estética. Razón suficiente por la que Tankard se ganaría rápidamente el cariño de aquellos fans que veían en los de Frankfurt una auténtica actitud callejera sin necesidad de lucir peligrosos como Kreator o los mismos Metallica. Todo lo contrario: honestidad y diversión pura, como sus pares americanos de Anthrax.

    La actitud pendenciera de 'Chains' marca el comienzo del último tramo del álbum. Uno de los cortes menos conocidos de Tankard, pero que resume las intenciones violentas de una pandilla compuesta por cinco problemáticos adolescentes hambrientos de diversión que vivían de juerga '24/7', al igual que la más furiosa 'Poison' (fanáticos de Motörhead a morir estos alemanes!), cuya desbocada intensidad nos hace asumir que la originalidad es lo de menos cuando se trata de patear traseros a mil km por hora o más. Y el remate llega con 'Screamin' Victims', técnicamente cercana a los Metallica del "Kill Em' All", pero con la ferocidad devastadora propia del Thrash hecho en tierras germanas. Es cierto que Tankard no estaba interesada en lucir la misma actitud peligrosa que sus compatriotas, pero la constancia ha sido la virtud necesaria para mantener en alto la bandera de un género que, al menos en Europa, jamás ha renegado de su esencia por fama, menos por dinero
.
Luego de este "Zombie Attack", Tankard se ganaría un lugar merecido entre los grandes del Thrash y de todo el Metal Extremo en Europa gracias a notables placas como "Chemical Invasion", "The Morning After" y, por qué no decirlo, trabajos más recientes como "The Beauty And The Beer" y "A Girl Called Cerveza", con el -ahora- cuarteto disfrutando de un presente dorado, quizás menos intenso y salvaje que antaño, pero con una autenticidad y crudeza que se mantiene con los años y los ha hecho una de las bandas más queridas no solo en el Thrash, sino en todo el Metal. En una sociedad superficial que se guía por supuestos cánones de belleza y moralidad, donde discriminamos a la gente poco agraciada de la que es 'bonita' y a los 'borrachos' de la gente 'elegante', la música de Tankard es perfecta para barrer con aquellos estamentos impuestos en contra de nuestra voluntad, la de quienes solo queremos pasarlo bien y embriagarnos a más no poder, por toda la vida. Aunque sea con solo un poco de cerveza agria y algo de whisky barato.


Escrito por: Claudio Miranda


En unos cuantos días llega a Chile una de las cuatro bandas más importantes del Thrash Metal Alemán. Considerada una de las bandas influenciables en el género, Tankard ha marcado historia en el circuito del metal, con su temática de amor por la cerveza, ganando adeptos por todo el mundo.

La banda actualmente la compone Gerre, Andi, Frank y Olaf, quienes se encuentran preparando su gira sudamericana, la cual comienza en Chile. 

A continuación dejamos los detalles de ambos conciertos:


19 de febrero – El Huevo, Valparaíso
$20.000 Preventa
$25.000 Día del Evento
Venta en: Ticketek, Tiendas Falabella y Cines Hoyts.
Compra On Line: http://goo.gl/tLQY0l 
Sin Recargo: Riff Rock Metal Shop (Viña del Mar)







20 de febrero – Club Kmasú Premiere, Santiago
$20.000 Preventa
$25.000 Mismo Día
Venta en: Ticketek, Tiendas Falabella y Cines Hoyts.
Compra On Line: http://goo.gl/s1VslW

Sin Recargo: The Knife (Eurocentro), Voz Propia (Portal Lyon), Tienda Templo (Av. Providencia 2528 local 57, Metro Tobalaba), Insalubrious Metal Store (Placer 932, Local 47, Persa Bio Bio), Riff RockMetal Shop (Viña del Mar) y Thrash Shock (Curico)

Publicar un comentario

0 Comentarios