Marzo de 1989. Mark Kilroy, un joven estudiante de medicina americano, realiza un viaje a la ciudad de Matamoros (ubicada en la frontera de EE.UU. con México) para encontrarse con unos amigos. Al llegar la fecha señalada, el encuentro no se concreta: Mark se encuentra inubicable y nadie sabe sobre su eventual paradero. Por lo tanto, sus amigos deciden acudir a la policía para efectuar una denuncia por desaparición. Por supuesto, la policía no puede mantenerse impasible a la desaparición de un ciudadano americano, por lo que emprende un operativo en el que poco más de un centenar de criminales de esa localidad son sometidos a interrogación. Junto a aquello, se ofrece una jugosa recompensa (15 mil dólares) para quien aportara con información valiosa sobre el joven. Todo aquello resulta en vano.
Matamoros se caracteriza por ser un punto de reunión para los estudiantes americanos que suelen visitar el lugar en temporada de vacaciones. Sin embargo, no se trata de una zona típicamente turística: las drogas, el alcohol y la prostitución hacen de esta localidad un 'paraíso' para quienes buscan fomentar sus vicios y placeres al menor costo posible. En aquella zona también se encuentra el rancho Santa Elena, punto central de operaciones para el narcotráfico. Entre los narcos interrogados por la policía, uno de ellos reconoce a Mark Kilroy y su testimonio sería corroborado por las propias fuerzas policiales que terminarían allanando el rancho para descubrir un hecho espeluznante, propio de una película de horror: Mark Kilroy y otras 12 personas fueron brutalmente torturadas, sodomizadas y asesinadas, como parte de un culto satánico liderado por Adolfo Constanzo, reconocido narcotraficante y autodenominado maestro 'voodoo'. El cuadro resulta macabro: en el punto donde se hacían los rituales, los cadáveres yacían mutilados y con sus cráneos abiertos, sin sus cerebros. Sus cuerpos eran ofrecidos por los mismos narcos en sacrificio a un dios al que rendían adoración a cambio de la protección espiritual requerida para llevar a cabo sus actividades.
Los macabros crímenes ocurridos en el rancho Santa Elena durante el transcurso de 1989 llegan a oídos de un joven de 22 años llamado John Lepe. De origen latino, John Lepe se encuentra sobreviviendo en Los Ángeles (California), donde también aprovecha la oportunidad para sumergirse en la escena del Metal asistiendo a los frecuentes conciertos realizados en esa zona. Sin embargo, también debe lidiar con la discriminación racial que se da, lamentablemente, en la propia escena, por lo que no la tendría fácil en ningún frente. A eso se le puede agregar el hecho de que el inglés era durante aquellos años el único idioma 'autorizado' dentro del Heavy Metal en todas sus ramas. Por lo tanto, el joven Lepe decide jugársela por formar una banda cuya propuesta musical sería tan extrema y cruda como sus letras en español. Sería en una fiesta donde compartiría con Dino Cazares, un 'tal' Jello Biafra, Pat Hoed y BIlly Gould. Intercambiando chistes y cervezas, forman una banda como una suerte de broma, utilizando apodos. John Lepe, quien toma el pseudónimo de 'Juan Brujo', tiene un nombre y un concepto para una banda cuya propuesta no tardaría en hacer eco tanto en la 'inmaculada' sociedad estadounidense como en una Latinoamérica encadenada por la codicia asesina de unos pocos. Lo que parecía una broma entre amigos, terminaría volviéndose en una voz de denuncia directa, sin filtros ni adornos.
Una vez conformada la primera alineación ( Dino 'Asesino' Cazares en guitarra, Jello 'Jr Hozicón' Biafra como segunda voz, Pat 'Fantasma' Hoed en batería, Billiy 'Güero Sin Fe' Gould en las cuatro cuerdas y el propio 'Juan Brujo'), en 1990 sale editado el "Demoníaco", un EP compuesto por cuatros canciones de corta duración, pero que no tardarían en causar polémica no solo por la música, sino más bien por sus controversiales y explícitas letras, en las que el satanismo, el gore, el sexo y el narcotráfico se abordan al detalle, al borde de provocar la censura inmediata de los medios. La portada del single no deja indiferente a nadie: la prensa y la crítica especializada se remece ante aquella propuesta que va más allá de la música. Es ahí cuando empieza a correr el rumor de que esta banda llamada Brujería, cuyos integrantes utilizan apodos y se niegan a revelar sus identidades bajo esas 'capuchas', tiene una relación directa con el narcotráfico y el satanismo. Dos años después, se edita el segundo EP titulado "Machetazos", cuya cruda portada y letras explícitas superan todo lo permitido por los moralistas y' pudorosos' medios de prensa norteamericanos. Los rumores respecto a la relación de la controvertida banda de Metal Extremo con alguna secta satánica, el terrorismo, el crimen organizado del tráfico de drogas y el secuestro/asesinato de ciudadanos se vuelven cada vez más fuertes, por lo que Brujería se vuelve en un tema tabú para quienes insisten en ver en el Rock/Metal una apología a todo aquello que agrede los principios fundamentales de la familia y el estado. Para entonces, Brujería se ha ganado un pequeño pero importante trozo de fama.
En 1993, luego de algunos cambios en la alineación (Raymond 'Greñudo' Herrera entra en
reemplazo de Fantasma, mientras que Shane 'El Hongo' Embury toma el lugar de Güero Sin Fe y Pinche Peach hace lo mismo en el lugar del saliente Jello Biafra), Brujería edita su LP debut titulado "Matando Güeros". Si los lanzamientos anteriores 'horrorizaron' a la opinión pública, lo del LP sobrepasó todos los límites, partiendo por la portada del álbum, mucho más polémica que el de los discos anteriores. La mano sosteniendo una cabeza decapitada solo recibió una drástica reticencia por parte de las tiendas discográficas de diversos países, sobretodo EE.UU. Sin embargo, el contenido musical y lírico del álbum refleja, pese al 'sentido' que le ven solamente los defensores y jueces de lo moralmente correcto, aquella 'inspiración' que tuvo Juan Brujo en aquellos hechos e historias que reflejaban el lado perverso de una actividad que los jóvenes americanos subestimaban respecto a su real peligro. Musicalmente hablando, "Matando Güeros" sería el único LP en el cual Brujería incursionaba en el Grindcore, antes de mutar al Death Metal con toques Groove que los consagraría a nivel internacional.
Dos años después del brutal y polémico debut en grande, el siguiente álbum está listo para ver la luz, aunque con un concepto mucho mayor: 'Raza Odiada', placa en la que, partiendo por la portada, denota un serio compromiso con la causa zapatista en México, cuyo objetivo era derrocar al entonces presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari (implicado en severos casos de corrupción y gran responsable de la crisis económica y social que afectó a la población mexicana a mediados de los '90). Esta vez, las letras adquieren tintes cada vez más políticos, con alusiones directas al PRI, el partido oficialista y a la ambición desbocada del gobierno estadounidense por imponer su autoridad más allá de sus fronteras (Salinas de Gortari había firmado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte junto a EE.UU. y Canadá, lo que motivó la movilización inmediata del ejército zapatista por impedir que se llevara a cabo una nueva maniobra para que la nación 'yanky' pudiera hacerse del dominio de todo un continente hasta llegar al Hemisferio Sur). Con "Raza Odiada", Brujería se ganaba un nombre entre los fans latinos del Metal Extremo (al igual que con el super-ventas "Brujerizmo"), los mismos que veían en la super-banda norteamericana un canal de denuncia ante las injusticias de los gobiernos sudamericanos bajo el consentimiento de la gran potencia económica y militar del mundo. De alguna manera, Brujería graficó la situación de una Latinoamérica que, durante los '90, permanecía regida por la pobreza sociocultural y la ambición de quienes, bajo el amparo de una potencia caracterizada por la hipocresía y la omnisciente presencia en el orbe (incluso pasando a llevar la soberanía ajena, nada de raro), sacaban provecho para saciar su sed de dinero fácil a costa de los pueblos más frágiles. El horroroso destino que tuvo aquel estudiante de medicina en manos del narcotráfico a fines de los '80 no fue casual: EE.UU., sin saberlo, se enfrentaba a una amenaza que sobrepasaba todos los razonamientos propios de la naturaleza humana. Tuvo que perder a uno de sus ciudadanos para se destapara el horror detrás de los vicios alimentados en forma ilegal, con un costo doloroso para quienes nunca creyeron que sus almas estaban en juego. De alguna manera, Brujería supo darle 'banda sonora' a toda una raza marcada por el odio y la muerte hasta la médula.
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Valores:
·$22.000 Preventa 2 (Hasta el 16 de mayo)
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