#Critica de Cine: Free Love



Free Love (también llamada Freeheld), es una película basada en la historia real de Laurel Hester (Julianne Moore), una exitosa oficial de policía estadounidense quien es diagnosticada con cáncer terminal, noticia que la embarca en una larga lucha por conseguir que su pareja sentimental (Ellen Page) pueda optar a los beneficios de su pensión, algo no aplicable a uniones homosexuales a principios de éste siglo en Estados Unidos. Hay temáticas interesantes por delante, ya que además del propio conflicto político por los derechos igualitarios, tenemos una historia amorosa en que destaca una diferencia de edad importante y claras alusiones al machismo. Salir de lo políticamente correcto parece un desafío cada vez mayor en éste tipo de adaptaciones (también toma elementos de un documental con el mismo nombre), y mi primera recomendación es mesurar las expectativas, Free Love no se escapa de esos fantasmas. 

Se nos relata todo el proceso de la relación, el momento en que se conocen, sus primeros pasos en la construcción de su familia, algunos factores propios de la discriminación y posteriormente el conflicto proveniente del giro principal, la enfermedad. Considerando que el metraje dura alrededor de una hora cuarenta, era de esperar que hubiera una falta de profundización en algunos aspectos, pero mi principal disconformidad es que sin ser una película decepcionante, está lejos de destacar. Las actuaciones cumplen bien en aprovechar las virtudes de éste dúo. A Ellen Page la vemos disfrutar de su personaje con naturalidad, mientras que Julianne Moore vuelve a demostrar algunas aptitudes vistas con anterioridad en “Siempre Alice”. Pero Steve Carrell, el personaje secundario que hace de “pastor judío” es el que mejor luce, liberando tensiones y sacando sonrisas en momentos precisos. El problema comienza al apresurar el desarrollo de los personajes, ya que pese a la buena química entre las chicas, no termina siendo una relación que transmita el peso del contexto con solidez. Algo similar sucede con el conflicto principal, el cual declara intenciones fuertes de que será una batalla que se resolverá en un angustiante clímax, pero con una falta de energía que vuelve a la película un tanto predecible.  Es esa sensación de estar viendo algo demasiado plano, con un factor emocional que se esfuerza en relucir, pero que termina opacado en sus propios defectos. Esa falta de aspiraciones me pesan a la hora de usar mi subjetividad para darle un valor agregado a ésta película, aunque no niego que funciona en su medida justa, hay un cariño detrás de éstos personajes e instala en la mesa un tema que a pesar de todo, es un aporte bienvenido.   

Nota: 3/5



Escrito por: Andrés Leiva



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