#CDReview: Aisles-Hawaii (2016)


La Tierra está al borde de la extinción, en gran parte responsabilidad de la propia raza humana y sus acciones que han sellado el fatal destino  que se avecina, como lo son la guerra y la contaminación a nivel global. La única manera de sobrevivir y preservar la raza es la evacuación y la posterior colonización de aquellos rincones de la galaxia hasta entonces desconocidos. Dentro de este proceso de búsqueda y colonización, da a lugar los recuerdos de un mundo que alguna vez fue verde y azul en su máxima expresión, rebosante de vida. Sin embargo, aquellos recuerdos traen consigo un dejo de tristeza pues ya nada será lo mismo: la colonización espacial implica también trabajo duro, con una serie de misiones en las cuales sus participantes, todos voluntarios, asumen que su tarea de exploración implica un viaje sin retorno. Solo existe un punto en común que reúne a todas las razas existentes en el universo, el Club Hawaii. Un lugar donde la gente no solo va a pasarlo bien, conocer gente y a disfrutar de los placeres de la vida; es un lugar que, de alguna manera, conserva los antiguos y hermosos recuerdos del planeta que nos vio nacer y crecer, nuestro ahora extinto hogar, la Tierra.
    
Lo que parece una historia de Ciencia Ficción salida de la pluma de visionarios como Larry Niven, Ray Bradbury Arthur C. Clarke en realidad corresponde al concepto construido y moldeado de manera sublime y envolvente por los nacionales Aisles a través de su reciente placa titulada "Hawaii", un álbum conceptual cuya idea fue concebida originalmente de la canción del mismo nombre, la cual pertenece a "In Sudden Walks" (2009). El sexteto nacional, luego del éxito a nivel de críticas obtenido por el anterior "4:45 AM", decidió explorar (en todo sentido) la idea de 'Hawaii' de manera más detallada, al punto de recrear un universo propio, derivando así en lo que podría ser la placa más ambiciosa de todo el catálogo, a nivel musical y, lo más importante, conceptual. En formato doble, sumando más de 80' de duración en un conjunto de atmósferas sonoras que nos sumergen en lo más recóndito del espacio sideral y, al mismo tiempo, permiten apreciar las virtudes técnicas y, ante todo, creativas de una agrupación cuya propuesta artística radica exclusivamente en la honestidad. Un elemento que, por cierto, se transmite de manera fiel y efectiva en cada una de las 12 canciones del álbum editado en formato doble, y también una constante tanto en ésta como en los trabajos anteriores.

   Empezamos la revisión del disco 1 con la entrada grandilocuente de 'The Poet Part 1: Dusk', una introducción que nos atrapa de inmediato en las reflexiones sobre la pureza del arte y el cómo, a pesar de su honestidad, el protagonista se ve destinado a permanecer enterrado en el anochecer del tiempo, al igual que sus creaciones. Instrumentalmente, define de inmediato la propuesta 'sencilla' pero envolvente mediante una base rítmica uniforme pero que genera espacialidad en cada golpe, mientras la voz de Sebastián Vergara se encarga de graficar aquel sentimiento de melancolía y reflexión en cada verso. Y de aquella calma reflexiva, pasados los seis minutos, todo muta en un caos organizado y constante, con el sintetizador de Juan Pablo Gaete propinando pinceladas sutiles y potentes a la vez a través de la 'bóveda celeste' (término utilizado en la astronomía durante la antigüedad), mientras las guitarras a cargo de Germán Vergara y Rodrigo Sepúlveda se fusionan en una sola unidad de energía provocando estallidos de luz en pleno firmamento. A pesar de ser el primer track, queda inmediatamente de manifiesto la intención conceptual de la placa respecto a su visión del cosmos y sus misterios aún no resueltos en su totalidad hasta hoy. Y si en la primera parte predomina la oscuridad de los tiempos por los que pasa la Tierra poco antes de su destrucción defintiva, la segunda parte titulada 'New World' simboliza la esperanza presente en los sobrevivientes que ya han comenzado la misión de exploración y colonización en busca de un nuevo hábitat, pero manteniendo vivo el recuerdo de aquel poeta cuya obra nunca podrá, desgraciadamente, ser rescatada del olvido. En lo musical, hacia el final se repite la fanfarria que da inicio a la primera parte, aunque más extensa y con la batería de Felipe Candia utilizando de manera efectiva todo tipo de recursos ligados al jazz, con una elegancia tremenda.

  El sonido de las turbinas de la nave despegando de la base terrestre marca el comienzo de 'Year Zero' (situado en el año 2300 de nuestra era, marcado por el último lanzamiento espacial con destino hacia los territorios ubicados entre el planeta Marte y el cinturón de Kuiper), cuyo título y letras grafican las reflexiones de los sobrevivientes respecto al incierto destino que les espera luego de abandonar el planeta natal en busca de nuevas opciones de vida. El 'Año Cero' que da inicio a la Era Espacial luego del final de todo lo relacionado con nuestra civilización. Soberbio el desempeño de Juan Pablo Gaete en los teclados como gran responsable de la atmósfera espacial que hace tanto de esta canción como del álbum en su totalidad una oda a la introspección en todo su sentido, más allá del contexto. Algo similar ocurre en 'Upside Down', cuya letra constituye un llamado a dejar de lado las limitaciones del pasado en favor de la necesaria y siempre bienvenida evolución, sobretodo a nivel de pensamiento. El desempeño en las voces de Germán y Sebastián Vergara interpretando al Viejo y Nuevo Mundo, respectivamente, llega a ser sobrecogedor, incluso llama a tomar consciencia respecto a la construcción de nuevos mundos en base a nuestros pensamientos. No todo tiempo pasado fue el mejor, depende de nosotros mismos construir y formar el mundo que anhelamos para nosotros y nuestros hijos, sin importar que tan complicado parezca aquello. Por cierto, el trabajo despachado por el mencionado Germán Vergara y Rodrigo Sepúlveda en las seis cuerdas raya en lo excelso, siempre en favor de las emociones por sobre el lucimiento personal, mientras Daniel Baird-Kerr (bajo), aplica de manera magistral la fórmula 'menos es más' en su desempeño a cargo de las bajas frecuencias y conformando, junto a Felipe Candia, una sociedad rítmica tan impredecible como omnipresente en el sonido ya clásico de Aisles. Y finalizando el primer volumen, llega la composición más extensa del álbum, 'CH-7', corte cuyos doce minutos y medio de duración resumen la vida de los mineros espaciales cuya labor en plena era de exploración y colonización los mantiene cada vez más relegados a una vida rodeada de peligros, muchas veces sin poder recurrir a la ayuda inmediata de sus superiores. Para los interesados en el concepto espacial del álbum, CH-7 es el nombre que se le da a una unidad de procesamiento de materia prima con un diseño acorde a la operación en el espacio. Centenares de estas unidades se encuentran a lo largo del cinturón de asteroides, alejado de las colonias existentes durante el período denominado 'Los años de la minería'. Y entre medio de aquella tediosa labor, surge una serie de visiones respecto al 'Nuevo Mundo' interpretadas de manera sublime en la voz de Sebastián Vergara. Hay que acotar que el ideólogo detrás del concepto de "Hawaii" es Germán Vergara,  denotando así un proceso creativo en el cual cada componente pone lo mejor de sí al momento de hacer real un Universo que, más allá de la ficción, refleja el presente de nuestro mundo cada vez menos verde y azul, rosando el gris inclinado hacia la inevitable oscuridad.

   A continuación, damos comienzo al disco 2 con la triste y hermosa balada acústica 'Terra'. Si bien "Hawaii" es un trabajo en el que la tristeza converge con la introspección, es precisamente en este pasaje donde queda de manifiesto el pesar que sienten los habitantes del planeta debido al inminente fin de la vida, implicando también en la lamentable pero necesaria pérdida de nuestros seres queridos, los mismos que, teniendo presente el inevitable destino (forjado, por cierto, por nuestras propias acciones, directa e indirectamente), nos encargan el futuro, tanto a nosotros como a quienes vendrán. Una letra desgarradora, con el protagonista resignándose a la pérdida, tanto de su ser amado como de todo lo bello que hubo alguna vez en la Tierra. Ya habíamos mencionado que este álbum nos llama a tomar consciencia respecto al cuidado de nuestro mundo, en el cual la única forma de sobrevivir es la búsqueda de un nuevo hogar en algún rincón del espacio. 'Terra' resume aquel mensaje en forma de lamento, uno que esperamos jamás se haga realidad. De la tristeza pasamos a la esperanza con 'Pale Blue Dot', cuyo mensaje nos invita al recuerdo grato, el disfrutar cada momento al punto de tenerlo presente cada día de nuestras vidas. Si 'Terra' era un lamento desgarrador, 'Pale Blue Dot' invita al cariño por nuestros orígenes,  el poder rememorar aquellos tiempos en los que la Tierra era un lugar lleno de vida, un paraíso terrenal del que solo quedan retazos en la memoria. 'Still Alive', el llamado a la supervivencia ante el deprimente e inmediato futuro que le espera a la Tierra, reafirma con autoridad y sutileza a la vez la vocación artística de Aisles en toda su discografía, dejando aflorar el sentido real de la humanidad y su existencia.

    Luego del breve corte instrumental 'Nostalgia' (impresionante el desempeño vocal de Sebastián Vergara en todo el álbum, prácticamente un instrumento más) Llegamos entonces al momento que resume la ambición que caracteriza el concepto de la mano de 'Club Hawaii'. Un diálogo que nos introduce a la magia que cobra vida en aquel lugar donde se reúne a los colonizadores en un ambiente ameno, donde el alcohol, la música y la libertad sexual recuerdan a los antiguos clubes nocturnos de mediados del siglo pasado. Notable el desempeño vocal de Sebastián y Germán Vergara, quienes interpretan tanto al recién llegado como a los huéspedes habituales del club, estos últimos invitando al forastero a experimentar placeres tan extraños como irresistibles. En lo musical, Juan Pablo Gaete nuevamente se erige como gran artífice de las capas sonoras que nos sitúan, repentinamente, en medio de todo el barullo que hace del Club Hawaii un lugar lleno de esperanza para quienes desean escapar del permanente vacío reinante afuera.  'Club Hawaii' refleja el clímax de una historia caracterizada por los pensamientos y sensaciones experimentadas en plena Era Espacial respecto a un hogar (la Tierra) del que ya no queda rastro de civilización. En medio del proceso de exploración y colonización, con todas las penurias que conlleva, el Club Hawaii representa una brisa rejuvenecedora, un lugar donde las alegrías y las penas se sumergen en el alcohol (solo, al ritmo de la música, con amigos o pareja) y los placeres carnales están presentes sin ningún tipo de tabúes. Por cierto, el arte del álbum (la portada y el interior, con diseño y creación por parte de Omar Galindo y Christian Velásquez)) ayudan a entender de mejor manera la historia, complementado por las letras en el booklet.

Encaminados en la recta final nos encontramos con 'Falling' (ambientada en el año 20.289 de la Era Espacial), una suerte de reflexión (en realidad, "Hawaii" en su totalidad está repleto de aquello) respecto a nuestra condición como habitantes de un Universo infinito que nos hace sentir tan pequeños como una hormiga. Acompañado del piano ejecutado por Germán, Sebastián Vergara interpreta cada verso como una plegaria, atrapado en la inmensidad del firmamento que no cesa de expandirse de la nada. Y para finalizar el segundo disco (y el álbum completo), 'In The Probe', cuyos arreglos instrumentales nos sumergen nuevamente en la oscuridad del infinito, de manera más directa, transmitiendo una sensación de vacío inquietante en un comienzo, pero que permite sacar a la luz todas las inquietudes respecto a la posible existencia de un mundo similar o mejor que lo que alguna vez fue la Tierra. Inquietudes propias del cosmonauta en cuya misión asume una cosa concreta: el boleto es solo de ida, es inútil mirar hacia atrás.

   "Hawaii" debe ser, por lejos, uno de los trabajos más grandilocuentes del Progresivo actual, tanto a nivel local como internacional. Un concepto claramente inspirado en clásicos de la Literatura Espacial como "2001: A Space Odyssey" de Sir Arthur C. Clarke, "The Martian Chronicles" de Ray Bradbury y "Ringworld" de Larry Niven, por supuesto remarcando su propia personalidad. Complejo y fascinante a la vez, como el universo moldeado por aquellos visionarios del pasado que supieron plasmar en sus creaciones la futura (ahora presente) exploración y descubrimiento de nuevos recovecos aptos para la vida de toda especie, asumiendo, desgraciadamente, una probable extinción de nuestro planeta. Es muy pronto para aseverar si es la mejor producción realizada, pero una cosa es cierta: la propuesta ya consolidada de Aisles no conoce límites de ningún tipo. Cual cosmonautas en misión de exploración, mirar hacia adelante es lo único que importa. No hay vuelta atrás: Aisles viaja directo hacia la frontera final, donde nadie ha ido jamás, como reza la introducción de la mítica serie "Star Trek".


CALIFICACIÓN: 




Banda: Aisles
Disco: "Hawaii"
País: Chile
Género: Rock Progresivo
Año: 2016
Tracklist 
Disco 1:
1. The Poet Part I - Dusk
2. The Poet Part II - New World
3. Year Zero
4. Upside Down
5. CH-7

Disco 2
1. Terra
2. Pale Blue Dot
3. Still Alive
4. Nostalgia
5. Club Hawaii
6. Falling
7. In the Probe

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Escrito por: Claudio Miranda

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