Dos de las agrupaciones más representativas de los sonidos con atmósferas oscuras se dieron cita la noche del Jueves 19 de agosto en el tradicional bar House Rock & Blues (Ñuñoa), en una jornada dedicada a repasar la vigencia de un legado cuyas semillas fueron sembradas a fines de los '90 por próceres locales como Poema Arcanvs -a su vez, herencia de la oscuridad gótica que caracterizo el sonido moldeado y popularizado por Paradise Lost y, más atrás, Black Sabbath-, reproduciendo con fidelidad aquellos pasajes sonoros densos como la más temible de las nieblas, pero siempre dejando lugar a la esperanza, aunque esta última se encuentre en la propia muerte.
Impresiones mencionadas en en párrafo anterior quedan a merced de todos los sentidos apenas se deja caer la intro que da paso a 'Admongelen', corte perteneciente a "Neverending", el EP editado hace unos meses por Morver, agrupación cuya propuesta sonora y artística bebe bastante de la fórmula creada y procesada por los mismos Paradise Lost y, en especial, My Dying Bride. Uno a uno se dejaron caer tanto el material de "Neverending" como cortes inéditos de la talla de 'Stay In The Abyss', 'Nompuehuenu' y 'Sweet Innocence', cada uno dando cuenta de la maestría presente en el desempeño de sus intérpretes. El trabajo de Marcelo Fuenzalida y Alejandro Morales en las seis cuerdas parece oscurecerlo todo, mientras el teclado de Christian Cruz proporciona los colores necesarios en la paleta para que el lienzo cobre efecto tridimensional. Gran mérito también por parte de Carlos Gonzalez, un cantante cuyo registro vocal bordea tanto la seducción como lo siniestro -o, por qué no, lo malvado-, por supuesto complementado con una puesta escénica en que la sencillez se intercala con la nebulosa del misterio, suficiente como para hacer de Morver una unidad de energía positiva pero siempre reflejando el lado pscuro de nuestras almas durante el diario vivir.
Pasadas las 23 horas, llegaría el turno de Lapsus Dei, agrupación formada en 1998 y que, durante la última década, ha remecido fuerte la escena local mediante trabajos recientes como "Sadness Reflections" (2013), del cual 'Dreams' fue sabiamente elegida para dar inicio a un set quizás breve en cuanto a selección de canciones, pero contundente al momento de reafirmar con hechos el presente de una agrupación que se ha ganado merecidamente un lugar como referente a nivel local y, por qué no, internacional. Luego seguiría la inédita 'Faithless', para después recordar aquel memorable debut llamado “Beyond The Truth” de la mano de ‘Grimness’, uno de los cortes más representativos de aquellos años en que el cuarteto ya tenía definida su propuesta artística, al igual que el sonido característico que no tardaría en erigirlos como uno de los exponentes principales del Doom con matices progresivos a nivel local. El desempeño vocal de Julio Leiva traspasa todas las dimensiones posibles en medio del aparente horror que envuelve cada grito, mientras su labor en guitarras junto a Rodrigo Poblete recrea de manera sublime el mundo tenebroso que cobra vida en cualquiera de sus tres LP.
Por estos días, el cuarteto se encuentra en plena promoción de “In Our Sacred Places”, su tercer trabajo en estudio y del cual pudimos apreciar momentos de colección como ‘Reborn’, cuya ejecución deja claro sobre el escenario el nivel de consolidación alcanzado por una agrupación que, a pesar de sus aparente naturaleza doom con tintes Death Metal, no tiene empacho en pregonar en vivo su admiración hacia una influencia universal como Pink Floyd. Las guitarras de Julio Leiva y Rodrigo Poblete recrean de manera contundente la niebla que contiene la esencia de la muerte, mientras la base rítmica conformada por el baterista Luis Pinto y el eximio bajista José Bastías (abrumador su desempeño en las bajas frecuencias, artífice fundamental del maravilloso y ocultista sonido de Lapsus Dei) se encarga de sostener la majestuosidad con que la bestia acecha a su presa con los resultados ya previstos para la víctima. Algo similar se puede sentir en ‘Colossal’ y, sobretodo, ‘Human’, con el cuarteto desatando lo que podría ser la ‘tormenta perfecta’, intercalando la devastación con la apacible pero siempre inquietante calma que antecede al desastre. Para finalizar, la indicada sería ‘Absences’, con Julio Leiva dando lo mejor de sí a nivel vocal y la banda utilizando aquellos recursos que dejan a la luz sus virtudes tanto técnicas como creativas. Final de lujo para una presentación en que, pese a la reducida selección del repertorio, permite corroborar en vivo la honestidad transmitida en estudio. Lapsus Dei, en vivo y en directo, nos trasladó por alrededor de 1 hora hacia un lugar sagrado, donde la verdad se encuentra sumergida en la oscuridad del alma. Una invitación cordial a la reflexión en medio de la melancolía, emoción siempre bienvenida. Porque es en ese mundo sagrado donde la paleta de colores es infinita.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolas Soto
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