Durante más de cuatro décadas, el Metal, en
todas sus variantes, ha expandido sus fronteras más allá de la música,
conformando prácticamente una cultura, pese a los clichés propios del género y
el ambiente. Discos (vinilo, cassette, CD), tatuajes, poleras, productos
relacionados con la cannabis y su uso terapéutico, artesanía inspirada en el
cine de Terror clase B, etc. Para un programa musical de la talla de Nación
Under -cuyo aporte a la escena nacional, a estas alturas, sobrepasa lo
fundamental-, la primera edición del evento denominado "Nación Under En
Directo" fue el momento perfecto para rescatar aquel sentido de cultura,
complementado, por supuesto, con la presentación de agrupaciones destacadas a
nivel local, incluyendo un invitado desde el otro lado de la cordillera y un
par de consagrados a quienes el Metal chileno les debe su razón para seguir al
pié del cañón y con la bandera flameando por sobre todo. El Centro Cultural de
La Pintana fue el escenario escogido para el debut de un evento que dejó saldos
positivos gracias a la difusión a través de las redes existentes, graficando el
profesionalismo y la dedicación con que este tipo de iniciativas se lleva a
cabo, incluso más allá del evento en sí.
Hay que destacar también la variedad que
hizo del evento una exposición de lo mejor de lo nuestro sin necesidad de
limitarse a un subgénero, sino demostrar hasta dónde se expanden las fronteras.
Aseidad, la banda encargada de abrir los fuegos, nos lo dejó en claro con su propuesta
influenciada claramente por el Metal europeo en su vertiente más oscura y
sinfónica (Paradise Lost, Amorphis, Therion), dictando cátedra de calidad y
actitud sobre el escenario. Desde 'Release of Soul' hasta 'Blessed by
Darkness', el quinteto dio cuenta de una elegancia comparable con la
teatralidad propia de una propuesta que prioriza la grandilocuencia y el
dominio técnico en favor de la música. Gran parte del set estuvo conformado por
el material que forma parte de "The Voice Of Snake", el LP que verá
la luz a fines de esta temporada a través del prestigioso sello Australis. Suficiente
para hacernos una idea del futuro de una banda que le dio apertura al evento a
su manera, a lo grande.
Poco después llegaría el turno de Cinical,
agrupación originaria de Mendoza y exponente de la oleada 'groove' sudamericana
liderada por sus compatriotas de A.N.I.M.A.L., banda cuya influencia ha sido
decisiva en su propuesta sonora. Liderados por Vaka Allegretti (bajo y voz),
los mendocinos no se guardaron nada y expusieron lo mejor de su material
durante 18 años de carrera. Pasajes como 'The End', 'Sangre' y 'Fire Soul'
fueron suficientes para apreciar una propuesta que se mueve totalmente por la
actitud, incluso llamando a romper aquellas barreras que parecen separarnos por
nacionalidad. A esas horas, el recinto presentaba una asistencia numerosa, con
poco más de 200 personas en calidad de testigos -y partícipes- de una
presentación en donde el cuarteto nos recordó lo primordial de la esencia
callejera de un género que, sea en inglés o español, tiene algo que decir por
sobre lo que digan las tendencias de hoy. Arrollador desempeño por parte de una
agrupación que, por poco menos de una hora, barrió con todos los símbolos
patrios a su alrededor en favor del único estandarte que prevalece: la música.
Cuando hablamos de variedad, aquello
involucra rescatar la tradición de nuestras raíces, y Ulkan Newen lo sabe de
sobra. Originario de Curarrehue (Novena Región), el combo liderado por Kütral
(guitarra rítmica e instrumentos varios) dio cuenta de una propuesta que rinde
homenaje a nuestros ancestros en cada nota y acorde ejecutado, dejando en claro
el origen de su inspiración creativa, totalmente basada en ciertos mitos y
leyendas pertenecientes a nuestra cultura. Desde el ardor de la sangre mapuche
en 'Epe wun' y 'We ulkantun' hasta la misteriosa criatura fantástica que
protagoniza 'Bagual', pasando también por 'El Viejo del Saco', un tributo
magistral a nuestra infancia nutrida con lo mejor de nuestras tradiciones. Todo
aquello es posible con músicos dueños de una experticia técnica exquisita
combinada con una puesta en escena que hace del espectáculo una experiencia
fascinante. Es grato presenciar el feedback generado entre la banda y un
público tan eufórico como involucrado completamente con un discurso que rescata
nuestros orígenes, así como la cultura musical proveniente de otras latitudes,
como lo remarca la influencia japonesa en 'Hagakure'. Ulkan Newen ('canto
firme' en mapudungun) le hace honor a su nombre al demostrar el peso categórico
de una propuesta que utiliza el Metal como un canal de llegada hacia quienes
sabemos que detrás del sonido, hay un mensaje a transmitir por parte de la
misma tierra.
El Death Metal en su estado más puro y
visceral tuvo su exponente en Homicide, agrupación con más de 25 años en la
carretera y un trabajo discográfico que da cuenta de una propuesta que no tranza
por nada del mundo su poder devastador, el mismo que, por espacio de una hora,
se hizo sentir de manera aplastante en el Centro cultural de La Pintana. Liderado
por el eximio baterista Marcelo Power y el cantante Alejandro Ruiz -un frontman
que impone presencia casi omnipresente-, no hubo necesidad de mayor preámbulo
para reafirmar su condición de referente, simplemente subirse al escenario e
invocar a los dioses antiguos del infierno en base a actitud y un desempeño
sobrecogedor, traducido específicamente en el papel que juegan Gabriel
Pincheira y Patricio Díaz en las guitarras como generadores del sonido
infeccioso y demoledor plasmado cuidadosamente en sus producciones. pero el
Death Metal no solo es música, sino también espectáculo, y bien lo sabe
Alejandro Ruíz al caracterizar a un hechicero selknam en 'Overthrowing The
Lie', un homenaje a las etnias del sur de nuestro país, desgraciadamente ya
extintas debido a la codicia de unos pocos que se apropiaron de terreno ajena
'en el nombre de Dios', tal como lo refleja 'Faith Of Ignorance'. Todo aquello
junto con el coro frontal con puño en alto de 'Die Motherfucker' define sobre
el escenario la categoría de un referente del Death Metal criollo que dice y
grita a la cara las cosas como son. A la usanza de un género que no hace
distinción entre sus víctimas.
Pasadas las 22 horas, llegaría el turno de
Nuclear, quizás la agrupación que mejor define lo que significa el Metal, un
canal de expresión donde si no puedes cambiarlo todo, al menos puedes gritarlo.
Y eso lo saben de sobra sus fans, quienes no tardan en detonar el mosh y el
headbanging' frenético con los primeros acordes de 'Belligerance', una que
jamás falla cuando se trata de empezar una presentación con todo. Intercalando
material de todos sus discos con el siempre presente y necesario discurso
dirigido hacia las autoridades, es imposible no caer rendido ante tamaña fuerza
descomunal exudada en esos riffs repletos de 'mala leche', siempre diciendo las
cosas por su nombre. Desde la más antigua 'Heaven Denied' -en noviembre la
banda celebrará los 10 años de su LP debut en el Club Kmasu- hasta el discurso
fresco y cada vez más combativo del reciente "Formula For Anarchy",
representado en himnos inmediatos como 'Offender', 'Confront', 'Killing Spree'
y 'Self-Righteous Hypocrites', por supuesto la infaltable dedicatoria a la
clase política -el mayor ejemplo de 'zanganismo' institucional- en 'F.P.S.C.'.
Por supuesto, la consecuencia y la naturalidad de la música ha sido fundamental
para generar, de manera automática, el arrastre que genera gracias a una
propuesta sonora que combina el peso y velocidad propios del Metal y la rebeldía
iracunda del Punk, combinación que hace gala de su efectividad en la dupleta
compuesta por 'Apátrida' -un himno por mérito propio- y 'Chaos In My Life'
(original de los británicos de The Exploited'). Un claro recordatorio de lo que
significa el Metal más allá de la estética: barrer con todo lo político cuando
el entorno que te rodea se siente como una prisión. Nuclear siempre nos
recordará aquello en vivo y a la cara.
Y
llegamos a la recta final del evento con la presentación de una destacada
agrupación que venía llegando de una exitosa gira europea. Con el bajista y
cantante Andrés Arancibia al frente, el trío se ha mantenido en alto como un
referente obligado para los seguidores del Death Metal nacional en base a un
profesionalismo poco usual en el medio, elemento a destacar cuando se trata de
una banda que ha sabido consolidar su propuesta a nivel internacional, sobretodo
en el Viejo Continente. Cortes de la talla de 'Deconstrucción', 'Malefactor
Manifiesto', 'Confesión' y 'Corvus Corax' en vivo cobran un efecto destructor
comparable a la experticia técnica de sus componentes, destacando los dibujos
trazados por Victor Mac-Namara en la guitarra, un músico 'egresado' de la
escuela fundada por Karl Sanders (la mente maestra de Nile), combinando poderío
sonoro y musicalidad propia de un Luthier con una actitud imponente.
Profesionalismo y unidad encarnados en una banda que ha llevado el Death Metal
nacional hacia el siguiente nivel.
"Nación Under En Directo" fue la
prueba del excelente estado de salud del que goza un estilo que ha sabido
moverse tanto por la música como por quienes la apoyan y promueven como la
esencia de nuestras vidas. Una experiencia que nos invitó a la unión en un solo
sentimiento y. por qué no, una vitrina para conocer y descubrir propuestas tan
diversas como interesantes. Citando a mi distinguido colega Fernando Molinet,
lo que el Metal ha unido, que no lo separe el fútbol ni el fundamentalismo superficial.
Si esto se pudo lograr en un evento de tamaña magnitud, entonces no queda otra
opción que esperar una segunda edición. Bienvenidas sean las iniciativas, larga
vida al Metal Chileno.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolas Soto
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