#CDReview: Metallica-Hardwired... to Self-Destruct (2016)


Hubo que esperar 8 ocho años. Desde la aparición de "Death Magnetic" -el trabajo con el que volvieron a la grandeza luego de tocar fondo a principios de siglo- que Metallica no generaba tanta expectación tanto entre los fans -y los no tanto- como los medios especializados, siempre pendientes ante cada movimiento que suele dar la banda más grande del Metal mundial, ya sea en el estudio o sobre los escenarios, este último el lugar donde más han pasado las últimas dos décadas en desmedro de las cada vez más escasas producciones en estudio, nada de raro si consideramos que, gracias al álbum homónimo de 1991, los 'cuatro jinetes' se instalaron para siempre en el Olimpo del Rock. De ahí en adelante, Metallica ha tenido que lidiar con la controversia generada tanto por el cambio abrupto de su propuesta hacia una dirección más radial como por el cambio de imagen, pero en pleno 2016, aquello ya no da para debate de ningún tipo, sobretodo durante la presente década, con los californianos materializando su nuevo álbum de estudio luego de girar alrededor del mundo -territorio antártico incluido-, y revivir en vivo la leyenda que, durante los '80, cimentó las bases de una revolución que sigue provocando eco luego de más de treinta años.

"Hardwired... to Self Destruct", décimo álbum en estudio en el catálogo oficial, resume de manera certera los mejores momentos de Metallica durante su carrera, en base a composiciones menos complejas respecto a su antecesor y, por ende, más fáciles de digerir a la primera escucha. La producción, a cargo del prestigioso ingeniero Greg Fieldman -quién ya había colaborado en "Death Magnetic" y registra trabajos destacados junto a Slayer, Red Hot Chili Peppers, Slipknot, High On Fire y Marilyn Manson, entre otras luminarias mundiales-, fue determinante para que en este trabajo se intercalaran por igual las melodías certeras de los '90 con la ambición musical que los hizo situarse siempre un paso adelante respecto a sus compañeros de generación en su época dorada -"Master Of Puppets" y "...And Justice For All", para ser más precisos-, elementos quizás complicados de reproducir luego de más de dos décadas, aunque no imposibles.

   El comienzo directamente 'asesino' con 'Hardwired' debe ser lo más brutal que nos ha entregado Metallica en muchos años, con la furiosa batería de Lars Ulrich en primer plano, mientras las guitarras a cargo de James Hetfield y Kirk Hammett se encargan de que no queden sobrevivientes desde el inicio. Lo que se llama salir a matar desde el inicio, con un comienzo arrollador y, por qué no, redondo en todas sus líneas. La siguiente 'Atlas, Rise!', pese a reducir un poco la velocidad respecto a su antecesora, mantiene la línea destructora con que estos Metallica versión 2016 barren con todos los prejuicios existentes, rematando con un coro hecho para ser entonado con puño en alto. De alguna manera, los dos primeros tracks del disco 1 reflejan la furia juvenil con que "Kill 'Em All" sorprendió a todo un planeta durante la primera mitad de los '80, tanto por el desempeño vocal de Hetfield como por alguno que otro riff re-utilizado sin ningún empacho.

   El groove aplastante de 'Now That We're Dead', con Lars Ulrich marcando presencia combinando doble pedal, redobles y tomps de manera certera, rememora lo mejor del recordado Black Album, donde Metallica reafirmaba con autoridad que no importa qué tan alta o baja sea la velocidad cuando un buen riff lo expresa todo y más. Vuelvo a destacar el rol fundamental de Greg Fieldman, al punto de que podemos darnos una idea de cómo sonaría en vivo, y eso constituye una razón de peso. Por cierto, imposible no rendirle reverencias al pequeño danés por su desempeño, como también se puede apreciar en 'Mouth Into Flame', donde a pesar de sus criticadas limitaciones técnicas con el instrumento -aunque en estudio el tipo siempre pone lo mejor de sí mismo y aquello no merece cuestionamiento alguno-, deja su marca en cada golpe. No solo eso: la combinación entre melodías gancheras y peso sónico resulta de manera efectiva, aunque el único reparo podría ser la duración del track mencionado, excesiva si tomamos en cuenta ciertos pasajes que se repiten más de lo necesario. Por lejos, uno de los pasajes que mejor resume la intensidad fogosa característica del álbum.

   Las referencias al pasado abundan por montones en "Hardwired... to Self-Destruct", como ocurre en 'Dream No More', cuyo groove, desde el comienzo, emula peligrosamente a cortes como 'Sad But True', pero más luminoso y menos 'mala leche', con un James Hetfield pletórico en la voz -se me viene a la mente 'Devil's Dance' -perteneciente a "ReLoad"-, mientras Kirk Hammett destaca por las toneladas de sentimiento presentes en sus solos, dejando en claro que aunque no se trate de nada novedoso como lo hecho hasta hace veinte años, la agresividad es lo que prevalece siempre. Da igual cuánta agua haya pasado por el río ante semejante muestra de clase. Para finalizar el CD 1, llega 'Halo On Fire', el corte más largo del álbum, promediando los 8' de duración. Una clara reminicencia a los mejores momentos de "Master Of Puppets", en especial ese instrumental soberbio llamado 'Orion', aunque el bajo a cargo del siempre efectivo Robert Trujillo se mantiene en el mismo plano que los demás instrumentos. Los últimos dos minutos del corte, con Hetfield pronunciando la frase "Hello darkness, say goodbye!" como si en ello se le fuera la vida, conforman la evidencia de que Metallica se rige bajo sus propias reglas.

  El disco 2 comienza de manera auspiciosa, gracias al ritmo marcial de 'Confusion', cuyo riff inicial desemboca en una sonoridad algo más 'amigable', mediante un groove derivado del Hard Rock presente en "Load" y "ReLoad", donde prima el gancho melódico con que durante los '90 Metallica se instaló para siempre en el mainstream, mientras 'ManUNkind', gracias a su riff principal de aspecto claramente sabbáthico -luego de una oscura intro, con Robert Trujillo destacando por su ejecución tan sutil como efectiva-, consiste en un rescate necesario de las raíces del género. Queda claro a estas alturas que Metallica poco y y nada quiere saber respecto al género que lideró en los '80, simplemente es Rock duro en su máxima expresión, con la dupla Hetfield-Hammett desempeñando su tarea de manera notable, conformando una muralla impenetrable en todos sus flancos. Lars Ulrich vuelve a destacar con luz propia en 'Here Comes Revenge', -qué intro más monstruosa y escalofriante, por Dios!-donde también la voz de James Hetfield exuda sentimiento 'a chorros', muestra tajante de cuán en forma se encuentra una de las voces más emblemáticas del Rock y el Metal, traduciéndose en la honestidad con que Metallica impone sus propias reglas, a diferencia de "Death Magnetic", y mejorando aquel sentimiento de rabia expuesto anteriormente en el desastroso "St Anger", por lejos el punto más bajo de la banda en 35 años de carrera.

  Las referencias a Black Sabbath -influencia universal por donde se le mire- vuelven a hacerse visibles en 'Am I Savage?', cuyo riff principal debe ser uno de los más pendencieros y venenosos de todo lo que ha compuesto James Hetfield, demostrando que ni los años ni las polémicas han minado su capacidad creativa, aunque ocho años es un período de tiempo que genera conjeturas entre quienes aún no le perdonan a la banda el camino tomado durante los '90. El homenaje al querido y eterno Lemmy Kilmister -amo y señor de Motörhead, la banda a la que Metallica le debe su existencia, como lo han declarado Hetfield y Lars Ulrich, ambos fans acérrimos- llega con 'Murder One', un corte netamente Hard Rock con tintes callejeros y una agresividad que solo obedece a los sentimientos de la propia banda respecto a la reciente y lamentable partida del mayor de sus héroes. Clara muestra de que en "Hardwired..." nada es forzado, como sí ocurrió en ese desastre llamado "St Anger" y, en menor medida, el complejo "Death Magnetic". Y rematando el CD 2 y, por ende, el álbum completo, el pedal del acelerador hasta el fondo con 'Spit Out The Bone', cerrando de forma similar a la que empieza el primer disco, con un riff tan letal en su ejecución como certero en su concepción. Sus 7' de duración dificultan cualquier tipo de análisis objetivo ante tamaña muestra de vértigo, con la adrenalina al tope. Por lejos, un regalo bienvenido por los fans de su etapa más ligada al género que popularizaron en los '80, destripándolo todo a su paso, con el bajo de Robert Trujillo marcando presencia de manera sólida a la par de sus compañeros de cuerdas. No sería exagerado afirmar que la vibra generada en este corte poco y nada tiene que envidiar a la de 'Dyers Eve' -del progresivo y soberbio "...And Justice For All"-, para muchos la canción más extrema de toda la discografía de Metallica.

   A nivel grupal e individual, "Hardwired... to Self-Destruct" nos presenta una alineación equilibrada en sus líneas, con poco más de una década en la carretera. James Hetfield, a nivel vocal e instrumental, transmite la dosis de honestidad necesaria como para barrer con todo tipo de cuestionamientos, mientras Kirk Hammett, su compañero en las seis cuerdas, cumple su tarea de manera correcta como guitarra solista, cediendo en parte el protagonismo en favor de la unidad grupal. En el caso de Lars Ulrich, un músico cuyas limitaciones técnicas lo han hecho el blanco de las críticas durante los últimos años, queda claro que su importancia en el sonido de la banda sigue siendo preponderante, aunque la prueba de fuego será sobre el escenario. Robert Trujillo, pese a su reputación como instrumentista y su presencia en el aplastante sonido del álbum, es el más opacado debido al excesivo protagonismo de las guitarras, aunque cumple su rol en las bajas frecuencias de manera efectiva como responsable de la solidez con que el álbum defiende el poder de lo simple por sobre la complejidad desmesurada del pasado reciente.

 "Hardwired... to Self-Destruct" debe ser, por lejos, el trabajo más pesado que ha concebido Metallica en 25 años. No hablamos precisamente de un trabajo hecho para fans del Thrash Metal, mucho menos para quienes esperan un segundo "Ride The Lightning" u otro "Kill 'Em All". Sin embargo, se trata de una placa en la que prima la libertad, a diferencia de antaño, cuando la presión por llegar a la cima era implacable. Puede que no se trate de una obra maestra a la altura de un "Ride The Lightning" o un "Master Of Puppets", trabajos únicos e irrepetibles en su clase, pero Metallica se acordó de lo más importante: la honestidad, elemento omnipresente en sus inicios y recuperada en el presente. La espera valió la pena: Metallica se anota con su trabajo más contundente en mucho tiempo. Esperemos que no pasen otros ocho años hasta un próximo álbum, aunque "Hardwired...To Self-Destruct" resulta una sorpresa refrescante para quienes asumimos, y con bastante razón, que Metallica ya lo hizo todo y, por tanto, solo vive del legado de aquellos cinco primeros trabajos con que conquistó la cima del Rock a nivel mundial. Por cierto, hasta hace más de una década, Metallica se sumía en un oscuro período que pudo culminar con la separación y, por entonces, los problemas de adicción que sufría James Hetfield hablaban claramente de un comportamiento autodestructivo que tuvo a la banda más importante del Metal ad portas del precipicio. Hoy, 2016, Metallica mira para atrás ese período y vive un presente que, durante esos años, parecía totalmente lejano a la situación interna por la que los californianos atravesaban. "Hardwired... to Self-Destruct" ni siquiera se esfuerza en barrer los prejuicios que aparezcan alrededor. La conexión a la autodestrucción se basa en la música y la actitud, y este trabajo define el concepto de manera certera, dejando en claro que, a pesar de la larga espera, la carretera no tiene fin y, al igual que el extinto Lemmy, Metallica quiere seguir adelante hasta que el destino dicte otra cosa. Los 'cuatro jinetes' estaban conscientes de que era el momento de regresar al estudio y procrearon un trabajo contundente, con la categoría que se espera siempre de una leyenda de su altura. Por ahora, a disfrutar del presente, que es lo que cuenta. Misión cumplida para quienes esperábamos poco y obtuvimos mucho.

CALIFICACIÓN: 





Banda: Metallica
Disco: "Hardwired... to Self-Destruct"
País: Estados Unidos
Año: 2016
Sello: Blackened Recordings

CD1
1.- Hardwired
2.- Atlas, Rise!
3.- Now That We're Dead
4.- Moth Into Flame
5.- Dream NO More
6.- Halo On Fire

CD 2
1.- Confusion
2.-ManUNkind
3.- Here Comes Revenge
4.- Am I Savage?
5.- Murder One

6.- Spit Out The Bone


Escrito por: Claudio Miranda

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