La exclusividad propia de
un recinto de la talla del Club Chocolate, de alguna manera transformó un
centenar de asistentes presentes la noche del viernes 23, en plena víspera de
Navidad, en testigos privilegiados de un brillante cierra de temporada para el
Rock nacional en su faceta más camaleónica, donde las etiquetas definitivamente
sobran cuando se trata de desplegar poder y actitud por toneladas. A eso se
suma el motivo especial que reunió a gran parte de los asistentes al recinto
ubicado en pleno barrio Bellavista: la última presentación del año de Frank's White Canvas, agrupación que en
solo dos años ha sabido imponer su propuesta basada en el Rock Alternativo al
estilo de los U2 noventeros,
mezclado con una complejidad musical altamente influenciada por Pet Shop Boys, Depeche Mode -era Violator-
y la etapa ochentera de Rush.
Suficiente para hacernos una idea de lo que en vivo puede y quiere ofrecer un
dúo que ha sido capaz de tenernos a muchos de cabeza a través de su arte, como
debe ser denominado propiamente.
Nada de preámbulos
grandilocuentes ni ninguna clase de parafernalia inútil al momento de pisar el
escenario. Simplemente una breve intro que da paso de inmediato a "Bullseye", con Kas Aguilera
presentando todas sus credenciales como intérprete gracias a su desempeño vocal
repleto de ironía y atrevimiento, y su electrizante trabajo en las seis cuerdas,
mientras Fran Torés saca a relucir su abismal dominio en la batería, una
constante a lo largo de todo el set. "Hector",
"Grey Devenir" y "Wake Up" continúan casi sin
pausa el set, con el dueto dictando cátedra sobre cómo combinar la calidad del
sonido en vivo con una actitud que transforma la presentación en una
experiencia para los sentidos.
El coro pegajoso de "Mad World" y la melancolía
envolvente de "Secret Garden"
grafican tanto la capacidad de intercalar atmósferas y emociones distintas
entre sí como la energía desplegada por dos chicas cuya presencia sobre el
escenario poco y nada tiene que envidiar a supuestas figuras de renombre, tanto
a nivel local como planetario. Lo de Fran Torés llega faltar calificativos para
describir su desempeño en la percusión. Una cosa es tocar batería, otra bien
distinta es bailar con ella, baquetas en mano, siempre dominando las métricas a
su antojo con una maestría tremenda -para que se hagan una idea, fue alumna de
Cristóbal Orozco, de los emblemáticos Octopus-. Lo que se llama PRESENCIA.
Mientras que, en
las cuerdas, y con el apoyo del guitarrista Yeray Santos en los solos y la
rítmica, Kas Aguilera se enfoca en dar rienda suelta a su personalidad, siempre
moviéndose sobre el escenario con la naturalidad propia de un experimentado en
las lides del Rock. El single "Let
It Go" y "Good Rebel"
culminan un set breve en apariencia pero suficiente para asimilar una
experiencia que trasciende por sí sola y que nos recuerda que todo vale cuando
se trata de abrir fronteras y descubrir nuevos colores que agregar a la paleta
con que Fran y Kas dan forma a aquel lienzo musical infinito en calidad e
imaginación.
Si bien Frank's White Canvas
fue la banda que reunió mayor convocatoria -y con mayor razón- de las tres
bandas presentes en el cartel, resulta llamativo el hecho que empiecen
abriendo, como ha sido la tónica en sus recientes presentaciones. Bien lo supo Frox, novel agrupación cultora de un
Punk melódico muy en la vena de los Green
Day 'pre-Dookie' y Pennywise. A
veces el repertorio no basta por sí solo cuando falla algo importante como lo
es la actitud sobre el escenario.
Si bien gran parte de los asistentes se había
ido luego del show "de apertura", cortes como "Mañana Volveré", "Nunca
te quise perder", "Intento"
y "Morir" se sintieron algo débiles en gran parte por una
demasiado sobria puesta en escena a la que el público presente respondió de
manera tibia. No se trata de creerte algo que no eres, pero sí una cosa es
cierta: el punk es una actitud que debe provocar algo en la gente, sea rechazo
o aceptación, pero jamás indiferencia.
Y cerrando la jornada, el
Hard Rock altamente influenciado por la escuela fundada en Seattle a principios
de los '90 se hizo presente gracias a The
Flick Leslies, combo liderado por la destacada cantante Heidi Weinrib,
conocida a nivel masivo por su participación en la versión local del programa
de talentos "The Voice" y una de las voces femeninas más importantes
de la escena nacional. Por estos días, la banda promociona el EP Get What Is Sweet (2016), del
cual sobre sale el single "Get
Along", uno de los cortes que conformó un set potente en su ejecución.
Además de Heidi Weinrib, la presencia de Erick Ávila en el bajo llega a ser
literalmente abrumadora, tanto por su desempeño escénico como a nivel de
sonido, llegando, en ciertos momentos, a opacar la presencia del guitarrista
Matías Daudet, cultor de un sonido bastante ligado al que popularizaran en los
'90 legendarias agrupaciones como Stone
Temple Pilots y Pearl Jam. "Ain't the Girl", "Sweet", "What do you do", "Candy"
y la mencionada "Get Along"
dieron cuenta de la potencia presente en una propuesta que rescata lo mejor del
Rock duro noventero pero siempre con aires de renovación, donde la arrolladora
personalidad de Erick Ávila y el carisma cautivador de Heidi Weinrib son claves
para hacer de The Flick Leslies un
acto en vivo obligatorio para cualquier amante del Rock en su faceta más pura y
refrescante.
Un dato importante para concluir es que el retorno de Frank’s White Canvas a los escenarios en el transcurso del próximo año será en grande, esta vez como
‘headliner’. En solo dos años, Fran Torés y Kas Aguilera han forjado un
presente basado en el profesionalismo y una creatividad que no sabe de límites
al momento de componer, todo traducido en una puesta escénica que satisface
gustos para todos los sentidos. Fructífero futuro se avisora para Frank’s White Canvas, un referente de
la elegancia y la actitud siempre necesarias en el Rock.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Pablo Aliaga
0 Comentarios