El Metal
Progresivo y la maestría en las seis cuerdas tuvieron su punto de encuentro la
noche del martes 11 de abril en el tradicional House of Rock, donde el
virtuosismo, la clase y la innovación se hicieron presentes en una velada que
reunió a lo más granado de nuestro medio, todo esto en el marco del lanzamiento
oficial de las cuerdas GHS en nuestro país. Razón suficiente para que cada exponente
del virtuosismo en las cuerdas, sea en solitario o con sus agrupaciones
respectivas, realizara una muestra categórica respecto a la efectividad de cada
producto. Por lejos, una tremenda iniciativa llevada a cabo por el organizador
del evento, nos referimos a Claudio
Cordero, uno de los exponentes más importantes dentro del género
actualmente, incluso a nivel internacional gracias al notable desempeño
realizado en la agrupación mexicana Cast.
Quien se
encargaría de abrir los fuegos sería el guitarrista Ignacio Torres (FHT), reconocido por su excelente incursión
en una de las recientes ediciones del afamado concurso “Guitar Idol”, donde
clasificó a la ronda final. Poco más de media hora fue suficiente para dictar
cátedra de experticia técnica y creatividad ilimitada siempre al servicio de la
música, destacando una potente interpretación del clásico de Jimi Hendrix, “Purple Haze”, en conjunto con Gerhard Wolleter (Boa), resultando en un duelo que
mantuvo en trance al público, mientras algunos se entusiasmaron haciendo
“guitarra de aire”. Y, para el deleite de los asistentes que repletaban el
recinto ubicado en Ñuñoa, vendría una mega-jam improvisada, a la que, además de
los músicos mencionados, se sumarían Gonzalo Sanhueza, Hernán Fuentes y el
mismo Claudio Cordero. Resulta
interesante el cómo la improvisación se transforma en una virtud cuando cinco
de los mejores músicos de nuestro país despliegan todas sus capacidades
interpretativas con una solidez tremenda, sin desentonar en lo absoluto. Ante
tamaña muestra de calidad en vivo, imposible no caer rendido de rodillas.
El Metal Progresivo se haría presente de la
mano de In Motion, agrupación
cultora de un Metal Progresivo que intercala melodías cálidas con ráfagas
extremas de sonido mediante compases que sobrepasan todo lo imaginable,
reflejando aquel sentido de la innovación de manera magistral, siempre dándolo
todo sobre el escenario. Por estos días, el quinteto se encuentra promocionando
su EP debut titulado Travellers (2016),
placa de la cual destacan cortes como el track-título, “War Machines”, “Through The
Oxide”, “Wanderer” y “The Southern”, todas auténticas
muestras de una creatividad ilimitada que barre con todas las fronteras
existentes gracias a la tremenda experticia técnica con que sus componentes
aportan a expandir un universo donde, aparentemente, muchos creemos que ya todo
está escrito. No obstante, la personalidad desplegada sobre el escenario aún se
mantiene al debe, en especial por parte de su cantante Álvaro Monzón, cuyas
cualidades vocales se verían más compensadas si hubiera una mayor interacción
con el público, precisamente una de las características que requiere este tipo
de música más allá de la técnica. Punto aparte a destacar es el trabajo que
desempeña Hernán Fuentes en las seis cuerdas, dejando en claro su rol como
responsable en el sonido de la banda, en conjunto con José Montan. Mientras, la
base rítmica compuesta por el bajista Ricardo Pulgar y el baterista Pablo
Trangol se encargaba de allanar el camino con una maestría indescriptible para
dar cabida a la identidad sonora de In
Motion en acción.
Y para el cierre, toda la calidad suprema
de Claudio Cordero Trío, agrupación
liderada por uno de los máximos referentes actuales en lo que respecta el valor
de las seis cuerdas dentro del Progresivo, siempre en favor de la apertura de
fronteras y la pureza del arte a través de atmósferas sonoras que sobrepasan
cualquier muestra de acrobacias, como muchas veces suele ocurrir. Desde el
inicio con “Outatime” queda claro
sobre el escenario lo descrito anteriormente, con un Claudio Cordero soberbio cuando se trata de combinar sentimiento
con una experticia que le ha valido su reputación, tanto a nivel local como
internacional. Por supuesto, la base rítmica conformada por el portentoso
baterista Felipe Cortés y el eximio bajista Mauricio Nader resulta vital
gracias a su aporte basado en el buen gusto y la pasión plasmados en cada golpe
y nota ejecutados. Un trabajo de la talla de Quasar (2016) perfectamente puede reflejar, en vivo, las
virtudes creativas con que Cordero interpreta su música al punto de despertar
nuestras emociones escondidas de manera espontánea, lo que se hace notar en
pasajes como “Quasar”, “Cas Na Pivo”, “Ocaso” y “R’lye”, todas
interpretadas con una solidez tremenda. Mención especial para Felipe Cortés, un
baterista a quien da un enorme gusto verlo ejecutar su tarea en la percusión
con una entrega increíble, al igual que lo que hace Mauricio Nader, cuyo
dominio en las bajas frecuencias es comparable a la energía que proyecta en
vivo gracias a una puesta escénica que llama dejar fluir nuestras emociones en
cada nota interpretada.
Para el final, la participación de un invitado
de la talla de Gonzalo Sanhueza fue, es y siempre será bienvenida cuando se
trata de combinar dos estilos y personalidades en una fuerza luminosa que
inunda todos los rincones del recinto, dejándonos con la refrescante sensación
de que lo que acabamos de presenciar poco y nada tiene que envidiar a las
máximas estrellas internacionales del resto del orbe. Calidad tenemos de sobra
y depende de nosotros que esto se mantenga y se eleve lo más alto posible. Algo
así el alma lo agradecerá hasta el fin de los tiempos.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Mauricio Villarroel
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