El
Heavy Metal con actitud mala leche y repleto de Rock n' Roll tiene, desde hace
7 años, a Acero Nacional como su máximo representante en nuestro país. Y apelando a
los buenos augurios relacionados con el número 7, este séptimo aniversario
había que celebrarlo con todo, desplegando aquella actitud que les ha valido
una reputación demoledora como acto en vivo y también por la actitud plasmada
en su LP debut titulado El Sonido del
Metal (2016), placa que define de entrada la identidad de un quinteto
que ha sabido caminar hacia adelante en base a constancia, trabajo duro y,
sobretodo, una visión desenfadada y, a la vez, realista sobre lo que significa
el Rock como actitud de vida para la gente común. Por ende, la cita del martes
30 de Mayo en el tradicional House of Rock no solo era una fiesta entre amigos,
sino también una ocasión para revalidar sus votos con el Heavy Metal en su esencia
más cruda y libre.
Desde
el explosivo comienzo con "Libre", quedan claras las intenciones de
la banda liderada por Andrés Fuentes, cuyo desempeño como cantante y frontman
resulta escalofriante, sobretodo si hablamos de un dominio escénico a la altura
de una voz que se mueve libremente entre los tonos graves y los agudos con que
le rebana el cuello a todo aquel que se encuentre desprevenido, como se hace
notar en las siguientes "Mi Raíz", "El Hijo de Judas" y ese
tremendo himno coreado por los asistentes hasta la saciedad llamado "Nunca
Me Verás Caer", uno de los momentos que mejor define el recorrido de Acero
Nacional a través de la carretera durante estos siete años.
La maliciosamente dedicada "Víbora"
y "Renacer" también permiten apreciar las capacidades instrumentales
y escénicas del resto de los componentes de Acero Nacional,
destacando la presencia de Carolina Hernández en las seis cuerdas, cuyo dominio
con el instrumento conforma la dosis de solidez necesaria para que Cristián
Kowal, además de los coros, se despache aquellos solos electrizantes con que la
banda mantiene en total catarsis a sus fans, al punto de que el propio Andrés
Fuentes se da el tiempo de bromear con el público entre canción y canción.
Entre tanto, la base rítmica conformada por el excelso bajista Jorge Fuentes y
el baterista Javier Sepúlveda, se encarga de generar la solidez necesaria para
que el groove furioso cause estragos en cada golpe y compás. Simplemente, una
máquina de Heavy Metal furioso con cada uno de sus componentes aportando en
favor del sonido forjado en base a música y actitud en escena.
La
homónima "Acero Nacional" -con el público prácticamente apropiándose
de los coros, siempre con puño en alto, una auténtica fiesta-,
"Rocanrrol" y el final de la mano de "Trueno" -la primera
canción escrita por la banda-, no solo culminan el set sino además da a
entender que el sonido del Metal al que se refiere la banda en su placa debut
va mucho más allá del concepto técnico. Tomando en cuenta el ejemplo de las
viejas glorias inglesas, puede que Iron Maiden
sea la banda más grande del género, pero Saxon,
sus compañeros de generación, encarna el sentido rockanrollero del género como
pocos. Acero Nacional, en el circuito local, encarna aquellos principios en los
que el Rock n' Roll debe ser una postura de vida arriba y abajo del escenario,
donde el hombre común que se levanta todos los días para ganarse el pan se
sienta identificado hasta la médula. Siete años de Metal callejero no son
suficientes para una banda que tiene hambre y lo sacia a su manera, sin dejar
sobras. Con Acero Nacional sosteniendo la bandera del
Metal en alto, el sonido que nos apasiona sigue incólume en el diario vivir.
Acá también tenemos a nuestros Defensores de la Fe. O en este caso, Defensores
del Sonido.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Pablo Aliaga
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