Ad
portas de lo que será un semestre dedicado exclusivamente a componer y grabar
lo que será su próximo LP en estudio, Lefutray
remeció una vez más los cimientos de René en lo que fue su última presentación
de este 2017. Su más reciente producción, el aclamado Oath (2015) culmina un ciclo exitoso, con una gira europea
de por medio que les valió grabar a fuego el nombre del Metal nacional en el
exterior. Por lo tanto, la velada realizada en el tradicional Bar de René, cuya
convocatoria dejó en claro que las bajas temperaturas no son excusa de ninguna
clase, no solo estuvo a la altura de su propuesta ya consagrada desde sus
inicios hace ya más de una década, sino también permitió apreciar el excelente
estado de salud del cual goza el género en nuestro país, siempre mostrando su
cara más cruda y sin necesidad de ningún aditivo que no sea la actitud y la
experticia técnica que le permite a cada uno de sus componentes ponerle banda
sonora al lado más putrefacto de la raza humana a lo largo de su evolución e
historia. 'Música violenta para vientos violentos', reza un viejo adagio que,
dado el contexto que nos toca vivir a nivel global, refleja la realidad que nos
envuelve a diario y que parece sumergirnos sin posibilidad de sobrevivir.
Desde la intro que da paso a la apabullante
"Agreement Of Suffering" -original del tremendo Last Breath (2011)-, el cuarteto despliega de inmediato
todas sus credenciales que lo ratifican como referente indiscutido del Metal
Extremo a nivel local, con el cantante Juan Vejar dando cuenta de una
personalidad a la altura de un registro vocal que exhuda violencia y caos con
un dominio escénico escalofriante, mientras el guitarrista Cristian Olivares se
centra exclusivamente en darle forma y potencia al sonido apabullante de una
agrupación que se encarga de dictar cátedra sobre cómo dibujar tripas y dolor
en cada riff. En tanto la dupla rítmica conformada por el baterista Yonattan
Muñoz y el bajista Julio Yañez hace y deshace todo a su paso, no solo como generadores
del peso vertebral con que Lefutray
desata la mortandad entre sus fans, sino también se erigen como elementos
fundamentales en la identidad de una agrupación que logra su objetivo a su
manera, sin necesidad de banderizarse en alguna etiqueta rebuscada cuando se
trata de entablar una carnicería, con charcos de sangre derramada por litros.
Si bien algunos problemas técnicos
interrumpieron el desarrollo normal del set apenas comenzada la presentación,
el repunte con "Sounds Kills" y "Ascending To The Sky"
-esta última original del EP Unbalance
(2014), dejó en claro el abismante profesionalismo con que Lefutray se para sobre el escenario,
siempre dispuestos a ofrecer una presentación acorde a su aplastante propuesta,
sin que nadie salga ileso. Luego del primer saludo -brindis con una cerveza
helada incluido, como corresponde-, el groove implacable de "Through Your
Veins" y el puñetazo directo a la cara con "Ain't Part Of It",
ambos del fundamental Last Breath,
continúan la velada al punto de subir la temperatura al interior del recinto
ubicado en Avda Sta Isabel, dictando cátedra sobre cómo tocar Metal y rebanarle
la yugular al mundo mediante esos riffs sedientos de sangre y venganza contra una
humanidad corrupta. Con una intención similar, aunque más orientadas a la
aniquilación total, "Oath/The World Infected" y la flama mortífera de
"263" conforman, en vivo, el remezón necesario para abrir una grieta
en el piso. Está claro, las bajas temperaturas no son ningún obstáculo para los
asistentes que, pese a la timidez inicial, y estimulados por Juan Vejar con la
bravura propia de un guerrero mapuche, no dudan en armar el pit para dar forma
a una centrífuga quizás pequeña en tamaño pero letal como una navaja.
"Minds Of Horror",
"Womb" y "Silent Inferno" hacen de la última recta de la
presentación un ritual de headbanging y mosh desenfrenados, con la banda
quemando todos sus cartuchos hasta no dejar nada en pie, dando a la cuenta, a
la vez, de un trabajo sonoro que emula fielmente la metralla incesante de lo
hecho en el estudio, sin necesidad de sacrificar un ápice de su escencia. Y eso
se siente en cada riff ejecutado con la letalidad propia de un francotirador y
en los versos que Juan Vejar te escupe directo a la cara. Casi nada. Y para el
cierre, la dupleta compuesta por "Screaming In Silence" y "Spit
On Your Words", trallazos repletos de energía y furia incontrarrestables
para cualquier entidad que se interponga. Final épico, con el público dejándolo
todo en el mosh mientras la banda desata su última descarga con la contundencia
propia de una AKA-47.
Lefutray
da por finalizado el ciclo de Oath
a lo grande. Y también a lo grande es lo que se viene en seis meses, cuando su
nuevo largaduración vea la luz. Damos por firmado que el nuevo material
significará otro paso adelante dentro de la brutalidad con que el Metal se ha
constituido como canal de expresión y denuncia ante la decadencia de una
sociedad condenada al abismo. En plena gestación de lo que será su próximo
trabajo, el juramento se mantiene incólume hasta el último aliento, suficiente
como para proyectar un futuro cada vez más fructífero y lleno de esplendor para
el Metal nacional. Ad portas de un nuevo We Txipantü (Año Nuevo Mapuche), los
buenos de Lefutray ("sonido rápido" en mapudungún) culminan en el Bar
de René un ciclo exitoso y empiezan a pavimentar un nuevo sendero como
representantes máximos a nivel local de un género que no busca nada más que gritarle
al mundo en la cara su nefasto destino.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Remigio Olivares
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