Una
auténtica velada de Metal nacional se vivió la noche del sábado 3 de junio en
el ya tradicional MiBar, donde el virtuosismo de las guitarras y el peso del
Metal en su faceta más melódica fueron protagonistas absolutos, y las distinciones
entre una y otra propuesta resultaron fundamentales al momento de apreciar la
amplia paleta de colores con que el lienzo del Metal amplía su espectro sin
sacrificar un ápice de su esencia. Bien de aquello lo sabe UmVral, agrupación originaria de Valparaíso que, por estos días,
celebran el primer aniversario de Trascendencia (2016), trabajo en estudio que
combina las cabalgatas guitarreras del Power Metal con melodías certeras y una
tremenda solidez artística con que cada componente despliega sus facultades en
favor de la música.
Pasadas las 22 horas, y con una sutil pero
conmovedora versión de "Fell On Black Days" de Soundgarden -el espíritu de Chris Cornell está más vivo que nunca-,
Ignacio Inder comienza su presentación para después, apenas se integran el
baterista Ricardo Cantillana y el bajista Paulo Valverde, desplegar todo el
poder del Metal virtuoso con riffs apabullantes de la mano de "Chaos
Priori", con el propio guitarrista y cantante animando a los presentes en
el recinto ubicado en Avda. Santa Isabel con una buena dosis de actitud y clase
sobre el escenario.
"Sushi Maniacs", "Donut
Maniac" y "Mum" grafican en vivo una propuesta basada en la
diversidad de estilos, por supuesto siempre enfocados en los riffs de alto
octanaje y la versatilidad necesaria cuando se trata de moverse libremente
entre la agresividad del Metal y el swing desenfadado del blues, siempre con
intenciones piromaníacas y, al mismo tiempo, dictando cátedra de sublimidad en
cada nota y riff ejecutados con una maestría abismal. Maestría que le permite
incluso unir fuerzas con el guitarrista Mauro Silva -Battlerage, Memo Aguirre- en una notable versión de "Blue
Moon", con ambos instrumentistas brindando una clínica de técnica y
actitud. Mérito también por parte de la base rítmica compuesta por Ricardo
Cantillana y Paulo Valverde, ambos compartiendo protagonismo con Ignacio Inder
y dejándolo todo sobre el escenario, incluso más allá del excelso dominio
técnico del que cada componente hace gala. Un gusto para los sentidos el poder
ver y escuchar a Valverde acompañando en los coros a Inder con la bravura de un
guerrero al mismo tiempo que la solidez en las bajas frecuencias supera todo lo
imaginable. Mientras, Ricardo Cantillana en la batería presenta sus
credenciales como uno de los más versátiles en su instrumento, combinando
sutileza con salvajismo cuando es necesario. Y precisamente la propuesta de
Ignacio Inder calza perfectamente con esa amplitud de colores sonoros sin
perder la fuerza machacante con que el músico nos presenta un menú para todos
los gustos. Para el final, un medley instrumental con versiones de Pantera -compuesto por extractos de
"Domination", "Cowboys From Hell" y "Walk"-,
influencia musical presente en la propuesta solista de un instrumentista que
nos brindó, en menos de una hora, una lección de categoría y un discurso
contundente que barrió tanto con quienes se creen "rockstar" en este
país como con el demente que se encuentra en la Casa Blanca, tal como lo señaló
en "Hurry". Ignacio Inder es un "Peso Pesado" por donde se
le mire y lo hace notar en vivo con sus mejores armas: la guitarra y la
actitud.
Poco después llegaría el turno de UmVral, agrupación formada hace
exactamente una década y que se ha erigido como una revelación de peso dentro
del Power Metal con vocación melódica y cuya propuesta se refleja de manera
magnánima en su LP debut titulado Trascendencia (2016), placa que no solo
cumple su primer año, sino además le ha valido al quinteto oriundo de
Valparaíso un sitial de honor en la actualidad, todo en base a trabajo, una
puesta escénica en que prima la honestidad por sobre cualquier pretensión y una
amplitud sonora que abarca desde el Metal épico de Stratovarius hasta el grunge en la vena de Pearl Jam y Stone Temple
Pilots, con algunos tintes progresivos cuando son requeridos.
Desde la explosión inicial con
"Fortuna" quedan remarcadas las virtudes interpretativas que posee
una agrupación compuesta por cinco músicos dotados de notable maestría técnica
y una experiencia que predomina sobre la juventud de cada uno de sus
componentes, con el tecladista Rodrigo Neira encargado de generar las
atmósferas sonoras con que el recinto parece ampliarse al tamaño de una
catedral. Suficiente para que el guitarrista Sebastián Lago, el bajista Pablo
Rivas y el baterista Pablo Calbiague desplieguen todas sus virtudes
instrumentales para navegar hacia la misma dirección, mientras Ricardo Curaqueo
cumple su rol de frontman e intérprete con una personalidad pocas veces vista
en la escena nacional: siempre enfocado en su tarea y dejando el alma en cada
verso, con el corazón vistiéndose de protagonista como sería en toda la
presentación.
"Lobos de Fuego", la hímnica
"El Cementerio" y el Metal Progresivo de "Petroushka"
bastan para apreciar las virtudes instrumentales con que cada componente aporta
al naciente universo concebido en cada riff y textura sonora presente. Si
Rodrigo Neira se encarga de sumergirnos en aquel universo, la guitarra de
Sebastián Lago le da forma real a su esencia más dura y electrizante, con el
virtuosismo y el feeling intercalándose de manera magistral en favor de la
música. De igual manera la base rítmica conformada por el bajista Pablo Rivas y
el baterista Pablo Calbiague dejan en claro que el Heavy Metal también puede
brindar espacios para expandir el universo musical sin sacrificar un solo gramo
de su poder, como ocurre en "Dime", ejemplo gráfico de sutileza y
corazón ante cualquier dogma impuesto por los puristas del género y también en
la inédita "Perdido", pieza con la que UmVral nos anticipa un futuro esplendoroso a corto plazo, por lo
que, pasado un año del debut en grande, habrá que estar preparados para el
siguiente trabajo.
El espíritu de Chis Cornell, presente de
alguna manera en el sonido íntimo y honesto de UmVral, también tendría su
homenaje mediante una breve pero sublime versión de "Be Yourself" de Audioslave, como introducción para una
versión acústica de "Angel y Luz", quizás menos heavy que la que
aparece incluida en Trascendencia, pero poco y nada importa cuando detrás de
cualquier etiqueta lo que realmente importa es la honestidad, virtud pocas
veces presentes en un género que, las cosas como son, suele estar sujeto con
frecuencia a clichés, como ocurre con el Power Metal. El final con "Fuego
en el Cielo", por supuesto, no solo barre con todo aquello, sino además
deja en claro que cuando se trata de hacer música, también hay un discurso que
transmitir, un sentimiento que es necesario hacer público a través del arte.
Punto aparte es el único punto bajo de la
presentación, no por parte de la banda, sino por los horarios bajo los que se
rige un local como MiBar respecto a la música en vivo: al momento de presentar
"Tu mismo infierno", hubo que cortar el sonido debido a restricciones
de horario. Nada más incómodo y molesto que regirse bajo un horario, incluso al
punto de acortar una presentación. Se entiende que es por un asunto de permisos
y el lugar está ubicado en un sector residencial, pero es necesario hacer el
alcance de todas maneras para un futuro inmediato. Sin embargo, nada de esto
empaña lo que fue la jornada, donde la actitud y la clase fueron protagonistas
sobre el escenario. La trascendencia a la que hace mención UmVral desde hace un año sobrepasa todo tipo de fronteras y en vivo
lo ratifica con superioridad merecida. A veces la edad es solo una estadística
cuando hay algo más importante. Honestidad y actitud ante todo.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolas Soto
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