La noche del viernes 11 de agosto fue
bastante especial para un sector del rock chileno. Ante un Teatro Teletón
lleno, la banda curicana Kuervos del Sur celebró más de una década de
existencia en la escena chilena que, sobretodo en los últimos años, ha
evidenciado un surgimiento en apreciación, popularidad y presencia.
Si usted aún no ha tenido la gracia de
escucharlos, esto Kuervos lucen una interesante mezcla de sonidos folclóricos
chilenos (gracias a la presencia de sintetizadores e incluso charango
eléctrico) con grunge del bueno. Algo así como lo que pasaría si coloca a
Soundgarden y Los Jaivas en una licuadora marca Skyclad. Lo entretenido está en
cómo estos ingredientes son conjugados en las composiciones para crear un
sonido denso y variado. Lo folclórico aquí no es un chiste para llamar la
atención, pues el foco está siempre en contribuir a la calidad de las
canciones.
Son esa orientación a las canciones, el
sonido denso y la química de la banda, los elementos que hacen a los Kuervos
una banda tan entretenida de escuchar en vivo (siempre y cuando la mezcla de
sonido los acompaña). Sobresale, en cualquier caso, la voz de Jaime Sepúlveda,
apasionada y en excelente forma durante toda la maratónica noche, escuchándose
siempre en primera línea. La guitarra es tal vez el instrumento que sufrió más
en el sonido, que estuvo al borde del colapso en las primeras canciones,
opacando el charango de Jorge Ortiz. Afortunadamente la mezcla de sonido
mejoraría con el pasar de la noche.
Tratándose de una celebración de la
historia de la banda, el setlist repasó Porvenir (2009), disco debut de la
banda, hasta El vuelo del Pillán (2016), su premiada continuación. La sorpresa
vino en un apartado acústico, cuando José Sebes de Inti Illimani acompañó a la
banda, tocando temas originales de los Kuervos y un cover de “Manifiesto”, de
Victor Jara. Es un interesante momento para la banda, que destacó continuamente
la emoción de presentar en vivo acompañados por uno de sus ídolos. Sin embargo,
la práctica de realizar este apartado del setlist en un costado del escenario
resultó un impedimento para la intimidad que la banda deseaba transmitir al
sector del público que con mala fortuna nos ubicamos en el costado opuesto de
la cancha.
Con un excelente repertorio de dos horas y
media, un invitado de lujo, el Teatro Teletón casi lleno y un sonido –casi- a
la altura, la presentación de Kuervos del Sur se sintió como la de una banda
que ya la rompió y cuyo camino sólo va en ascenso. 10 años de un sonido
chileno, emocionante, político sin ser propagandístico, y además original, todo
eso sería poco si las canciones no estuvieran a la altura. Y Kuervos del Sur se
mostró con una confianza que dice “Sí, merecemos que nos celebren esta década
de vida”, y los constantes coros del público les dieron la razón. Siendo quien
escribe alguien relativamente nuevo al sonido de los Kuervos, con gusto invito
a otros neófitos a que se unan a esta celebración.
Escrito por: Gustavo Avendaño
Fotos por: Fabian Ortega
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