En 1988, una serie de acontecimientos a gran escala marcaban lo que
sería un año clave dentro de nuestra historia reciente. Bajo un régimen militar
imperante desde el fatídico 11 de septiembre de 1973, todo un país se prepara
para el Plebiscito que durante la noche del 5 al 6 de octubre de ese año
derrocaría a través de las urnas al dictador Augusto Pinochet. El triunfo del
NO y la celebración en las calles -a pesar del fallido intento del dictador por
enviar militares a la calle-, tenían su razón de ser luego de más de una década
de brutal represión por parte del régimen hacia quienes pensaban distinto -¿de
verdad hay gente que todavía cree que torturar y matar gente es un acto
político?...la tenemos clara-, a lo que se suma un apagón cultural cuyas
secuelas aún siguen presentes en los medios de difusión de gran alcance,
sobretodo en lo que respecta a la TV. Poco antes, en abril de ese año, Ricardo
Lagos apunta con el dedo a la cámara en plena transmisión del programa político
"De Cara al País" de Canal 13, desafiando a Pinochet encarándole, a
través de la pantalla chica, su ambición de poder y su responsabilidad en la
violación sistemática de los derechos humanos durante los 15 años que ha estado
en el poder hasta entonces.
Durante la década de los '80, la violación sistemática de los
derechos humanos bajo pretextos de índole "política" adquiere ribetes
preocupantes traduciéndose en una serie de macabros crímenes, los cuales fueron
encubiertos por la justicia manipulada por los propios organismos
representantes de la dictadura. Desde el asesinato del dirigente sindical
Tucapel Jiménez hasta el secuestro y degollamiento de tres docentes con
tendencias de izquierda en un operativo perpetrado por Carabineros en conjunto
con la CNI -"Caso Degollados", sumándose el arresto y desaparición
del periodista José Carrasco perpetrado en 1986 -justo horas posteriores al
fallido atentado en contra de Pinochet y cuyas represalias no tardaron en caer
sobre los militantes opositores al régimen. Aquel mismo 1986, unos meses antes,
Carmen Gloria Quintana sobrevive a un intento de incineración por parte de un
organismo represor. Todos los casos mencionados son solo parte del horror total
bajo el cual pensar distinto era considerado un acto de traición a la Patria.
"Continous house
searches, Carmen Gloria tormented, beaten yet not broken, rule by tiranny", reza la letra escrita por Staffi Agoporoulos, guitarrista y
cantante de Rumble Militia, una
agrupación originaria de Bremen fundada en 1985 y que, para 1987 registraba un
lanzamiento titulado Fuck Off
Comercial, LP que, pese a su precaria producción, daba cuenta de una propuesta
combativa y feroz que poco y nada tenía que envidiar a sus colegas de escena
más aventajados -Kreator, Sodom, Destruction-. Sin embargo, el batatazo llegaría en 1988 con un EP
cuyo arte daría que hablar durante las siguientes generaciones, El Nombre del
Ley. Un EP compuesto por cuatro canciones, entre ellas "The Greatest Rock n' Roll Swindle", original de Sex Pistols y versionada como homenaje
al espíritu subversivo del punk, género decisivo en la agresividad adquirida
por el Metal en su faceta más ligada al Thrash. El arte del disco, con el
retrato más conocido -y terrorífico- de Augusto Pinochet, pasaría a la historia
junto con el track que abría el minialbum. "Chile
Under Pinochet" se paraba de inmediato como un himno de resistencia y
un gesto de solidaridad como rezaba la dedicatoria impresa en el arte del
disco.
La iniciativa de los de
Bremen plasmada en la música no se dio por mera casualidad. En esos años, el
intercambio de material mediante cartas de un país/continente a otro era una
constante mucho antes de la aparición del Internet. Por otro lado, de la misma
forma en que Chile estaba sometido a la mano de hierro del dictador, Alemania
vivía su instancia clave poco antes de su reunificación -"West Germany as deskstop murderers, supplying civil war with
weapons"-. Ad portas de que el pueblo se uniera para derribar un muro
que dividió a todo un país al punto de provocar el derrame de sangre inocente
por ambos lados, "Chile Under
Pinochet" se convirtió en el reflejo del Thrash como un estilo de vida
y actitud gracias a su discurso explícito, una denuncia de los males que
aquejaban a quienes por pensar diferente estaban pagando con su vida. Por ende,
el género ya no solo abarcaba temáticas polémicas en sus letras -asesinos en
serie, guerra, historias de sangre-, sino además mostraba consciencia respecto
a lo que afectaba al ciudadano común que debía convivir con una mordaza
impuesta por quienes consideraban peligroso todo aquello que fuera en contra de
los valores patrios.
Han pasado más de 10 años desde la muerte de Pinochet (2006) y este
domingo será la primera vez de Rumble
Militia en un escenario chileno.
Puede que algunos digan que no vale la pena seguir 'abriendo heridas' y que lo
que ocurrió entre 1973 y 1990 solo es pasado, pero esa manera irresponsable de
pensar que tienen muchos suena ingenuo y básico ante las secuelas del régimen
que aún persisten hasta hoy. Por lo
mismo jamás será tarde para gritar con puño en alto "Down with Pinochet!!" mientras se mantengan ciertas
"tradiciones" e "instituciones" que no hacen más que
deformar nuestra cultura al borde de la idiotización. La resistencia sigue en
pie y aunque no podamos cambiarlo todo, al menos podemos gritarlo todo.
Escrito por: Claudio Miranda
1 Comentarios
excelente nota
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