El título de 'revelación' debe ser el más apropiado para referirnos
a los nacionales de Éntomos,
agrupación que, por estos días, encarna los valores del Metal Extremo con
orientación progresiva gracias al impacto generado con la reciente publicación
de su primer LP titulado Disidencia,
trabajo que no solo consolida una propuesta sonora que ya daba que hablar en el
100% instrumental EP homónimo (2015), sino que además les ha valido una
reputación incuestionable como referentes actuales de un género cuya certera
amalgama de jazz-fusión con Metal se hace sentir incluso en vivo, desde donde
emana la energía incandescente con que, además de la entrega y dominio técnico
de cada componente, el público se entrega sin titubear con una pasión pocas
veces vista en nuestro medio. Lo ocurrido en el tradicional Bar de René la
noche del viernes 25 de agosto no sería la excepción y la alta convocatoria
registrada deja en claro que esto va mucho más allá de las casualidades,
sobretodo cuando además de la música, prima un profesionalismo a la altura de
la actitud con que los 'insectos' del Prog nacional salen al escenario a matar
o morir.
Previa presentación por parte de la destacada locutora y cantante
Paola Dippel -conductora del programa La Hora del Terrock y cuyo presente
musical está enfocado en la voz y rostro principal de Von Dippel-, la intro que da paso al ataque inicial con
"Insecto", a eso de las 23 horas, ya cobraba sus primeras
"víctimas" en un abarrotado recinto, donde el mosh no tardaría en
desatarse con el correr del set. De inmediato le sigue una rutilante versión de
"Gavilán", homenaje siempre bienvenido a nuestra eterna Violeta Parra
y con que Éntomos nos expone de
manera espontánea su identidad basada arraigada en el legado de una leyenda de
nuestra cultura local y a nivel mundial.
Si los dos tracks anteriores
marcaban el repaso por el debut de 2015, de ahí en adelante la jornada
incluiría por completo el aclamado Disidencia,
iniciando el recorrido con "Inmolación", ante la cual la
efervescencia inicial derivaría en el
inevitable mosh. Escalofriante resulta la proyección de energía desde el
escenario hacia un público que no cuestiona nada y, por el contrario, reacciona
solo para dar paso al ritual sonorizado por un cuarteto que, más allá de la
experticia técnica, no tiene empacho en incentivar a los presentes con la
fiereza propia del guerrero mapuche. Bien lo sabe Pablo Nadinic, un frontman
cuyo abismal dominio en las cuerdas es comparable de manera ecuánime con un
registro vocal que denota técnica y, sobretodo, actitud. Sobretodo cuando se
trata de recordarle al público lo que realmente nos hace arder la sangre.
"Misántropo" y "Adicto y Decadente" continúan el
camino de espinas con que Disidencia
nos toma de la mano solo para reflejarnos en cada parada una parte del
sufrimiento que nos aqueja a diario. Un sufrimiento al que el público responde
de manera natural y situado en un trance que intercala la violencia con la
reflexión. Equilibrio y Caos hechos un solo elemento, como podemos apreciar
también en "Nativo" e "Instinto del Ser". Por supuesto,
nada de todo lo descrito en estas líneas hubiese sido posible sin la fusión
acertada de elementos individuales en favor de una misma causa. La dupla de
guitarras compuesta por Pablo Nadinic y Danny Barrera construyen finas y
sólidas capas sonoras con las que la maquinaria de Éntomos nos invita sumergirnos en su propio universo, mucho más
fascinante y, a la vez, aterrador que el mundo real, aunque las diferencias a
veces hay que notarlas cuando ponemos énfasis en nuestra capacidad de
observación. Mientras, la sociedad rítmica compuesta por el bajista Oscar
Romero y el baterista Franco Mitchell hace y deshace a su antojo,
complementándose al resto de la banda para darle forma y dimensión a este
multiverso sonoro donde el caos desquiciante traducido en cada riff y verso
escupido con violencia conforman un paisaje tan indeseable como inevitablemente
real para la gente común. Caos puro, donde el equilibrio pareciera camuflarse
sigilosamente con ropajes de guerra. Sensación similar nos deja
"Disidente" -de esas que hay que cantar con puño en alto y
headbanging a la vez-, y la ira irrefrenable de "Humanidad (La furia del
hombre)" dan por finalizado el viaje a través de Disidencia, para rematar
con una incendiaria versión del clásico "Domination" de Pantera, con Pablo sacándose la
guitarra y, con micrófono en mano, encender la mecha con que la dinamita
traducida en fervor por parte de los fans presentes en el recinto estallara
hasta no quedar nada en pie. Cierre perfecto para una presentación contundente
por parte de una agrupación destinada a dar que hablar en base a su integridad
artística y coraje proyectado desde el escenario. Cuestión de instinto cuando
la disidencia pregonada en estudio adquiere ribetes de honestidad a prueba de
balas.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos cortesía de Parlante.cl (ALVARO GAUNA)
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