Al momento de resaltar a nuestros héroes de la guitarra a nivel latinoamericano, y dentro de una amplia y considerable variedad, el nombre de Walter Giardino resulta obligatorio para quienes se inclinan por el virtuosismo y la creatividad inspirada en la mezcla de Rock Duro con música clásica, fórmula popularizada por referentes de la talla de Ritchie Blackmore. La figura del Hombre de Negro, tanto al frente de Deep Purple como de Rainbow fue clave en la formación musical del músico nacido en el barrio del Bajo Flores de Buenos Aires y quien a los 12 años el haber descubierto la saga púrpura le valió iniciar un camino sin retorno.
Si bien el reconocimiento llegaría recién durante los '90 con Rata Blanca, su breve paso por V8 marcó un punto importante respecto a la integridad artística de Walter Giardino, a quien en esos años Ricardo Iorio le ofreció hacerse cargo del liderazgo de la banda, por entonces sumida en una profunda crisis creativa luego de sus arrolladores inicios. Giardino asume su rol como compositor pero sus ideas no encajaban dentro del agresivo de la banda y el rechazo por parte de sus compañeros es inminente, desembocando en la expulsión del guitarrista. Sin embargo, el baterista Gustavo Rowek, antiguo integrante de V8, apenas se entera de lo ocurrido, no solo rechaza el llamado a retornar a la banda, sino también se interesa en las composiciones del eximio guitarrista por lo que decide unir fuerzas con él para un proyecto que dará que hablar durante las próximas décadas.
A pesar de los difíciles inicios de Rata Blanca, batallando contra la inestabilidad de sus alineaciones y la crítica por parte de los puristas que no podían aceptar la idea de que una banda de Rock adoptara un sonido enfocado en la melodía por sobre los sonidos más extremos que imperaban a nivel local en ese momento-, la banda pudo alcanzar el éxito tras la edición del fundamental "Magos, Espadas y Rosas" (1990), placa que incluiría "La Leyenda del Hada y el Mago" y "Mujer Amante", éxitos que le valió al entonces sexteto la rápida consagración, incluso más allá de las fronteras del Rock y el Heavy Metal. Gran parte de aquel éxito radicaba en la fórmula creativa con que Walter Giardino, un autodidacta con mentalidad y técnica de conservatorio, desplegaba toda su influencia blackmoriana en favor de la música, dando cuenta de una envidiable capacidad para componer y grabar música de alta exigencia técnica y con un sonido que bebía directamente del Hard Rock de los '70 y potenciado con la fuerza del Heavy Metal de los '80. Al mismo tiempo, y de alguna manera emulando lo hecho por el Hombre de Negro al mando de los Rainbow post-Dio, estaban presentes las melodías pegajosas pero forjadas en base al buen gusto y el acierto intuitivo en la estructura interpretativa, con el 'pequeño' cantante Adrian Barilari desplegando sus virtudes interpretativas con la clase de un grande.
A fines de los años '90, y con Rata Blanca sumida en una crisis traducida en cambios constantes de integrantes y la pobre recepción de sus lanzamientos tras el éxito de Guerrero del Arcoiris, Walter Giardino decide darle punto final a la banda -sería un receso entre 1998 y 2002- para iniciar su camino como solista, esta vez bajo el nombre de Walter Giardino Temple. La banda editaría un trabajo homónimo en estudio allá por 1999, en el cual el destacado guitarrista le sacaría provecho a todas sus virtudes instrumentales y creativas, esta vez en una línea mucho más dura dentro de lo que es el Heavy Metal con tintes neoclásicos, tal como lo venían haciendo en el Hemisferio Norte referentes como Yngwie Malmsteen y Axel Rudi Pell, todos junto al argentino discípulos aventajados de la escuela fundada por Ritchie Blackmore un par de décadas antes. Por supuesto el disco cuenta con la participación de músicos de renombre como el baterista Martin Carrizo -ex A.N.I.M.A.L.-, el tecladista Pablo Cataña y el cantante Norberto Rodríguez -Vago, Arian-, todos aportando de manera magistral a lo que sería considerado, con el tiempo, un clásico obligado del Heavy Metal latinoamericano. Sin embargo, el carácter complicado y obsesivo también le juega en contra como líder a Walter Giardino: durante la visita de Glenn Hughes a Argentina (1999), la banda planea subirse al escenario para tocar "Burn" con el legendario músico británico, a lo que el guitarrista se opone bajo el argumento de que sus compañeros no saben tocar esa canción de manera apropiada. Sus compañeros, reacios a la decisión intransigente del extrovertido músico, renuncian a la banda y lo dejan solo. Durante aquel tiempo, antes de lo que sería el retorno en grande con Rata Blanca, participa como invitado en presentaciones de bandas de la talla de Mägo de Oz en Europa. Posteriormente, Giardino reforma Temple y suma como invitados a algunas de sus presentaciones a Adrian Barilari, el bajista Guillermo Sánchez -falleció en mayo de este año- y el tecladista Hugo Bistolfi, todos integrantes históricos de su antigua banda, lo que motiva el regreso de la banda más exitosa de Argentina durante los '90 a los escenarios y presentando nuevo material discográfico hasta hoy.
Por esas cosas de la vida, si bien Rata Blanca es una banda que forma parte de la casa, el festival Santiago Gets Louder será la ocasión en que, además de una nueva visita del legendario combo argentino, Walter Giardino se presente también al frente de Temple, esta vez con un invitado de lujo, el cantante chileno -radicado en España- Ronnie Romero, reconocido por su destacado desempeño al frente de los españoles Lords Of Black y, en especial, su participación como la voz de la actual alineación de Rainbow. Suficiente para regocijarnos con una clase magistral de creatividad, técnica y categoría artística por sobre cualquier tendencia dictada por la industria. Esperemos que, luego de más de tres décadas de carrera, el camino iniciado por Ritchie Blackmore y continuado por el nacido en el Bajo Flores continúe pavimentándose. A sus 57 años, Walter Giardino sigue dictando cátedra y forjando su leyenda como representante continental -y mundial, por qué no- de un género que combina exigencia y sensibilidad en dosis iguales. Ya sea con Rata Blanca o con Temple, la calidad permanece incólume a todo.
El domingo 29 de octubre en Movistar Arena, será el encuentro de rock y metal más intenso del año. Los llamados a protagonizar esta jornada en dos escenarios combinan lo mejor de distintas generaciones y estilos del metal, desde lo tradicional y clásico hasta los sonidos más contemporáneos: Megadeth, King Diamond, Rata Blanca y Vimic son los confirmados en el escenario principal; Temple, Ego Kill Talent y Tirano estarán en un segundo escenario.
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