#LiveReview Enemies of The Cross II: "Contra Todo Hasta La Muerte"



DYI, siglas que significan “do it yourself” –“hazlo tú mismo”-, símbolo de la autogestión como una forma de vida y hacer las cosas sin necesidad de transar los principios del arte. Así se podría resumir la segunda versión del festival Enemies of the Cross, ritual que reúne a algunas de las mejores agrupaciones del Metal en su faceta más underground y purista, abarcando desde revelaciones prometedoras hasta longevos referentes que generaron un culto que poco y nada tiene que ver con el mainstream que acogió a otros más reconocidos en su momento. La puntualidad con que se llevó a cabo el evento tuvo su contraste en una serie de fallas técnicas que interrumpieron la presentación de algunas de las bandas participantes, aunque de alguna manera el aroma a “Vieja escuela” se sintió de manera especial, con el aguante de un público numeroso imponiéndose durante la calurosa tarde del sábado en el Arena Recoleta. Poco más de 10 horas de crudo, maldito y devastador Metal resultaron suficientes para hacer del evento un imperdible que, en cuestión de 1 año, ha consolidado su valor como festival de renombre en el circuito underground y que va con toda seguridad para una tercera edición a realizarse el próximo año.

El concepto DYI estuvo presente desde la apertura con los chilenos Enforcer, agrupación cultora de un Speed-Black muy al estilo de los oscuros ‘80s y la cual, tuvo un comienzo accidentado luego de que una de las guitarras sufriera fallas que impulsaron una situación bastante curiosa: uno de sus guitarristas, con su instrumento inutilizable, se retira del escenario y se saca la guitarra; acto seguido, lo vemos cabeceando y cantando en donde estaba el público, dejando en claro esa actitud metalera que tanto hace falta por estos rumbos. Por lo mismo es que cortes como “Death Aggressor”, “Black Souls” y “Violent Speed Assault” cobraron un tamaño aterrorizante, suficiente como para provocar la primera masacre sonora bajo un sol inmisericorde.


Poco después llegaría el turno de los brasileños Power From Hell, quienes debutarían en suelo nacional, en el marco de la promoción de su recién estrenado EP titulado Blood n’ Spikes, trabajo editado en diciembre del año pasado. El trío comandado por Sodomic (bajo y voz) salió a sembrar la mortandad con un arsenal de Black-Speed-Thrash químicamente puro, dejando en claro que su reputación como una de las bandas más salvajes y devastadoras del Metal latinoamericano no es gratuita, sino que se forjó en base a profesionalismo y sudor, como debe ser. A destacar, por ejemplo, la breve pero aplastante repasada al LP debut The True Metal, con “Calígula” y la homónima “Power From Hell” erigiéndose como Declaraciones de Principios por parte de una agrupación firme a sus principios ante todo. Entre tanto, dos personajes caracterizados a la usanza de la Edad Media  combatían entre sí ante la sorpresa de los asistentes. Extraño en un comienzo, aunque resultó eficaz como publicidad para el próximo Evil Confrontation Fest. Notable y pintoresco.


Desde Curicó, los chilenos de Death Living hicieron gala de su cuarto de siglo en el circuito underground, siempre firmes en la carretera a pesar de todo. Poco menos de 45’ bastaron para desplegar una puesta en escena que denota la orientación hacia lo primitivo, con cortes como “Aquí viene el Espíritu del Diablo” y “Jesús tu Biblia destruiré” dando cuenta de una postura radicalmente anticristiana, la derrota del cristianismo y el triunfo de las legiones satánicas a través de un sonido que no deja espacio a ninguna melodía “agradable”.


Más al sur, Puerto Montt tuvo como representante a Horrifying, cuyo recién estrenado EP Altered States Fermentation nos presenta a una banda que odia genuinamente al mundo y refleja sus horrores en esos riffs lisa y llanamente asesinos. En vivo no solo nos queda una sensación similar, sino también nos queda claro que no hay nada que hacer ante tamaño despliegue de oscuridad y maldad hasta la médila en cada nota. “Neurotic”, “Psychopatic Behaviour” y “Sempiternal Darkness” fueron algunas de lasmuestras de poder devastador con que los sureños expusieron sus credenciales en el circuito under en el cual están dando que hablar desde su formación en 2010. Y a esas alturas, y a pesar del extenuante calor reinante en la capital, el público repletaba el recinto ubicado en Avda Einstein dictando cátedra de compromiso con la escena. Luego, el Black Metal carnicero de los capitalinos de Kratherion también dijo presente en esta segunda edición de Enemies of the Cross y no se guardaron nada. Todo lo contrario: la consigna era no dejar sobrevivientes y acabar con todo vestigio ligado al cristianismo, exponiendo el horror oculto de los acontecimientos descritos en la Biblia. Todo aquello en vivo cobra una fuerza descomunal, sin nada que pueda impedir la masacre bajo el ardiente sol.


El Thrash Metal en su faceta más pura, a la usanza ochentera, tuvo en su primer representante a los nacionales Massive Power, referentes máximos del género como estilo de vida y forma de pensar/actuar. Al punto de que ni el apagón de energía en plena presentación pudo opacar su espectáculo ya probado, donde la maestría musical y la agresividad callejera forman sobre el escenario una combinación demoledora. "Force”, “Mass Crime Corporation” y “Political Class” fueron solo algunos de los bombazos con que el quinteto desplegó toda su artillería, encarnando los principios del Thrash hasta la médula y en cada riff. Incluso se dan el tiempo de lanzar dedicatorias a su estilo –con un singular sentido del humor propio del grindcore- a quienes no aportan más que cizaña a la escena local y se esconden para no dar la cara. Para entonces, el Arena Recoleta ya se encontraba repleto y, por ende, siempre es bueno recalcar tanto el buen comportamiento como la lealtad de los ‘bangers’ locales con una agrupación que ha basado su éxito en la constancia y la integridad a prueba de cualquier elemento externo al género que Massive Power ha sabido defender hasta la muerte.


 Si lo de Massive Power fue una fiesta de mosh, violencia y cerveza, lo de los paraguayos de Violent Attack sobrepasó toda expectativa. El culto generado por los de Asunción con su único LP titulado "The Final Massacre (2006)", al menos en este rincón del mundo, no solo e snumeroso a nivel de convocatoria, sino también en cuanto al fervor que despierta en los seguidores locales del underground. Difícil encontrar las palabras para la constante centrífuga con que cortes como “Chaos & Metal”, “The Final Massacre” y la homónima “Violent Attack” cayeron como bombas incendiarias sobre un recinto donde la temperatura ambiental aumentaba conforme llegaba la noche. Por supuesto, si bien fue la tónica de la jornada, Violent Attack en vivo nos hace recalcar lo bien aceitado que suena el Thrash cuando hay un trabajo profesional y lo único que importa es el Metal como principio de vida y muerte.


El reloj marcaba pasadas las 21 horas cuando se hizo realidad la ‘pesadilla’ deseada por los fans del Death Metal primigenio concebido en un país con tradición como lo es Suecia, esta vez de la mano de una leyenda del calibre de Merciless. Con formación titular, los de Strängnäs desataron todo su arsenal de riffs despiadados para un público que, de inmediato, respondió a través del mosh, esa centrífuga humana que arrasa con todo. Otra baja de voltaje interrumpió por algunos minutos la presentación, pero nada de ello la empañó, sino todo lo contrario. Da gusto cuando agrupaciones legendarias con tres décadas en la carretera imponen sus términos desde el comienzo, encarnando los valores del Death Metal en su esencia más cruda y sangrienta, generando una masacre sonora acorde a la historia y reputación forjadas desde los tiempos del clásico "The Awakening" (1990), trabajo del cual relucieron cortes como "Souls of the Dead", el track que titula el álbum y la suprema "Pure Hate". En poco menos de 1 hora, Merciless esparció su poder devastador en un recinto que, una vez caída la noche, no paraba de aumentar la temperatura. El averno y la muerte son reales como tu existencia.



La explosión inicial de "Last Man Alive" debe ser uno de los momentos memorables a resaltar en lo que sería la segunda vez de Whiplash en nuestro país. El trío comandado por el histórico -y único miembro fundador- Tony Portaro regresó a suelo chileno con un arsenal de Thrash Metal en la tradición de una era irrepetible como lo fue la década de los '80. Con el bajista Dank DeLong y el baterista Tom Tierney completando la formación actual, los de New Jersey desplegaron todo su poder destructivo con un set que da cuenta de sus tres décadas portando el estandarte de un género que no transa su esencia por nada del mundo. A nivel de repertorio, un trabajo de la talla de "Power and Pain" (1986), obligatorio para todo amante del Thrash ochentero, debía aportar con la presencia propia de los clásicos y así fue. "War Monger", "Spit on Your Grave", "Stage Dive", "Red Bomb" y la asesina "Power Thrashing Death" fueron algunas muestras del devastador poder con que los norteamericanos dictaron cátedra sobre cómo mantenerse firmes en el camino pese a los años y las tendencias del momento. El latigazo metalero de Whiplash, por segunda vez en Chile, causo estragos con cada impacto sobre quienes a altas horas de la noche se entregaban al ritual del mosh. Para el remate, un rejuvenecido Tony Portaro arrojándose al público una vez finalizado el espectáculo, perdiéndose rápidamente entre la multitud. Casi nada.


Cerrando la jornada, llegaría el turno de un referente de culto para los seguidores del Thrash alemán. Y es que el nombre de Frank Blackfire habla por sí solo, no solo en lo que respecta al glorioso pasado, sino también abarca su propio presente, reflejado en el inicio con una versión rocosa del clásico instrumental de Henry Mancini "Peter Gunn", seguida de "Victims Of Society" e "Insane Human Race", todas pertenecientes al LP "Back On Fire (2015)", trabajo recomendado para los seguidores del veterano músico alemán como músico e intérprete de alta envergadura más allá de su reconocido currículum. Pero los fans presentes pasada la medianoche -aunque una gran parte había abandonado el recinto posterior a Whiplash y Merciless, hay que decirlo- estaban ahí precisamente por la historia y los clásicos, especial el letal repertorio del Sodom clásico. Por ende es que "Agent Orange", "Remember The Fallen", "Sodomy and Lust" y la motorheadiana "Ausgebombt"-cantada en alemán-, fueron recibidas como corresponde, aunque nada de aquello hubiese sido posible sin el complemento sonoro con que el baterista Toni Merkel y el bajista John A.B.C. Smith -su estampa escénica y el Rickenbacker que portaba recordaron bastante a la figura del mítico Cliff Burton- se anotaron para recrear la potencia incendiaria del Thrash Metal teutón como en los inicios de hace tres décadas. Para los fans de Kreator, "People of the Lie " -original del supremo "Coma of Souls" (1990), uno de los tres trabajos publicados con Frank en sus filas-, fue algo tan esperado como poderoso y efectivo en su ejecución. Himno tras himno, los 50' minutos sobre el escenario remataron con una escalofriante versión de "Bombenhagel", con el mítico guitarrista desplegando sus cualidades en las seis cuerdas con una maestría pocas veces recurrente en el género. Final perfecto para la segunda vez en nuestro país -la anterior fue en noviembre pasado con Assassin en el Caupolicán, otros referentes de culto de la legendaria escena alemana de fines de los '80- de un fundamental en el desarrollo y estallido del estilo a nivel mundial. Broche de oro para la segunda edición de un festival que, además de lo mencionado en los párrafos anteriores, constituyó la antesala perfecta para el evento metalero a realizarse en Mayo en las afueras de la capital, Evil Confrontation Fest. Metal rige hasta la muerte, contra viento y marea.

Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Cristhian Quiroz

































 





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