El pasado domingo 25 de febrero
tuvimos la visita de Kadavar,
agrupación alemana que pisaba suelo nacional por segunda vez en el marco de la
gira “Rough Times” que viene a presentar su último álbum del mismo título, y en
Resistance, fuimos al Espacio San
Diego para ser parte de una noche inolvidable, cargada de Rock, psicodelia, y
sonidos de antaño.
Como
encargados de calentar motores teníamos a los nacionales de Bagual, la agrupación nacional que,
pese a nacer dentro de ésta década han cosechado una gran cantidad de
seguidores y nos han dado 3 grandes álbumes, siendo “Nulla”su última placa. El conjunto santiaguino mantiene su
propuesta de de darnos un Stoner Rock potente y contundente en poco más de 30
minutos que parecieron ser bastante cortos para la calidad tremenda de sus
composiciones llenas de peso, densidad y melodías volátiles.
Luego
de un tiempo que pareció ser un poco más largo de lo esperado (principalmente
debido a que tuvieron que desmontar por completo la batería que usó Bagual, e instalar la de Kadavar al centro, donde usualmente se
ubica el vocalista),con un sonido indeterminado de fondo Lupus, Tiger y Dragon,
se posicionan y, luego de un escueto saludo arrancan con “Skeleton Blues” y “Doomsday Machine” que viene sin pausa alguna. Como avisando de lo variado del
repertorio de ésta presentación, y luego de un saludo ya más extendido, la
banda nos lanza “Pale Blue Eyes” y el
tándem sensorial de su último disco con “Into
The Wormhole” y “Die, Baby Die”,
a estas alturas si había alguien que no había prendido con el show de los
germanos, terminó cediendo y dejándose llevar por el ritmo oscuro y frenético
del Trío alemán. “Living In Your Head”, nos
hizo despegar a la mayoría de los que estábamos en el recinto en la sección
final, con una base rítmica caótica y notas alargadas de guitarra. “The Old Man” hizo corear la melodía
principal a buena parte de la audiencia, “Black
Sun” nos vuelve a traer los Kadavar de
sus inicios, con mucha onda setentera. Lupus vuelve a tomar la palabra para
comentarnos que “Forgotten Past” fue
la primera canción que compuso el conjunto y proceden a interpretarla, seguida
de una larga introducción donde el bajo y la batería se lucían entregándonos
una masa sónica tremenda, dando pie a “Purple
Sage”, tocada notablemente nota por nota, para proceder a retirarse.
Sabíamos
que la banda aún tenía energía y sobre todo ganas de seguir por lo que luego de
su retirada el público coreaba “Kadavar, Kadavar” hasta que el trío volvió al stage.
Lupus recuerda brevemente la visita anterior del grupo a nuestras tierras e
invita a los presentes a fumarse algo, invitación bien recibida por más de
alguno, ya que “Thousand Miles Away” pareciese
haber sido concebida para ser apreciada con la conciencia alterada. “All Our Thoughts” sigue una senda
similar y “Come Back Life” cierra
definitivamente su presentación de manera magistral.
Más
allá de la calidad musical de la banda, que la tiene de sobra, fue interesante
ver una agrupación totalmente compenetrada tanto entre ellos mismos, como con
el público, cosa que se notaba vez que Lupus se alejaba del micrófono y dejaba
a sus compañeros lucirse cada vez que correspondía, notable la participación de
Tiger, quien siempre desde el centro del escenario motivaba a la audiencia y
guiaba a sus compañeros tras su batería, memorable fue al comienzo, cuando se
sentó y puso sus manos en sus orejas animando a la audiencia a proferir vítores
y chiflidos varios, admirable también cómo tocaba su instrumento el cual fue
golpeado brutalmente, el tipo pega fuerte, tal como a John Bonham le dijeron
que NO había que tocar a fines de los 60s, pero también sabe cuando suavizar su
pulso y dejar una base apenas audible. Dragon por su parte, siempre contuvo
todo, era el puente perfecto entre lo que hacía la guitarra, y la batería
logrando brillar por si mismo. Lupus en su labor de frontman estuvo siempre a
punto y su guitarra fue tocada enérgicamente durante todo el concierto,
incluso en las secciones más suaves.
Cabe mencionar que los temas más antiguos fueron interpretados con más peso,
siendo más densos sobre todo en las
partes más psicodélicas, pero todas y cada una de las canciones fueron tocadas
casi idénticamente a su contraparte prensada en vinilo, y la variedad del setlist
sólo nos demostró que éstos viajeros temporales juegan con el tiempo,
rescatando el sonido de décadas pasadas, y ese tiempo fue justamente, el pasado
perfecto, que daría inicio a un movimiento que sigue vigente aún hoy, a casi
medio siglo de su génesis.
Escrito por: Pablo Madrid
Fotos por: Priscilla López
Kadavar:
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