Estamos a solo unos días de un
nuevo regreso a nuestro país de Marc Steven Bell, conocido mundialmente como
Marky Ramone, baterista y componente histórico de la banda neoyorkina que revolucionó
el Rock n’ Roll mediante el regreso absoluto a las raíces, reforzado, por
supuesto, con ese aire callejero que hizo del legendario cuarteto un referente
supremo de lo que conocemos como ‘punk rock’. Es por eso que, el equipo de
Resistance te presenta un ranking con los cinco mejores trabajos de Ramones en
los que ha participado el veterano músico que, a sus 65 años, se mantiene
girando por todo el mundo como heredero legítimo del legado ramonero desde su
ingreso a la mítica banda de Brooklyn hace 4 décadas exactas.
5.- Mondo Bizarro (1992): La década de los ’90 no solo fue la época
en que los Ramones se despedían para siempre; también estuvo marcada por un par
de trabajos con los cuales el cuarteto neoyorkino comenzaba decirnos adiós a su
manera, en su propia. El más interesante debe ser “Mondo Bizarro”, un trabajo que combinaba melodías pegajosas
con una expansión sonora que poco y nada empañaba su esencia inconfundible. El
cambio de mentalidad que implicó el cambio de década en la escena rockera caló
hondo en una banda que, desde hace un tiempo, le demostraba al mundo que su
sonido era el mismo pero las prioridades cambiaban, había algo más que decir y
Mondo Bizarro fue la prueba irrefutable de aquello. Un trabajo quizás extraño
para los fans de sus primeros 3 o 4 discos, pero de los más consistentes a
nivel de letras. Desde el megahit “Poisoned Heart” –donde figura el entonces
saliente bajista Dee Dee Ramone en los créditos- hasta el mensaje deslenguado
de “Censorshit”, una placa que nos muestra a unos Ramones cada vez más maduros
como artistas pero con la furia juvenil intacta en cada riff.
4.- Pleasant Dreams (1981): Si Johnny Ramone encarnaba la furia
sónica con que Ramones pateaba traseros, el buen gusto de Joey –y su evidente-
por las melodías propias del pop reflejaban la otra cara de la moneda. Si los
años ’70 Ramones utilizaba la simpleza como arma letal, en los albores de los
’80 la orientación pop del espigado cantante predominó tanto a nivel de letras
como de música. De paso, la enemistad entre Joey y Johnny queda de manifiesto
en “The KKK Took My Baby”, inspirada en el tortuoso quiebre sentimental entre
el cantante –un romántico afiebrado con tendencias liberales- y su novia Linda,
quien lo dejaría para, poco después, entablar una relación sentimental con Johnny,
un tipo cuya personalidad era todo lo contrario a su compañero.
3.- Brain Drain (1989): el final de la década de los ’80 no solo
vería el regreso del baterista Marky Ramone luego de casi 6 años a la banda,
sino también marcaría la despedida en el estudio del histórico bajista Dee Dee
Ramone (falleció en 2002). Musicalmente, se trata de uno de los trabajos más
accesibles y consistentes del cuarteto, aunque los problemas internos se
reflejan de manera fluida en cada una de las letras, todas escritas en conjunto
por el saliente bajista y Joey Ramone. Melodías potentes con vocación de himno,
riffs de alto octanaje y una producción diseñada para hacer de esta placa una
colección de éxitos para todos los gustos, dejando al descubierto la esencia
ramonera con que los neoyorkinos le gritaban a todo el mundo que no se
abanderaban con ninguna tendencia que no fuera el viejo y querido Rock n Roll. Pasajes
a destacar: “I Believe in miracles”, “Ignorance is Bliss”, “Punishment Fits the
Crime” –con Dee Dee en la voz principal-, “Merry Christmas (I don’t want to
fight tonight)” y la clásica “Pet Sematary”, esta última incluida en la banda
Sonora de la película del mismo nombre y cuyo recordado videoclip tuvo una
destacada rotación en MTV.
2.- Road To Ruin (1978): Una portada que los ensalzaría como íconos
de la cultura popular y un single que les valdría la inmortalidad. Así
podríamos resumir el significado de “Road
To Ruin”, el primer LP con Marky Ramone en la batería -Tommy dejaría
las baquetas para dedicarse a la producción y colaborar con sus hermanos de
carretera, comenzando por el álbum del ’78- y uno de los más exitosos a nivel
de ventas y críticas, esto último un logro después del complicado inicio,
cuando sus tres primeros discos eran destrozados sin piedad por la prensa
especializada de la época. Es cierto que “I Wanna be Sedated” es el hit single
de la placa y un clásico de bares y fiestas desde su publicación hace cuatro décadas, pero si
exploramos la obra en su totalidad, nos encontramos con una banda que
evolucionaba a pasos agigantados sin sacrificar un ápice de su identidad
callejera. “I Just Want to Have Something to Do”, “Needles and Pins” –original
de The Searchers-, “I Don’t Want
You”, “Go Mental” y “Bad Brain” son algunos pasajes de una Carrera que, en un
lapso de 5 años, le valdría a los neoyorkinos un sitial de honor en la Primera
División del Rock mundial.
1.- End of the Century (1980): Si en los inicios la fórmula “menos
es más” era llevada a su máxima expresión con la rudeza propia de los barrios
bajos de New York, 1980 sería el año en que Ramones se consagraba en lo alto
gracias a un trabajo que, para gusto o disgusto de muchos, no dejó indiferente
a nadie, sino todo lo contrario. “End
of the Century”, 5to LP en estudio de los de Brooklyn, nos muestra a
Ramones en su mejor forma, expandiendo sus fronteras musicales hasta niveles
impensados para entonces. Rock n’ Roll, góspel, soul, pop…un disco que tiene de
todo a nivel musical y donde la producción a cargo del afamado productor Phil
Spector fue determinante para sacarle provecho a una banda que no tuvo empacho
en demostrar que su firma sonora iba mucho más allá de una etiqueta como el
Punk. Desde ese monumento al Rock n’ Roll primigenio llamado “Do You Remember
Rock n Roll Radio?” hasta la urgente “High Risk Insurance”, pasando por “Danny
Says”, “The Return of Jackie and Judy” (secuela de la clásica “Judy is a Punk”),
la rebeldía escolar plasmada en “Rock n Roll High School” y la romanticoide
“Baby, I Love You” –original de The
Ronettes y compuesta por el propio Spector-, esta última recordada tanto
por su inusual romanticismo como por la controversia generada entre los fans de
sus inicio y, a la vez, el punto que marcó el punto cúlmine en el conflicto que
se dio entre el excéntrico productor y la banda durante las sesiones de
grabación. Te puede gustar el punk o no, pero “End of the Century” es un deber tenerlo en cualquier
discografía rockera que se precie como tal.
Bonus Track:
Loco Live (1991): con el
acelerador hasta el fondo, superando la velocidad de las versiones originales y
que nada ni nadie los detenga. Es lo primero que se nos viene a la mente al
tasar este documento en vivo en sus dos ediciones (Chrysalis y Sire), registrado
en Marzo de 1991 en Barcelona, marcando el debut oficial del flamante bajista
C.J. Ramone en lugar del renunciado Dee Dee –al año siguiente debutaría en el
estudio con el excelente Mondo Bizarro- en una presentación significativa para
los de Brooklyn, por entonces más vigentes que nunca luego de más de 15 años en
la carretera. Puede que no se sitpue a la altura del insuperable “It’s Alive”,
pero para quienes éramos niños y adolescentes durante los ’90, fue el disco que
nos introdujo a una banda que, en vivo, nos brindaba auténticas lecciones de
Rock n’ Roll directo, crudo y sin apellidos, punk rock en su esencia más pura.
Obligatorio en toda colección.
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