El día 2 de Marzo, por primera vez Anneke Van Gierserberg se presento en Valparaíso, cantante y compositora holandsea, conocida en primera instancia como la ex vocalista de la banda The Gathering, nos conmovió con un concierto lleno de honestidad y magia.
En primera instancia, llegar al Teatro Municipal de Valparaíso y encontrar la enorme fila para entrar a palco y platea fue la primera sorpresa de la noche, no siempre el rock se encuentra con escenarios así en este puerto querido.
Un escenario muy simple y un público ansioso esperaba el show Anneke, quien cerca de las 21:10 minutos entraba suavemente entre un aplauso animoso. Se acerca a su set: Un micrófono con su atril, una guitarra electroacústica, con cuerdas metálicas, un pequeño atril con una pequeña guitarra, que primero pensé era un requinto y más tarde ella llamó “guitalele”, y dos parlantes de retorno. Nada más que una luz potente al centro y un ambiente de luz roja adornaba el escenario. Confieso que me pareció que sería una dura tarea llenar un espacio tan grande con tan pocos recursos, mas en el transcurso del concierto todos pudimos apreciar la talla de artista que es Anneke, dulce, segura y ostentando una voz de técnica impecable manejó el teatro casi repleto con una sonrisa inigualable.
Inició el set con el tema “Beautiful one”, del álbum “Air” (2007), con una voz prístina que nos invitaría a todos a viajar dulcemente en su hechizo de una hora y media de música y carisma.
En el segundo tema nos sorprende con una suave interpretación de “Songbird” de Fleet Wood Mac en un escenario completamente azul donde el ángel de Anneke se está comenzando a desplegar. Luego con “Sex on Fire” entona delicadamente con un vibrato que a ratos me recuerda a Joan Báez, luego de encantarnos a todos, cuenta un gracioso momento incómodo con una niña y su madre, a propósito de la canción y su erótica temática. Las cartas están sobre la mesa, con un humor excelente y un manejo impecable de voz y guitarra, Anneke ya nos conquistó a todos, el resto del concierto será un volar sobre nubes. Luego con “Ih- Ah” del Dueto con David Townsend el público prende y se anima a acompañar con palmas.
Cuenta una historia familiar breve y divertida sobre el tema “Broken wings” de Mister-Mister y luego nos deleita con una versión muy en su estilo propio y con algo de country en su guitarra. A este paso ya tiene al público prendado, su forma de hacer y decir, de cantar y acompañarse, tienen los pelos de punta, el teatro lleno está encandilado.A estas alturas todo ha sido un derroche de voz, carisma y técnica vocal. Acompañándose muy bien con la guitarra se pasea por temas de “The Gathering” interactuando con el público muy animada. Sortea con simpatía a los irrespetuosos de siempre que cada vez que pueden tiran besos, silban o gritan algún piropo inadecuado, esto sólo habla bien de ella y su manejo escenico. Y a su vez habla tan mal de nosotros..tenemos tanto que aprender.
Luego interpreta de manera maravillosa, impecable, “Who wants to live forever” de Queen, reafirmando ante todos la calidad de músico que estamos presenciando, en una versión íntima y hechicera. Luego de eso hace un sorpresivo alto, desconecta la guitarra y camina al borde del alto escenario para tocar completamente desenchufada, ante un teatro atónito por el que no vuela una mosca y hasta los que estábamos en el tercer piso pudimos escuchar y vivir ese momento donde la intimidad llegó a niveles altísimos. Este momento nos hace presagiar que el concierto se acerca a su fin.
Un par de canciones más de su proyecto solista, otra de The Gathering, el público en el bolsillo y anuncia “Whish you were here” de Pink Floyd, acompañada por el “Guitalele” (un híbrido de guitarra y Ukelele) y todo el público ensoñado, mientras canta el solo completo de guitarra de manera perfecta y sencilla, llena de emotividad. Para nuestra sorpresa anuncia un tema de Iron Maiden, “Wasted years”, y lo inicia con el solo de guitarra en guitalele, demostrando su manejo y solidez en el instrumento. El público la acompaña con palmas y ella cierra el concierto con una ovación cerrada, que no se detiene cuando ella sale del escenario, para traerla de vuelta con un cover de Chris Cornell “Like a Stone” muy delicado y su anuncio de terminar el concierto con una canción de Dolly Parton (Jolen), para terminar de manera entretenida, me imagino que ella no sabe que en Chile, Dolly no es una cantante popular, pero aún así el público la apoya y ovaciona nuevamente, sin parar cuando se va y hasta que ella vuelve, sorprendida a deleitarnos con un tema más “My Electricity”. El público aplaude a rabiar. Anneke nos libera de su hechizo, pero nadie se quiere ir, así que las luces y música envasada del lugar hacen el trabajo de dar por terminada la sesión de complicidad, voz y magia.
Anneke nos ha encandilado con su sencillez humana y su experticia musical. Aún quedan dos conciertos en Chile, en formatos muy distintos, mas la claridad de un músico a toda prueba y una persona encantadora prometen brillantez y momentos inolvidables. La noche en Valparaíso ha sido redonda, aún no queremos soltar la emoción. Esperamos tenerla de vuelta en otros formatos, pero mientras seguiremos la huella del hechizo que tan bien nos llenó el cuerpo de emociones.
Escrito por: Catalina Blanco Jara
Fotos por: Remigio Olivares
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