Ad portas de publicar dentro de
este año lo que será su 2do LP titulado “Inmensity”
(programado para mayo), los nacionales Desire
Of Pain aprovechan el tiempo puliendo con clase su reputación como acto en
vivo. La sala SCD Bellavista fue el lugar escogido para ser testigos de un
adelanto e lo que será el sucesor del excelente “Fragments Of a Crystallized Absence” (2010), para lo cual
hubo que trabajar duro y darle forma a las ideas plasmadas hace solo unos meses
en el estudio y que pronto verán la luz en un largaduración que, de seguro,
será del agrado de los seguidores del Metal Extremo en su faceta más ligada a
la vanguardia y la exploración, algo tan necesario en el género y, a la vez, un
remedio para el alma y los sentidos. Por supuesto, la velada también tuvo de
anfitriones a Weight Of Emptiness,
cultores de una propuesta arraigada en la extensión sonora del Metal y siempre
en favor de la vanguardia como motor de expresión y creación.
Sería la intro “Anfractous” la
que nos pondría en alerta, apenas se apagan las luces, de lo que se vendría por
parte de Weight Of Emptiness,
quienes desde el inicio con “Behind The Mask” desplegaron sus virtudes para
desarrollar un set que incluyó sorpresas, dando cuenta de un fructífero
presente traducido, por ejemplo, en la reciente gira realizada en México hace
unos meses en el marco de la promoción del excelso LP debut “Anfractuous Moments For Redemption”
(2017), uno de los mejores trabajos que nos dio la temporada pasada a
nivel local. “Cancer”, “The Silence”, “Weight Of Emptiness” y “Unbreakable”
conformaron un set contundente y perfecto para apreciar las virtudes de una
agrupación conformada por músicos de primer nivel dentro de la escena metalera
nacional, todos aportando con lo suyo cuando se trata de abrir puestas a otros
rumbos dentro de un género como lo es Metal Extremo, donde un número de
posibilidades y colores se conjugan en una misma línea. Todo aquello es posible
cuando las guitarras de Juan Acevedo y Alejandro Bravo conforman la muralla de
sonido con que el quinteto impone sus términos, mientras el baterista Mauricio
Basso se despacha una clínica de elegancia y poder en cada golpe y compás con
que la bestia que pareciera salir del agujero formado en el oscuro firmamento
cobre vida para arrasar con todo. Entre tanto, da gusto poder apreciar la
versatilidad con que Alejandro Ruiz intercala la crudeza del Death Metal con
líneas melódicas que dan cuenta de la oscuridad espiritual que refleja la
música, una mezcla certera entre belleza y sufrimiento. Por supuesto, mérito
también para el bajista Manuel Villarroel, el encargado de expandir las bajas
frecuencias hacia lo más hondo del alma, a la vez que acompaña en la segunda
voz a Ruiz con una presencia necesaria cuando se trata de generar
multidimensionalidad dentro de la metralla guitarrera.
Además del material
correspondiente a la mencionada placa, las sorpresas también fueron
protagonistas, primero con la inclusión de “The Flame”, anticipo de lo que será
el siguiente trabajo en estudio, ya en proceso de preproducción. Y una vez
terminada la presentación, pudimos visionar el reciente video realizado para
“The Silence”, cuyo concepto nos recuerda un compromiso con la realidad más
evidente de lo que podríamos pensar, a lo que sumamos un nivel de cohesión
entre sus componentes, donde nada sobra ni falta. Esa realidad que nos pudre a
diario puede transformarse en luz cuando la música fluye hasta lo más profundo
de nuestros corazones sangrantes. Lo que genera Weight Of Emptiness tanto en vivo como en el estudio es la prueba
irrefutable de que la categoría está presente y canalizada como debe ser:
siempre en favor de la búsqueda y la emoción. Peso y vacío, van de la mano
mucho más de lo que podemos imaginar.
Poco después, la intro
“Everything” nos prepararía de inmediato para el viaje sonoro con que Desire Of Pain nos deleitaría durante
poco más de 1 hora. El inicio con “Whisper Of Death” llegaría como un puñetazo
sónico de primer nivel, con el cuarteto liderado por Sebastián Silva –guitarra
y voz- demostrando desde el primer riff que estos días previos al próximo
lanzamiento del su nuevo álbum son suficientes para establecer la conexión inmediata
con el debut “Fragments Of a
Crystallized Absence” (2010), en el escenario, donde corresponde y se
da esta multiplicación de dimensiones y sabores. Todo aquello queda comprobado
fehacientemente con el single “Ascension”, el single correspondiente al próximo
“Inmensity” y muestra irrefutable de lo que nos depara esta temporada con uno
de los exponentes más importantes del Post-Metal en la década en curso.
La orientación marcadamente
progresiva en “Confession/Regret” y la furia incendiaria de “The Moon Is
Stained In Blood” encajan perfectamente en el presente con que “Aeon” y
“Vertigo” encarnan un momento en que algo está pasando en la banda en lo que
respecta a creatividad, trabajo y actitud. El liderazgo que ejerce Sebastián
Silva como motor y alma de la banda cala hondo en nuestros sentido –un
intérprete que realiza su tarea con la emoción y la búsqueda infinita guiando
su camino-, de la misma forma en que Marcelo Fuenzalida aporta con la sonoridad
camaleónica con que el Metal Extremo y la psicodelia se encuentran y unen
fuerzas con una maestría inusual en el medio, mientras Misael Torres despliega
sus virtudes en el bajo con una clase única. En la batería, ¿qué se puede decir
de una bestia como Alejandro Vásquez? Un todo terreno como pocos, seguramente
el mejor ejemplo sobre lo que significa combinar pasión, maestría y buen gusto
en una interpretación asesina. Y esa sensación es la que flota en el aire, al
cierre con “Destroy The Madness” –el bajo de Misael Torres provocando
escalofríos por un pequeño instante- , un final perfecto para una presentación
arrolladora, incluso pese a la poca asistencia. De todas maneras, una cosa es
segura: la vanguardia como actitud prima ante todo y en diversas formas. El
Metal, contrario a lo que se suele pensar, es una herramienta que abre puertas
hacia otros mundos y pensamientos. El
presente se avizora luminoso y en grande, dentro de la oscuridad aparente. Todo es posible cuando la música nos recuerda
cuánto pesa el deseo por el vacío doloroso que rige el destino de la humanidad.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Tay Martinez
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