#LiveReview: Recrucide "El Ritual Del Nuevo Ciclo"



Hablar de Recrucide es referirnos a una agrupación que se ha mantenido en constante movimiento durante poco más de dos décadas, siempre en favor de su identidad artística y puliendo un sonido que muta entre lo extremo y lo técnico, al punto de barrer con todas las etiquetas existentes e imponer su propio sello. "The Cycle", su más reciente producción discográfica editada el año pasado,marcó una notable evolución de su sonoridad extrema hacia un territorio más ligado a lo conceptual, rozando la línea del progresivo pero a su manera, arrasando con todo lo que interponga en su camino. Originalmente el lanzamiento de la mencionada placa estaba anotado para finales del año pasado en el renovado Club Rock&Guitarras, pero una serie de imprevistos externos demoró el asunto hasta su concreción la noche del viernes 13 de abril, en una Blondie a mitad de su capacidad–tirón de orejas al público chileno, nada más que agregar al respecto-con lo más granado y potente del Metal nacional exponiendo sus credenciales. Por ende, el carácter de ‘imperdible’ tenía argumentos contundentes y, además de los propios Recrucide, los nombres que desfilaron sobre el escenario durante cerca de 4 horas de música extrema hablaron por sí mismos aprovechando el acotado tiempo cada uno.


19 horas en punto y Éntomos desata toda su energía destructora sin rodeos. Un set que, pese a sus 30’ minutos de acción, te machaca el cráneo de una, con cada riff abriendo vórtices hacia otros planos. Da gusto ver a Pablo Nadinic liderando, con guitarra en mano y en la voz, liderando el ataque de los “bichos” con una experticia que no para de sorprender, mientras su compañero de cuerdas Danny Barrera, el bajista Oscar Romero y el baterista Franco Mitchell, todos músicos íntegros, contribuyen al ensamblaje técnico con que Éntomos avanza desde el escenario hasta conformar una muralla de sonido a prueba de grietas. Excelente presentación por parte de una banda que, a  estas alturas, poco y nada tiene que demostrar cuando se trata de proyectar señales de disidencia artística en un mundo cada vez más caótico y repulsivo.


Poco después llegaría el turno de una agrupación que se ha mantenido en lo alto como acto en vivo imperdible para los amantes del Metal moderno con matices retorcidos. Al menos es lo que se nos viene a la mente al referirnos a Audiopsicótica, cultores locales de una propuesta que traduce aquella locura presente en el estudio en un espectáculo escalofriante. Desde el comienzo con “La Maldición” hasta el cierre con “Incesto”, el cuarteto comandado por Francisco Cruzat no dudó en desplegar su arsenal de fuego y sangre con la actitud que les ha valido una reputación incuestionable como referentes para toda una generación. Por otro lado, el éxito de su reciente producción "Audiopsatánica" (2017) se puede traducir en aplastantes versiones de "Degeneración" y "Ensordecedor", ambas intercalándose de manera magistral con clásicos de la talla de "Snuff", "Instinto" y "Asalto". Desde los trajes hasta las luces, todo complementando la actitud y el sonido con que la banda saca a relucir el reflejo de una realidad cotidiana tan esquizoide como innegable. Audiopsicótica, pese a lo reducido de su tiempo sobre el escenario, nos entregó un espectáculo que comprende pasado y presente en una vibra perenne ante todo.

Pasadas las 21 horas, del Metal moderno pasábamos al Thrash Metal demoledor de Nuclear, banda nacional que, con poco más de una década de carrera, ha sabido consolidar un sello basado en la agresividad tomada tanto del Metal como del hardcore-punk, letras cuyo contenido se adecúan a lo que ocurre tanto a nivel local como mundial, y una puesta en escena que destila rabia transmutada en mosh y headbanging constante, de principio a fin, como ocurre desde el estallido inicial con "Belligerance". Con Matías Leonicio al frente, el quinteto desplegó su artillería y sembró la mortandad en base a actitud y riffs asesinos, prácticamente retumbando directo a la cara. "Violence That Burns", "Architects Of War", "Confront" y "Heaven Denied", todas una otras otra cayendo como misiles y esparciendo la desolación entre quienes formaron la centrífuga humana sin dudarlo. Gran mérito por parte de las guitarras a cargo Francisco Haussmann y Seba Puente, generando juntas la metralla implacable con que toda edificación existente en la tierra se viene abajo hasta reducirse a escombros y cenizas. Eso es Nuclear en vivo y en estudio: discurso sin pelos en la lengua, actitud 100% Thrash y la ira canalizada a través de una música totalmente acorde a la violencia bajo la cual se conforma el mundo en su totalidad.


El reloj marcaba las 21:40 cuando la intro "Candelabrvm III" nos introducía de inmediato en lo que sería poco más de una hora de Metal Extremo fresco y con los matices propios de una evolución que en nada minimiza su integridad artística, sino todo lo contrario. Y precisamente la explosión inicial de "Disowned" permitió apreciar de entrada los términos impuestos por Recrucide, una agrupación que hace rato sabe de lo que es jugar en Primera División en base a constancia, trabajo y la autoexigencia como principio fundamental, todas cualidades que rinden sus frutos en vivo, como también se pueden apreciar en las siguientes "Spiral" e "Ilumination", esta última con un recién ingresado Guillermo Pereira despuntando en los tarros, con una precisión milimétrica a la altura del aplastante groove con que el cuarteto se mueve a sus anchas.

Luego del comienzo con los primeros pasajes de "The Cycle", llegaría el turno del repaso por los dos trabajos anteriores, de la mano de "Hipócrita", "Art Of Crime" -Rodrigo Zepeda se equivocó al presentarla como "Death Confession", momento hilarante y, a la vez, clara señal del distendido ambiente en ese momento-, "Tyrano" y "Death Confession", todas retumbando una tras otra sin piedad, en plan "in your face". En ese lapso, además de la magistral labor de Hernán Medina y Rodrigo Alpe en las guitarras, es necesario destacar la actitud de Rodrigo Zepeda, quien durante unos instantes, ante la falla de la correa del bajo, siguió con su papel de frontman con micrófono en mano. Eso se llama actitud y eso es lo que hace del Metal algo especial. Maestría pura más allá del dominio técnico.

 Además del set interpretado, donde la evolución y el pasado reciente parecen caminar tomados de la mano, podemos apreciar lo bien aceitada que está la maquinaria luego de casi 3 años juntos. Imposible no maravillarse ante el tremendo entendimiento con que Rodrigo Alpe y Hernán Medina se reparten la tarea de generar la muralla sonora con que Recrucide deja en manifiesto la solidez de su propuesta, al mismo tiempo que Rodrigo Zepeda nos presenta sus credenciales como cantante y bajista de primer nivel, todo aquello respaldado con el carisma que le vale a la banda el cariño de sus incondicionales y de los más escépticos. Y eso habla bastante de una banda que ha sabido mantenerse firme en su dirección, sin desviarse un centímetro de su integridad artística y humana. Gran prueba de esto último es el gesto de Zepeda hacia un Alpe alborozado que estaba de cumpleaños en ese momento. Por ende, el concepto 'familia' pocas veces encaja y se grafica tanto en una banda como pasa con Recrucide. A eso sumémosle la magnánima labor de Guillermo Pereira en la batería, una bestia que se mantiene firme en lo suyo, siempre en favor de la música.

"Insane", "God Didn't", "Uncontrolled", "Time" e "Ira" continúan el set y, de paso, reflejan lo natural de este encuentro entre el pasado y presente, aunque este último es el que predomina si tomamos en cuenta la vibra asesina con que Recrucide se para sobre el escenario, pensando siempre en el "ahora". Así es como la música abre vórtices hacia mundos futuros que poco y nada difieren de la realidad del nuestro. Todo lo contrario: Recrucide encarna en vivo aquella furia que parece fuera de control, pero en realidad es conducida a través de la música, una forma de romperlo todo y, al mismo tiempo, dirigirnos hacia el verdadero enemigo.  El ritual del viernes pasado, de paso, fue necesario para comenzar con todo este nuevo ciclo, donde las puertas de la realidad se abren una y otra vez, cuantas veces sea necesario para abrir los ojos ante la hipocresía humana. Podríamos dar las gracias, pero es la acción lo que cuenta en este mundo enfermo, y así es como se logra el salto hacia el otro nivel. Tal como desde hace casi dos décadas.

Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Tay Martinez






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