Cuando
uno se refiere a Ronnie James Dio -dejando de lado su paso previo por Rainbow y Black Sabbath-, es
imposible no pensar en un disco que resultaría clave tanto en la carrera del
Enano Maldito como de todo el Heavy Metal desde la década de los '80. Y es que,
más allá de las preferencias personales, todos los caminos terminan llevándonos
a "Holy Diver", un
LP debut que, hasta hoy, se mantiene en la cima como una obra imposible de
superar. Ese intento de álbum conceptual llamado "Magica" (2000) no logró obtener ni la mitad de la
trascendencia que tuvo esta placa. Porque después de tamaño debut en grande, la
totalidad de la discografía de DIO tuvo un molde que jamás se vio
amenazado/compensado por sus esfuerzos posteriores.
Pero
qué hace de "Holy Diver"
un disco que se mantiene hasta hoy como una obra maestra. Hay muchas razones
válidas, pero hay que partir por lo principal: la historia. Y es necesario
remontarnos a 1982, cuando RJD culmina -con polémica, lamentablemente-, lo que
sería su primer ciclo en los renovados Black
Sabbath post-Ozzy. Si bien la pareja creativa conformada junto a Tony Iommi
rindió con los resultados conocidos por decenas de generaciones hasta hoy, las
diferencias artísticas y personales entre el riffmaster y el Duende
ítalo-americano se hicieron insostenibles, culminando con el despido de este
último bajo la acusación de haber alterado las pistas vocales del directo "Live Evil" a espaldas
de sus compañeros. Aquella controversia, sumada a la mala relación con su
antiguo colega Ritchie Blackmore -lo que determinó su salida de Rainbow en 1978- le llevaron a tomar
una decisión trascendental: formar su propia banda, ser su propio líder y
conducir el destino de su propia nave, sin tener que lidiar con la egolatría
ajena.
Grabado en los legendarios estudios Sound
City de California -Neil Young, Cheap
Trick, Tom Petty & the Heartbreakers, Saxon, Slayer, Rage Against The Machine...cuántos
nombres inmortalizando su arte en ese lugar, por Dios!-, "Holy Diver" nos presenta un mundo de fantasía
que, sin embargo, poco y nada se apartaba del mundo real en cuanto a contenido.
Desde la Tierra Media descrita por J.R.R. Tolkien hasta la Inglaterra medieval
retratada por Walter Scott en sus novelas históricas, pasando también por la
Ciencia-Ficción, los relatos arturianos y los juegos de rol tipo "Calabozos
y Dragones". Arte y cultura popular presentes en un trabajo sólido en
todas sus líneas y certero en cada uno de sus surcos, donde lo fantástico y lo
real generan una vibra de la que es imposible abstraerse y nos sumerge en su
hechizo irrompible.
Desde
el inicio matador con "Stand Up and Shout" nos queda claro que, a
pesar de la naturaleza fantástica que cubre el álbum, "Holy Diver" es una pieza de Heavy Metal en todo
su esplendor. Siempre al ataque, motivación a full para cualquier headbanger
declarado y con un Ronnie James Dio gritándote en la cara "LEVÁNTATE Y
GRITA!", sin rodeos ni palabras rebuscadas. De paso, imposible ignorar el
aporte del talentoso Vivian Campbell en las seis cuerdas, un guitarrista inglés
de apenas 20 años y dueño de una técnica exquisita cuando se trata de tocar
Heavy Metal a la usanza británica/europea y marcando un gran contrapeso al
"festivo" sonido americano que reinaba en esos años. Y si acaso
muchos pensaban que la elección del mencionado Campbell fue solo coincidencia,
es porque jamás le ha puesto atención a uno de los clásicos obligados de todo
el catálogo del Enano Maldito: "Holy Diver". Un riff emparentado con
el de "Heaven and Hell" de Black
Sabbath, pero más constante y marcial, precedida de una intro atmosférica
que nos transporta de inmediato a los combates con espada en mano de la Europa
Medieval, como podemos apreciar en su recordado videoclip. A nivel musical,
además del tremendo desempeño con que Vivian Campbell imprime su marca sonora
registrada, la dupla conformada por sus socios de antaño, el bajista Jimmy Bain
(Rainbow) y el baterista Vinny
Appice (Black Sabbath) aporta con una solidez rítmica de primer nivel, generando
un groove simple en apariencia pero que transmite ese sentimiento de emoción y
poder con que DIO revolucionó el
Heavy Metal que en los '80 formaba parte de la cultura popular en gran parte de
planeta.
"Gypsy"
y "Caught In a Middle", pese a ser cortes menos afamados que los dos
tracks anteriores, reflejan la orientación melódica con que Ronnie James Dio
moldeaba sus composiciones, diseñadas tanto para transportarte a otra dimensión
como para ser cantadas con puño en alto. Por ende, no debiera extrañar que
instituciones tan disímiles como Anthrax,
Mötley Crüe y Foreigner (sí,
tal cual) se refieran a su (pequeña) figura como referente indiscutido de una
era dorada. Y luego de la doble dosis altamente melódica, el dramatismo sombrío
de "Don't Talk To Strangers" se encarga de cerrar la cara A del
vinilo con la supremacía propia de los clásicos, reafirmando la conexión
existente entre un RJD ya entrado en las cuatro décadas -y con harto carrete- y
un género que, para esos años, se erigía como un estilo de vida más allá de la
música.
La
batería machacante del todo-terreno Vinny Appice se encarga de abrir el lado B
del disco para dar paso a "Straight Through The Heart", uno de esos
tracks criminalmente mirado en menos,
como también ocurre con "Invisible", el cual resume en una
mezcla de alta efectividad la psicodelia pesada del Rainbow setentero con los
riffs de alto octanaje que rememoran el renacer de Black Sabbath comenzando los
'80. Suficiente como para arrodillarnos ante el prodigio creativo con que RJD
se ganó el amor de miles y millones, siempre bajo sus propias reglas y
enrostrándole a los medios que la calidad no tiene edad. Por ende, en un single
como "Rainbow In The Dark", es posible apreciar una combinación de
gancho comercial con actitud metalera que pocas bandas dentro del género han
sabido aplicar con éxito. Como dato: el mismo RJD odiaba esa canción por
encontrarla muy "pop", al punto de que estuvo ad portas de excluirla
de la placa y quemar la cinta. Por suerte, sus compañeros se las ingeniaron
para persuadir al pequeño líder de tan drástica decisión y muchos estamos
agradecidos de aquello hasta hoy. Para el final, la niebla nocturna de
"Shame On The Night", una canción arrastrada, pesada y con un RJD al
tope de sus capacidades vocales, mientras Vinny Appice en los tambores dibuja
una serie de montañas y parajes que recrean un mundo de aventura y peligro al
acecho.
Para
el recuerdo quedará ese inolvidable concierto en 2006 en el estadio Víctor
Jara, con el álbum interpretado en su totalidad, como también se puede apreciar
en "Holy Diver Live",
uno de los últimos registros en vivo con el Enano Maldito en vida. A 35 años de
su lanzamiento, y con una nutrida discografía -contando también sus trabajos
como parte de Elf, Rainbow y Sabbath-, el legado de Ronnie James Dio se resume en una placa que,
hasta hoy, se mantiene como un obligado dentro del Metal y el Hard Rock, dibujando
y dando forma a aquellas fantasías, donde lidiamos con nuestros miedos y la
figura de Murray -el ser demoníaco que estrangula con sus cadenas, al corrupto
sacerdote, como se aprecia en la portada- nos protege de todo maleficio. Donde
quiera que esté, el Enano de la Montaña de Plata sigue presente a través de su
música y esas letras que hacen de la fantasía algo tan real como la vida misma.
Escrito por: Claudio Miranda
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