Tal y como fue anunciado hace días a través de nuestra web, los portugueses trajeron a Chile un show distinto a lo mostrado anteriormente en la ya extinta Kmasu. Lo de la jornada reciente fue algo alucinante. Algo que los amantes del metal gótico y su característica teatralidad agradecen siempre. Moonspell brindó cátedra de cómo montar un buen show y afiatarse de lleno al público sin dejar a ninguno con gusto a poco.
Puntuales a las 8:30pm los lusos salieron a escena. Antes que todo, hay que destacar el trabajo sonoro de hoy. No es extraño que los eventos en Blondie no suenen de la forma más prolija. Esta fue una excelente excepción. "Em Nome do Medo" se hacía sonar fuerte y clara con una potentísima voz de Fernando Ribeiro, quien apenas pusiera sus pies sobre el escenario logró, en buen chileno, echarse el público al bolsillo, dada la inmediata conexión que pudo presenciarse dentro del recinto.
"1755" (2017) es el nombre de la últma placa de estudio de Moonspell, y el tema del mismo nombre fue el que continuó con el show. "In Tremor Dei" y "Desastre" son el tercer y cuarto tema del disco respectivamente. Aquellos cuatro cortes recién mencionados fueron también parte del contundente inicio del espectáculo que los portugueses estaban montando. Ribeiro aprovechó la ocasión para utilizar una máscara de médico de la peste negra, característica de quienes buscaban abrirse paso en el camino de la medicina hace unos cuantos siglos atrás. El LP habla precisamente del terremoto y tsunami que azotaron a Portugal y gran parte de la península Ibérica en el año 1755 (por ello el nombre del disco) por lo que la caracterización estaba más que ad hoc.
Dando paso a uno de los momentos más oscuros de la noche, Moonspell muestra su versión más doom/death con "Night Eternal", seguido de "Opium" y "Awake" cortes más melódicos pertenecientes a su tercer álbum de estudio "Irreligious" (1997). Continuando con el espectáculo, Ribeiro cambiaba de vestimenta con el fin de darle un ambiente más teatral al show, siempre bien acompañado de los buenos músicos que componen el quinteto. Mención especial para el guitarra Ricardo Amorim y la notable ejecución en el solo de "Ruinas".
"Extinct" (2015) también fue parte del setlist. "Breathe (Until we are no More)" le dio esa cuota de death melódico puro que hace de Moonspell una banda tan versátil que en sólo un par de horas puede incursionar en diversos estilos. Luego en "Extinct" se dejó sentir todo el poderío que Aires Pereira le aplicaba a sus cinco cuerdas, junto a la notable performance que Pedro Paixao ejecutaba en las teclas.
Continuando con la exhibición de "1755", vino el turno de "Evento" y "Todos os Santos" dos de los más aclamados cortes de la última placa. Tal como lo dijo Ribeiro en el algún momento del show, el espectáculo constaba de varios viajes al pasado. Así fue el turno de "Wolfshade" y "Vampiria", mientras el frontman se caracterizaba al más puro estilo de drácula, con una capa muy característica del vampiro que vive en el imaginario colectivo. Todo aquello dio paso a uno de los momentos más insignes de la noche: "Alma Mater". Coreado por la totalidad de los asistentes al más puro estilo de cualquier himno de estadio. Cualquier gran banda que colma recintos con decenas de miles de espectadores ya se quisiera tener un corte así dentro de su repertorio. Aquel tema dio tiempo para respirar a los lusos quienes a esas alturas se deshacían en agradecimientos y muestras de cariño a un respetable que no cesó en ningún momento de corear la recién tocada canción. Ni siquiera cuando Ribeiro y los suyos estuvieron un par de minutos en el backstage. Momento más que memorable.
Tras la pausa y la algarabía con que los fans esperaban a la banda, los portugueses retornan a rematar el show. "Everything Invaded" continuó llevando el show por la senda de la oscuridad, dando paso a "Scorpion Flower" tema interpretado por la banda junto a la holandesa Anneke Van Giersbergen, quien estuvo hace un par de meses en Chile presentándose junto a Vuur, su nuevo proyecto musical. Para poner el broche de oro, "Full Moon" terminó por poner a todo el recinto a los pies de Moonspell. Una balada doom cargada de sonidos melancólicos emergentes de las teclas y una desgarradora voz por parte de Ribeiro que terminaría acompañando a Miguel Gaspar en los tarros para culminar así un show lleno de teatralidad y correctísima puesta en escena.
Luego de casi dos horas de impecable show, sonido, escenografía, caracterización y todo lo que un buen espectáculo debe tener, las caras de los asistentes no demostraban otra cosa más que satisfacción. Como mencionamos en un principio, a diferencia del show anterior, la química que hubo hoy entre el público y la banda fue diferente. La buena respuesta de los asistentes, más el talento de los portugueses, hicieron que la atmósfera de Blondie se tornara más especial que de costumbre.
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