A
mediados de la década de los '80, el panorama metalero en USA estaba dividido
en dos bloques diametralmente opuestos entre sí. California era el equivalente
musical a la entonces dividida Alemania: en Los Angeles, el Sunset Strip se
erigía como el centro de eclosión de la oleada Glam con que Mötley Crüe, Ratt y Quiet Riot llevaban el Heavy Metal a las
radios con toda la parafernalia y los excesos propios del prototipo clásico de
'rockstar'. Por otro lado, la Bay Area de San Francisco se convertía en el
epicentro del naciente Thrash Metal, una revolución que reforzaba la artillería
pesada del Metal británico con una actitud y sonido heredados del Hardcore
Punk, y con jóvenes agrupaciones de la talla de Metallica, Exodus y Slayer liderando un género que se
valdría por sí mismo para demostrar de qué estaban hechos, por supuesto como
respuesta a lo que ocurría en Los Angeles.
En
medio de ese panorama, surgía una agrupación cuya particularidad a nivel de
sonido se acercaba a la ira propia del Thrash pero con la influencia innegable
de pesos pesados como Judas Priest y Iron Maiden, dejando en
claro que su vertiente Heavy Metal emulaba la marcialidad propia de un género
que, desde las Islas Británicas, constituía la herencia legítima de la trilogía
conformada en los '70 por Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath. Hablamos de Armored
Saint, agrupación cuyo nombre fue
inspirado por la película épica "Excalibur" (1981), dirigida por John
Boorman. No solo hablamos del nombre, sino también de una puesta en escena que
marcaba diferencias respecto a la estética que reinaba en la época. En una era
donde el cabello escarmenado, los ojos delineados y el spandex dictaban
tendencia a nivel estético, el quinteto liderado por Gonzo Sandoval apostó por
vestir armaduras a la usanza medieval, marcando un distintivo especial entre
sus colegas de generación, aunque sin llegar a la ridiculez extrema como pasó
con Manowar.
La
inspiración en el mito arturiano y las historias de caballeros armados
batiéndose a duelo, quedaría reflejada en la portada de su debut en estudio titulado
"March Of The Saint" (1984)
-vaya título! toda una Declaración de Principios, como se puede apreciar en el
track inicial que le da nombre al disco-, un trabajo que destila Heavy Metal al
más puro estilo de lo que ocurría al otro lado del Atlántico, emulando,
sobretodo, la refrescante vibra de los primeros dos/tres discos de Iron Maiden con una fluidez única. Y precisamente esa vibra repleta de
épica y heroísmo es la que prevalece a partir del estallido inicial con
"March Of The Saint", cuya intro nos transporta, en un abrir y cerrar
de ojos, a la Inglaterra de los duelos entre caballeros y las Cruzadas. Es
curioso que, por esos años, los ingleses de Saxon tomaran un camino similar en sus trabajos post-"Denim & Leather" (1981),
pero en el caso de Armored Saint constituía una novedad tratándose
de una agrupación norteamericana que destilaba una actitud metalera cuya
naturaleza lo emparentaba más con el furioso Thrash Metal de Metallica que con la "fiesta"
de Mötley Crüe. Un John Bush que, con 21 años, hacía gala de un desempeño
vocal electrizante, dejando en claro que no tienes por qué sonar exactamente
igual a Halford, Dio o Dickinson para cantar Heavy Metal. En las guitarras,
Dave Prichard y Phil Sandoval arremeten con todo en su calidad de responsables
del sonido con que Armored Saint se presenta en el campo de
batalla, desatando la metralla con que los angelinos cabalgan al encuentro con
la gloria -o la muerte, como usted prefiera-. En tanto la dupla rítmica
conformada por el bajista Joey Vera y el baterista Gonzo Sandoval es la
encargada de darle el vértigo necesario a esta máquina de guerra con que el
Heavy Metal se vuelve un arma decisiva en lo que respecta a la guerra como
arte.
Del
vértigo desbocado del track-título, pasamos a una de las canciones más
pegajosas del disco y sobretodo, un clásico indispensable del Metal de los '80,
la más melódica "Can U Deliver". Es sabido que la banda no estuvo muy
conforme con la producción a cargo de Michael James Jackson -responsable del
regreso de Kiss a la cima durante
los dorados '80-, debido a la orientación comercial con que el Heavy Metal que
anhelaba la banda para su sonido quedaba relegado a un segundo plano, pero nada
de aquello empaña tamaña calidad presente en la placa. La velocidad vuelve a
aumentar como en el primer corte, pero con más fuego y vértigo, conformando un 'eslabón
perdido' entre la contundencia mortífera de Judas Priest y la
tormenta relampagueante de Metallica.
Mérito a resaltar tomando en cuenta que, salvo los Queensrÿche del "The Warning", Fates Warning en sus
inicios, Savatage y Omen, parecía imposible consolidar una
propuesta que heredara sin tanta floritura la pureza del género que, en Gran
Bretaña, prefería morir de pie a someterse a las tendencias que emanaban de
USA.
La
sentida balada "Take A Turn" baja un poco las revoluciones, pero el
fuego sigue ahí, manteniendo la pasión desgarradora con que John Bush se sitúa
de inmediato entre las voces más destacadas del Metal de los '80 por méritos
propios, mientras la pareja Prichard/Sandoval realiza un desempeño de primer
nivel cuando se trata de generar atmósferas oscuras e intercalarlas con el
sonido épico con que Armored Saint impuso sus términos hasta los
albores de los '90. Por otro lado, "Seducer" consiste en un manual de
cómo reciclar los riffs de la -¿agonizante?- New Wave Of British Heavy Metal- y
transformarlos en música a prueba de balas, por supuesto llevando a cabo ese
ataque implacable del cual es imposible salir ileso. Lo mismo se aplica para
"Mutiny On The World", cuyo coro está prácticamente diseñado para ser
cantado con puño en alto, tal como debe ser el Heavy Metal.
"Glory
Hunter" puede que no sea tan descollante respecto al resto de la placa,
pero la influencia de Iron Maiden en su riff cabalgado se traduce
en un despliegue de calidad y poder inigualables, al mismo tiempo que permite
apreciar las virtudes 'bajísticas' de Joey Vera como partícipe de un sonido que
hasta hoy dicta cátedra cuando se trata de tocar Heavy Metal químicamente puro.
En tanto, "Stricken By Fate" marca una excepción debido a su vibra
más 'festiva', de lo más 'sui generis' dentro del catálogo de los
californianos, aunque no por ello debiera ser mirada en menos. Y ya en la recta
final, tenemos a Gonzo Sandoval jugando de 10 en "Envy" y el mismo Joey
Vera haciendo lo mismo en el cierre con
"False Alarm", donde el sentimiento Heavy Metal que Armored Saint destila en cada riff se vuelve tan contagioso como
estimulante.
Respecto
a la gira promocional de este disco, es necesario destacar tanto la camaradería
interna como la que cultivaron en la carretera con otras bandas, en especial
con sus coterráneos de Metallica.
Por entonces, James Hetfield se encuentra disconforme con su labor en las
voces, por lo que John Bush es consultado para ocupar ese rol. Pero el ahora
calvo cantante rechaza la oferta debido que la relación de amistad dentro de Armored Saint es mucho más fuerte, razón por la que Joey Vera, en 1986, se
rehúsa a aceptar el puesto que dejó el malogrado Cliff Burton quien falleciera
trágicamente un par de meses antes en Suecia durante la promoción del Master Of
Puppets, cuando el bus de Metallica
se volcó en una carretera en las afueras de Estocolmo.
Posteriormente,
Armored Saint editó una serie de trabajos fundamentales en toda colección
de Heavy Metal que se diga tal, destacando obras maestras como "Raising Fear" (1987) y
"Symbol Of Salvation" (1991),
este último el primero -el último hasta el regreso en 2000 con el excelente "Revelation"- después
de la muerte de Dave Prichard, a quien la leucemia se lo llevó repentinamente
un 28 de Febrero de 1990. De todas maneras, "March Of The Saint" se
mantiene, hasta hoy, como un obligatorio para todo "hijo de la
espada" declarado, marcando pautas durante más de tres décadas. La primera
batalla librada por Armored Saint, hasta hoy, genera ecos entre
quienes permanecen fieles al Espíritu del Acero.
Escrito por: Claudio Miranda
La legendaria banda de Heavy Metal Armored Saint, llega a nuestro país por primera vez el próximo viernes 8 de junio, para presentarse en el Club Subterráneo, ubicado en Orrego Luco 46, Providencia.
Para abrir este esperado concierto los encargados serán los nacionales de Robot The Mimbre, banda santiaguina con varios años en el circuito, y quienes se encuentran trabajando en su nuevo disco.
Armored Saint fue fundada a comienzos de los años 80s por el cantante John Bush, quien integró años más tarde la banda de thrash metal, Anthrax. Con más de 10 trabajos, la agrupación llega a Chile para presentar un set list con los grandes éxitos de la banda, pasando por sus discos más emblemáticos, como March Of The Saint o Delirious Nomad.
Las entradas se encuentra disponible a través del sistema Qwantic y sin cargo en The Knife y Rockmusic (Eurocentro), sus valores son:
$20.000 Preventa
$25.000 Día del show
Venta On line: http://bit.ly/2FNxQSF
0 Comentarios