La primera venida de Havok a nuestro país en 2015 no fue realmente uno de los mejores shows de thrash que se han visto en Chile. Una corta (más de lo esperado incluso) presentación mermó en cierta medida lo que fue la presentación de los norteaméricanos en ese entonces. Pero como para todo hay chances de remediar, anoche, bajo una incesante lluvia y un frío que caló hondo en los huesos de todos los santiaguinos, Havok se presentó en el Teatro Mundo Mágico ante un aceptable número de fanáticos, quienes disfrutaron del mejor thrash contemporáneo.
A eso de las 6:30 pm, los locales Sobernot dieron inicio a la extensa jornada de headbanging incesante. Los no más de 40 espectadores que en ese entonces se encontraban en el recinto, no tuvieron problema con el reducido espacio y la incomodidad que producen los asientos que parecieran sacados de la catedral para comenzar con los primeros moshpit de la tarde. Con temas como "Vermis", "Dead Space" y "Cold Bitch", Sobernot y su cobra Lucy lograron en no más de media hora hacer entrar en calor a los thrashers que ya se instalaban en la primera fila. Notable inicio de los chilenos quienes vienen promocionando con todo su álbum debut "Silent Conspiracy" (2018). disco que lanzaron incluso como premio a los bangers que llegaron temprano a apoyar a los créditos locales.
Pocos minutos más tarde era el turno de NSD (Nunca Seremos Dichosos) banda que ha arremetido con fuerza dentro de los carteles locales. Los muchachos quienes no deben superar los 20 años en promedio, traen consigo una propuesta innovadora de metal. Para ellos ya no basta con subir a un escenario o instalarse en un estudio y sólo componer canciones por simple amor a la música. Lo de NSD tiene sentido principalmente social, cosa de la que la mayoría de las bandas hoy carecen.
A la hora de subir al escenario la entrega de los muchachos es total. Notable puesta en escena del cuarteto que con sus cortes "Las Venas Abiertas", "Xenofobia" y "El Sol ya Nace Hoy" dejaron al público más que exaltado con su propuesta que como mencionábamos escapa de lo común; de los blast beats incesantes y las guitarras distorsionadas que muchas veces por mejor que suenen, carecen de toda alma y sentido. Bien por NSD!
Al igual que la enorme irruppción de NSD, los muchachos de Metal Command también se han ganado un espacio dentro de las webs especializadas. Luego de varias apariciones como teloneros de importantes bandas como Obituary y ahora Havok no sería sorpresa que la joven banda arremeta pronto como cabeza de cartel en alguna jornada importante de metal nacional.
Con su frontman siempre estoico frente al micrófono, quienes se roban la película son el bajista y la segunda guitarra, siempre bien acompañados de un correcto batero como lo es Josué Guerrero. Los muchachos además de sorprender por su calidad musical, no dejan de llamar la atención por su -aparente- corta edad. Perfectamente podrían quedarse en los festivales de colegio, en donde los tributos y los covers a bandas destacadas sobran y aburren. Ellos van mucho más allá y pese a su juventud, son hoy número fijo dentro de los espectáculos metaleros de la capital. Metal Command ya está en la carretera y por fortuna tiene para rato.
Abasalladores como ellos solos, Massive Power recibía la posta para entrar a escena. Con una notable pero carcacterística energía, las chascas se comenzaron a mover al más puro estilo del thrash puro y duro, sin matices, sin novedades, pero más demoledor que ningún otro. Perfecto para los 2°C que a esa hora congelaban la capital. Ad Hoc para quienes dentro del Teatro Mundo Mágico, estaban prendidos y eufóricos. Los más osados incluso desafiaron al clima (y a los resfríos) quitándose sus poleras, desatando los mosh pits más intensos que una banda local pudo generar.
Con más de media hora de presentación cortes como "Mass Crime Corporation" y el homónimo "Massive Power" dejaron al público en llamas. Sin importar ni el frío ni la lluvia, las Andes frías no dejaron de correr de manos entre los asistentes, quienes a esas alturas ya podían verse más que satisfechos por la notable entrega que los cuatro grupos nacionales brindaron. Tal como dijo el guitarrista de Massive Power: "THRASH METAL HECHO POR THRASHERS, CONCHESUMARE!"
El thrash metal vieja escuela se tomó el escenario con Massive Power y su sucesor Deathweiser, banda proveniente de Quito, Ecuador. Previo al plato principal, los ecuatorianos sorprendieron con un extenso y completo set centrado en su álbum "Prophecy (2016)" dando lo mejor de sí sobre el escenario y llevándose más que la aceptación de los fanáticos.
Temas como "Necropolis", "Murders and Lies", o "Thrash n' Roll", la agrupación continuó con la jornada del caos. El vocal y bajista de la banda, Rubén, desplegó toda su energía sobre las tablas y lógico, como todo ser que disfruta el thrash metal y gasta toda su energía disfrutando de él, necesitaba degustar una pilsen helada, por lo que algún buen samaritano del público le regaló parte de lo que quedaba de su lata. Notable despliegue también de los guitarras y el batero. En síntesis; una banda que funciona como complemento perfecto para una extensa jornada como la que se dio ayer en el Mundo Mágico.
Cerca de las once de la noche ya era turno de los gringos de Havok. Los norteamericanos saldaron de cierta forma la deuda que tenían con el público local tras la corta presentación brindada hace no más de tres años. Esta vez con poco más de una hora de show y más de diez temas en su setlist, los estadounidenses demolieron todo a su paso.
Aproximadamente cinco horas de metal en el cuerpo a esas alturas los asistentes no sentían ni el frío. Los torsos descubiertos y las chaquetas con parches comenzaron a girar al ritmo de los intentos moshpits desatados. Si el frío no era impedimento para darse y no consejos, los problemas técnicos que hubo en el sonido menos iban a impedir que los thrashers disfrutaran del show.
Canciones como "Hang Em High" o "Point of no Return" los liderados por David Sanchez desplegaron lo mejor de su repertorio. Mención especial para el bajista Nick Schendzielos, quien a diferencia del thrash puro y duro, logra evocar sonidos tal cual Steve Di Giorgio realiza tanto con Sadus, Death, Testament o toque donde toque. Sin mucha interacción con el público Havok ametralló corte tras corte. Brindándole choques de manos a todos quienes aguantaron (e ignoraron) el frío y la extensa jornada, los norteamericanos se retiraron conformes con lo brindado.
Escrito por: Bastian Gomez
Fotos por: Tay Martinez
Sobernot:
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