Hablar de Hip Hop es una fascinante historia que te lleva a los suburbios de New York, donde no llegaba el éxito del disco y donde todo era callejero, humilde, peligroso y nuevo.
Fue así como en los 70's comenzó este movimiento que desde los barrios subió hasta lo más alto y hoy es uno de los grandes estilos musicales que dominan la industria musical. Sin embargo, todos estos problemas presentes en la ciudad, no se quedarían sin respuesta cuando una banda como Cypress Hill apareció.
Fundados en 1986, lo de Cypress Hill no era del todo fácil, y es que el mundo del Hip Hop tenía sus problemas y rencillas, las cuales eran más difíciles de lidiar y si es que hay un grupo que, todavía, genera revuelo en Estados Unidos son los migrantes latinos.
Formados por músicos que tienen ascendencia latina, era difícil que el mundo del Hip Hop los aceptara, más aún sabiendo que en los suburbios de Harlem habían peleas entre pandillas de latinos y de gente negra.
No obstante, las limitantes no fueron suficientes. Si el Hip Hop había sorprendido en más de una oportunidad a la industria musical, nadie dijo que no se podía hacer de nuevo y Cypress Hill lo dejó en claro con su disco debut.
Los 90's comenzaron a marcar quiebres en este estilo donde nuevas caras comenzaban a aparecer en un mundo dominado por gente de color, fue así como nuevos artistas buscaban agregar nuevos elementos a la música como Public Enemy, Ice-T, Tupac (2Pac) o N.W.A. Toda esta nueva etapa que nacia en el Hip Hop abría la puerta a lo que parecía un buen momento para que los viejos rivales se revindicaran uniéndose a la "onda".
1991 es el año que da la cabida a "Cypress Hill" disco debut de la banda y que ofrecía un estilo clásico, muy de los pioneros Grandmaster Flash & The Furious Flash, donde con una base normal todo podía continuar, dando pequeños espacios a los "Breaks" y loops tan característicos de este estilo.
Sin embargo, Cypress Hill no se conformó con eso y también tomó elementos del funk y rock, cosa que se venía haciendo desde los orígenes ya sea usándolo de base o incluyéndolos en la música, pero con un mayor desarrollo en la línea melódica, siendo incluso anticipados a lo que sería el movimiento NuMetal. Todo eso con letras crudas y directas como lo hacían Cold Crush Brothers.
Pero lo que destaca a Cypress Hill fue que abrieron la puerta al mundo Latino al Hip Hop con canciones como "Latin Lingo" y sobre todo "How I Could Just Kill A Man", donde en la última buscan dejar en claro que vienen del mismo mundo, sólo que con otro idioma o ¿"No entendiste la onda"?.
Estos dos singles son directos y claros en su mensaje, con un rap preciso y que entre idiomas logra no sólo entrar en el estilo de New York, sino que trae el suyo al vecindario a punta de rima y con un mensaje que quiere mostrar que pese a las diferencias son iguales.
Cypress Hill logra dejar un precedente de lo que significa el Hip Hop hoy en día, casi como lo hizo en su momento "The Message" explcado que era vivir en los suburvios, pues ahora te cuentan como es ser Latino en Estados Unidos y adoptar el Hip Hop como un estilo de vida. Todo esto sumado al clima que se vivía en Los Angeles, donde la violencia, drogas y pandillas comenzaban a aparecer a mediados de los 80's trayendo los suburvios de New York a la ciudad de la fiesta eterna.
La idea era mostrar que más allá de las pandillas, ambos grupos, negros y latinos, eran tan marginales en Estados Unidos y sufrían de los mismos prejuicios y del mismo abuso policial. No se trata de una guerra de pandillas, sino de un acercamiento de que ambos, son parte de un mismo sistema que los reprime y los trata como el eslabón más bajo de la cadena.
Este álbum no sólo es un excelente disco debut, que trae el Hip Hop a una nueva era y una nueva onda, sino que también es un homenaje a este estilo y un mensaje de unión, porque Cypress Hill busca unir pese a diferencias rompiendo fronteras que antes existían, de igual forma como se hizo en los 70's con Afrika Bambaata con la música para acabar con la violencia en el vecindario. Y tú ahora ¿Entendiste la Onda?.
Por Felipe Pino Guerrero.
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