Es
sabido, a estas alturas, que Mike Patton debe ser, por lejos, uno de los tipos
más trabajólicos de la música de los últimos treinta años, al mismo tiempo que
su nivel creativo no para de sorprendernos, tanto a los fans como a los no
tanto. Si le echamos una hojeada a su currículum, y obviando su titánico éxito
al frente de los icónicos Faith No More,
el eclecticismo que ha sido su distintivo durante más de tres décadas de
carrera resulta escalofriante para cualquier mortal. Desde los brutales
espasmos de alienación vanguardista presentes en los tres LP firmados por Mr.
Bungle, hasta la orientación electrónica de Peeping Tom, pasando por
el Metal Extremo en Dead Cross, la experimentación con la
psicodelia en Lovage, y la -hasta
hoy- refrescante combinación de Metal y avant-garde con que Tomahawk y Fantômas pasaron a la historia como dos de los supergrupos que
marcaron tendencia en la música de los albores del presente milenio.
En un currículum basado en la versatilidad
artística llevada hasta rincones desconocidos para el rockero convencional, es necesario
resaltar el caso de "Mondo Cane",
trabajo editado en 2010 -tercero en su catálogo oficial como solista- y que da
nombre al que debe ser, con toda seguridad, el proyecto más íntimo y ambicioso
del originario de Eureka. Un álbum compuesto por covers de clásicos de la
música pop de Italia de los años '50 y '60, con una orquesta y una banda, ambas
oficiando de apoyo para la voz. Tal cual, a la usanza de aquellos años y
recreando aquella atmósfera vintage de una era dorada para la música popular en
el país de la bota durante los años de la post-guerra, con el romanticismo
presente en las radios luego de un período negro como lo fue el régimen
fascista de Benito Mussolini.
A pesar del excelente trabajo desarrollado en
el estudio, y cuyo éxito aún hace eco de manera transversal, es necesario
recalcar la casualidad de la que surgió esta idea. En ese tiempo, Mike Patton
residía en Bologna, ciudad a la que adoptó como su segundo hogar, y la
fascinación por el pop italiano derivó en enamoramiento, al punto de que su
deseo inicial por escuchar música contemporánea se disipó al no encontrar nada
que realmente le llamara la atención. La oferta para oportunidad de componer
música para una orquesta fue el detonante para comenzar en el ambicioso
proyecto.
Además
del romanticismo italiano de mediados del siglo pasado, la obra del maestro
Ennio Morricone fue determinante en el proceso. Mike Patton, admirador del
destacado director italiano, explicaba su admiración en la virtud que poseía
Morricone de transformar la música banal y convencional en algo profundo,
complejo y tenso, como podemos apreciar en el track "Deep Down",
compuesta por el maestro italiano para la película "Danger: Diabolik",
película de acción dirigida por el cineasta Mario Bava, este último un personaje
fundamental en la era dorada del cine de horror italiano. Unos años antes de la
"operación Mondo Cane", en 2005, Ipecac Recordings, el sello fundado
por el histórico frontman de Faith No
More y Mr. Bungle, publicó la compilación "Crime and Disssonance",
trabajo que recopilaba lo mejor de los trabajos orquestales de Morricone
concebidos para numerosos trabajos fílmicos de la década del '70.
Otro
punto a tomar en cuenta es el nombre del álbum -y el proyecto musical- en su esencia.
Mondo Cane ("Perro Mundo", en italiano), es el título de una película
estrenada en 1962 y realizada por los cineastas italianos Paolo Cavara, Franco
Prosperi y Gualtiero Jacopetti. Como una suerte de "semidocumental",
la película está conformada de viñetas turísticas que dan cuenta de cómo se
mueve el mundo de manera heterogénea, exponiendo las prácticas culturales que
se llevaban a cabo en distintas partes del mundo. Si bien fue un éxito rotundo
a nivel de taquilla, la controversia venía de la mano: el fuerte contenido
visual no solo caló hondo en la sensibilidad del mundo occidental, sino también
expuso sin eufemismos una dicotomía -negada hasta hoy por numerosas mentes cerradas- entre las
civilizaciones de Occidente y otra porción del Globo Terráqueo que permanecía
tan ignota para un gran grueso de la población como caricaturizada por la
industria hollywoodense. La contradicción entre civilización y salvajismo es
reforzada con una cuota de ironía, dejando el espacio para la libre
interpretación por parte del público y la crítica. Las acusaciones de racismo
hacia sus realizadores no se hicieron esperar, ignorando muchas veces el
verdadero propósito de la película: mostrar al hombre -el ser humano- como un
animal más, al mismo tiempo que la obra se ríe descaradamente -y con bastante
razón-, del etnocentrismo con que Occidente lucía superioridad respecto a otros
pueblos mirados como inferiores en todo sentido.
Culminando esta radiografía al homenaje del
entrañable Mike Patton al romanticismo de la Italia post-guerra, debemos
mencionar un par de nombres fundamentales tanto a nivel artístico como
estético: Domenico Modugno, Adriano Celentano y Marcello Mastroianni. Los dos
primeros fueron puntales del pop italiano de los años '50-60, en especial
Modugno, considerado por los medios y los fans como el máximo exponente del
género y a quién le debemos la total elegancia que lo hizo genio y figura,
dentro y fuera de la música. En el caso del mítico actor, la estampa de galán
que lo hizo inmortal en joyas del séptimo arte como "La Dolce Vita"
sirvió de inspiración al punto de que el mismo Patton decidió estudiarlo para
recrear una imagen similar ante un público heterogéneo en todo sentido,
sobretodo en lo etario. Niños, adolescentes, adultos, ancianos -"jóvenes
de ayer", para ser más justos-, no hay barrera social ni generacional que
impida apreciar el espectáculo sonoro y visual de un desquiciado que se viste
de gala para presentarnos las visiones de su "perro mundo".
Escrito por: Claudio Miranda
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