El martes 04 de septiembre era la cita para presenciar el debut en Chile de la banda de indie rock Nothing But Thieves, joven agrupación que ha cosechado gran éxito con sus dos discos de estudio uno homónimo lanzado en 2015 y el reciente "Broken Machines" de 2017, trabajos que los ha alzado como una de las bandas modernas más importantes de Inglaterra, alcanzando buenos puestos en la lista de los más vendidos, tal éxito los llevo a girar por el mundo y llegar a nuestro país.
Las puertas del recinto abrieron pasadas las 20 horas para dejar entrar a un montón de fanáticos, que vale decir eran más mujeres que hombres y en su mayoría adolescente, lo que nos hacía una buena imagen de lo que vendría más adelante.
Un poco después de las 20:30 horas salen a escena las locales de Frank's White Canvas, agrupación que últimamente no sabe de derrotas, luego de un gran paso por España y luego de haber celebrado 4 años de vida ante un lleno total en la Sala SCD el pasado viernes 31 de agosto. La banda tenía el desafío de enfrentarse a un público nuevo para ellas y ajeno de su séquito usual de seguidores. Con gran pulcritud y porque no decirlo, una fuerza única en cada nota tocada, salieron a hacer lo suyo repasando lo mejor de su repertorio con temas como "Wake Up" y "Secret Garden". La respuesta del público fue asombrosa, la mayoría acompaño con palmas en cada oportunidad y a ratos esta impresión hacía olvidar que FWC era una banda telonera, por los minutos que duro su presentación se robaron al público. A destacar el punto que Karin Aguilera (voz/guitarra) logro una buena comunicación con los asistentes, no extensa, pero precisa sin caer en el cliché de pueden buscarnos en tal y tal lado, dejo que la música fuera la mejor carta de presentación, al igual que Francisca Torés, cuya interpretación en la batería sorprendió a más de algunos, ya que desde sus baquetas hasta sus movimientos transmitían algo. Una buena presentación que dejo prendido al público a la espera del plato principal.
Cuando el reloj se acercaba a las 21:40 horas y con muchos inicios falsos por parte de música envasada, salen a escena los británicos de Nothing But Thieves ante el fervor juvenil que desborda en gritos en cuanto interpretan las primeras notas de la adrenalínica "I Was Just a Kid", tema que despertó las voces de la audiencia quienes corearon cada palabra, luego de esto llegaron las canciones "Ban All the Music" y "Wake Up Call", pese al fervor y energía hay que ser honestos e indicar que la voz del carismático Conor Mason estaba completamente perdida ante la saturación sonora de los otros instrumentos, afortunadamente dicha saturación fue desapareciendo conforme avanzaba el concierto. Aunque sin olvidar otros pequeños problemas técnicos que incluso obligaron a Conor a hacer tiempo señalando sus palabras favoritas en español, si, se trataba de insultos clásicos, de todas maneras eso no importo a la audiencia que gritaba ante cualquier cosa que salía de la boca del vocalista, inclusive le cantaron la clásica "mijito rico" a un Conor que poco y nada entendía, quizás pensó que le sacaban la madre. El concierto prosiguió con "I'm not made by Design" y "Live Like Animals", la onda alternativa se sentía en cada canción, desde pasajes con cierto tinte progresivo hasta cosas netamente llenas de sonidos electrónicos como la ya citada "Live Like Animals", por otro lado canciones como "If I Get High" reflejaban cierto dejo de Radiohead en la composición. Para finalizar la cerca de hora y media de presentación y como el encore rige repasaron los hits que más han pegado, "Itch" y "Amsterdam", con promesas de pronto regreso, gracias Santiago y otras formalidades de turno los británicos pusieron punto final a un debut que quizás no tuvo el mejor sonido, pero si una recepción cálida de una audiencia que bailaba, saltaba y sobre todo disfrutaba cada acorde puesto en la palestra.
Escrito por: Diego Pino
Fotos por: Karla Soto
Frank's White Canvas:
Nothing But Thieves
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