#LiveReview TÝR y Arkona: "Nórdicos y Eslavos Frente a Frente"



2014 y 2015 fueron los años en que TýR y Arkona visitaron por úlrima vez suelo local, por lo que luego de un buen rato sin pasar por latinoamérica, tanto los eslavos como los feroeses unieron fuerzas para avasallar todo, juntos en un mismo drakkar. 

Previo al show de Arkona un grupo de actores recrearon lo que fueron las batallas vikingas en la antigüedad. Después de darse un montón de espadazos (con espadas que parecían ser dignas de Hasbro) y de los incesantes gritos de muerte de los fans (que lógicamente no se iban a llevar a cabo), la presentación de Fimbultyr -como se hacen llamar estos guerreros- llegó a su fin. Buen atractivo para iniciar un show de estas características. Bien por la productora!



Hijos de Svarog: El Padre de Todos.

7:30 casi en punto y comenzaba el show de los rusos Arkona (o Аркона, para los más osados). con una potente intro con "Mantra" poco a poco comenzaba a agolparse el público, el que en ese momento no superaba más de la mitad de la capacidad del recinto. Maria Arkhipova saludaba al público diciendo "we are Arkona, from Russia" y continuaba el show con "Shtorm" y "Tzeluya Zhizn", cortes pertenecientes a su última placa, llamada "Khram" (2018).

Con un show que fue de menos a más en intensidad, los rusos dieron pie al inicio de los primeros moshpits de la tarde. Pese a que estos no fueron enormes en volumen, quienes estuvieron dentro de ese círculo se dieron y no consejos, tal como diría Hugo Savinovic, el conocido ex relator de la WWE. "Goi, Rode, Goi" fue uno de los puntos altos del show. El corte que posee a ratos claros tintes del death metal, fue la canción ideal para inicial el círculo. Y así fue. 



Arkona llevó el show a otro nivel llevándolo por atmósferas distintas en cada corte. "Zakliatie" fue muestra de ello. Luego de los intensos mosh el show volvía a los místicos ambientes a los que los rusos te transportan sin necesidad de consumir opio o ayahuasca. Ignoren eso. 

Ya en el último tercio de show de Arkhipova y los suyos, hicieron a los asistentes volver a la edad media. Esa en que según la serie de Michael Hirst, Vikings, un rey nórdico llamado Ragnar Lothbrok conquistó casi toda Europa, cuando los libros de historia ni siquiera avalan su existencia... en fin. Ese no es el punto. Lo importante aquí es que Arkona con su música rescata su identidad. Sus raíces. Igual que la mayoría de los músicos y grupos de exportación chilenos. Sí, claro...

Notable ejecución en la gaita por parte de Vladimir "Völk". Es destacable cada vez que una banda no utiliza un instrumento "tradicional" para hacer metal. Romper con los esquemas; es de eso que se trata el metal, y Arkona sí que lo sabe. 


"Zkvoz' Tuman Vkov" daba inicio al último trío de canciones motivando a los dueños del mosh a iniciar un baile al más puro estilo ruso. Para qué hablar de "Stenka Na Stenku", y el broche de oro con "Yarilo". Impecable ejecución en la voz por parte de Maria Arkhipova, quien con una combinación de una grave pero a la vez dulce voz, junto con el talento de sus músicos, convencieron a todos en poco más de una hora y veinte minutos de qué están hechos los eslavos.  

Hijos de Odín: El Gran Padre. 

9:30 en punto y se abrieron las puertas del infierno. "Gates of Hell" es el primer corte con el que los feroeses TÝR, salieron a devastar la Blondie, dando paso a los ya clásicos "Blood of Heroes"  y "Mare of My Night". Tres cortes precisos para mantener un show con dos bandas por una misma senda. 



A diferencia de quienes los precedieron, TÝR brindó un show que no cesó en ningún momento. El círculo a esas alturas no se detuvo jamás y quien no estaba dentro de él simplemente saltaba. Nadie quedó ajeno a la presentación de TÝR. Nadie podía, en realidad, dado que la calidad con la que ofrecieron su show no merecía tal desprecio. 

"Hall of Fredoom", desató nuevamente la ira de los moshpits alcanzando así uno de los puntos máximos en emoción al menos durante su show. Luego, al igual que con Arkona, nos transportamos a la edad media para oir los cortes "Regin Smiður" y "Gandkvæði Tróndar". A ratos se dejaron ver por la pista los muchachos de Fimbultyr, permitiendo a los fanáticos sentir la verdadera sensación de vivir en aquella época de duelos a muerte con cuchillos (?).

Continuando con la senda de los mosh, TÝR mantuvo su set cargado a temas pesados. "Sinklars Visa" y "Hail To The Hammer" se dejaron sentir fuerte por los amplificadores del recinto. Sonando de aceptable a bien, los feroeses ya con más de dos tercios de show ofrecido se habían hechado al público al bolsillo. "Turið Torkilsdóttir" y "Grímur á Miðalnesi" ofrecieron esa cuota especial que Arkona también trajo consigo: respetar las raíces y honrarlas por sobre todas las cosas. Por sobre todo lo impuesto. Por sobre todo lo que hoy "rige". 


Para finalizar el show de la mejor forma, qué mejor que darle con los temas hechos para el estadio. Esos que los asistentes corean hasta quedar sin voz. "By The Sword in my Hand" y "Hold The Heathen Hammer High" culminaron un show redondo. Poco más de una hora le bastó a los feroeses hijos del mismísimo Odín para avasallar con todo a su paso. En cuanto a los músicos, la calidad vocal de Heri Joensen fue más que impecable. Salvo en un principio el show no estuvo sonando como quizás debía, pero los errores fueron solucionados a tiempo. 



El choque de culturas del norte de Europa culminó a eso de las 22:45 horas. Eslavos y Nórdicos, ambos con sus dioses paganos, se encargaron de enseñar a un pequeño grupo de fanáticos sobre cómo dos culturas, con dos creencias y deidades diferentes, pueden convivir en perfecta armonía y tolerancia, demostrando así, que pese a las diferencias, se pueden tolerar cosas en las que no necesariamente tenemos que creer. 




Por: Bastián Gómez
Fotos: Felipe Pino







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