¿En qué se parecen el fútbol y el Rock progresivo? Una pregunta extraña para quienes se mantienen ajenos al 'deporte rey' como singular para quienes no están muy familiarizados con las variantes sinfónicas con que el género amplió su espectro. Y si bien los tiempos están cambiando, la respuesta más lógica tendría relación con el público de ambos: masculino en su mayoría y mirado con reticencia desde el punto de vista femenino.
Que a Steve Harris le apasione ambas cosas no lo hace un sujeto machista, pero su figura lo vuelve prácticamente un punto en común para los escépticos que creen que la música y el deporte son caminos absolutamente distintos uno de otro. La realidad es que durante su adolescencia, el futuro bajista y líder de Iron Maiden fue un caso excepcional.
A los 15 años, y ya iniciándose en la música como un bajista exquisito y bien dotado, decide probarse en las inferiores del equipo de su vida, el West Ham United. Condiciones tiene y de sobra: sus habilidades en el fútbol lo erigen como futura promesa de Inglaterra y el club aprueba su ingreso. Al mismo tiempo, los vinilos de The Who, Genesis, Jethro Tull y Wishbone Ash giran constantemente en su tornamesa, dejando espacio para la sensación que provocaba Deep Purple como estandartes del Rock duro a comienzos de los '70.
Precisamente, el Rock y lo que representaba entonces como estilo de vida, hacen dudar al joven Steve sobre su vocación deportiva. Los 'Hammers' lo reciben a puertas abiertas, pero el estricto régimen disciplinario bajo el cual se maneja una institución deportiva, deja pensando a Harris respecto a dónde se desenvolvería mejor. Finalmente, la promisoria carrera deportiva queda solo en algo que pudo ser y el camino de la música comienza a pavimentarse.
Quienes somos futboleros y amantes del Rock de toda una vida, recordamos aún aquellos días en que Chile volvía a un Mundial a fines de los '90, luego de 16 años de ausencia y con sus principales figuras -Zamorano y Salas, dupla icónica de aquella época- y la sorpresa que significó, luego de la recordada cita planetaria en Francia '98 -la temporada del entrañable "Virtual XI" y las camisetas futboleras de la banda-, la llegada del zaguero nacional Javier Margas al mismísimo West Ham United. Sería en la visita de 2001 -la primera con los retornados Dickinson y Adrian Smith- cuando Harris se refirió escuetamente al propio Margas en la conferencia de prensa previa al concierto de ese año: "Es un buen futbolista. No ha jugado mucho, pero espero que siga aportando". Ese mismo año, Margas parte del club sin avisarle a la dirigencia y, luego de un discreto periplo en la Premier League, oficializa su retiro de la actividad a los 32 años.
En el plano musical, la inclinación por el Rock progresivo fue determinante al momento de procrear la identidad artística de Iron Maiden desde sus inicios. Su predilección por Genesis se tradujo a nivel de influencia, como se puede denotar en la complejidad con que la Doncella remarcaba su propio sello respecto a sus colegas de generación en los albores de los '80. Su favoritismo por la suprema "Supper's Ready" y el impacto generado por la presencia escénica/conceptual del multifacético Peter Gabriel resultaron determinantes al momento de darle a Maiden un distintivo como acto en vivo y complexión musical, dándole cara a la pirotecnia de Kiss y la vibra puñetera de AC/DC.
Si acaso debemos referirnos al ADN sonoro y artístico de Iron Maiden, Genesis no fue el único referente. Las guitarras gemelas de Wishbone Ash y el misticismo de Jethro Tull se volvieron elementos característicos de una identidad que se forjó en poco menos de una década. Y en el caso de la banda liderada por el legendario Ian Anderson, el fanatismo que Harris compartía con el propio Dickinson derivó en una singular versión de "Cross-Eyed Mary" -la cara B del single "The Trooper" (1983)-, dejando en claro la verdadera naturaleza de una agrupación que aspiró y logró mucho más que sus contemporáneos.
Además de la composición, imposible no reparar en su reconocido despliegue como bajista y el galope incesante de su Fender, marca registrada que no requiere presentación a estas alturas. Tanto a nivel de sonido como técnica, influencias de la talla de Geddy Lee, John Entwistle, Chris Squire, Pete Way y John Paul Jones podemos encontrar y resaltar al momento de entender la integridad artística de un músico que se rehusó desde un comienzo a entregarse a la simpleza del punk, cuando el naciente Heavy Metal parecía resignarse a los pequeños clubes y los fenómenos mediáticos como Sex Pistols se tomaban por asalto los medios de comunicación y los rankings de popularidad.
Hoy, si bien la 9na visita de Iron Maiden -15 de octubre del próximo año- ya es un hecho, nos preparamos para calentar motores ante la inminente venida del "jefe" con su proyecto "solista" British Lion. Será raro verlo con otra agrupación y sin sus longevos -y afamados- compañeros de carretera, pero será un lindo anticipo para quienes sabemos que las coincidencias no existen. El león británico ruge más fuerte que nunca, como el rey de una selva donde la pasión de multitudes y el gusto musical adquirido van de la mano.
Recuerda que Steve Harris se presentará con British Lion el domingo 18 de noviembre en el Teatro Caupolicán. Puedes encontrar los tickets acá.
Escrito por: Claudio Miranda
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