Expectación. Esa es la palabra correcta para definir todos los momentos previos al debut de los ucranianos Jinjer en tierra local. Y era que no; si a los pocos días de su anuncio, el recinto en donde se presentarían tuvo que ser cambiado por uno que albergara una mayor cantidad de gente. Así se cambió desde el Rock & Guitarras hasta la Blondie, que, según palabras de quien les escribe, se hizo hasta pequeña para tal presentación. Como punto a destacar: ANOCHE LAS MUJERES DEL ROCK DOMINARON SANTIAGO. L7 junto a Franks White Canvas en el Club Chocolate, y Jinjer junto a Lyriahn con Tatiana Shmaylyuk y Sandra Mayfair respectivamente. Todo ello en un ambiente en donde los machos lloraron en RRSS porque les quitaron la veddetón.
19:50hrs. Antes de que la primera banda saliera a escena, ya el ambiente era de fervor. Hasta incluso extraño. Rara vez una banda local se presenta ante un buen marco de público (llamemos bueno a más de la mitad del recinto). Así fue con Lyriahn, banda que escogió el día de ayer para lanzar su disco debut llamado "Sometamos somatemoS" (2018) (como dato freak pal que no cachó, voltee la palabra sometamos, y verá el porqué del nombre de la placa). Con una impecable ejecución desde el inicio, los comandados por la potentísima Sandra Mayfair partieron con todo, interpretando "We used to Care" y "Liquid Presentiment".
Prema Sagar y Jaime García en las guitarras hicieron de las suyas sobre el escenario, mostrando una propuesta totalmente innovadora (al menos en el terreno local) en cuanto al metal de vanguardia con el carácter -y talento- necesario que requiere el género. Con "Mind Circuitry", "Tempus" y "The Big Martyr" como parte del set, quedó demostrado de qué está hecho Lyriahn: una perfecta mezcla de -necesaria- rabia, potencia y una pulcritud acorde a los tiempos en donde los ácidos críticos y músicos se jactan de poder hacer todo mejor. Lyriahn es eso y más.
Ya para el cierre de su presentación con "Dogma's Infection", "Tha Way of Waves" y "Superstition", terminaron de cautivar a la audiencia de Jinjer. Quienes llegaron temprano sólo a ver el show de los ucranianos y sin mucha expectativa de la banda local (como tristemente suele pasar) se llevaron una más que grata sorpresa. No. NOS LLEVAMOS una grata sorpresa. Lyriahn fue un verdadero acierto como show de apertura para Jinjer. Los chilenos supieron cómo llevar el Avant Garde a un nivel cada vez más alto y decir una vez más que en Chile puta que hay bandas buenas que (no sé por qué cresta) no valoramos.
Vale la pena detenerse un párrafo antes del inicio del show de Jinjer. Quien les escribe ha sido testigo de decenas de shows en la Blondie. Entre ellos destacan: Airbourne, The Black Dahlia Murder, Destruction, Ensiferum, entre otros. Jamás. Jamás el recinto estuvo tan lleno. Claudio Palma diría "no entra un alma más". Y no. Realmente no había espacio para moverse; las escaleras, el pasillo, los costados y el centro del lugar estaban atestados de gente. Se notó el SOLD OUT.
Poco pasadas las 21:00 la Blondie se vino abajo. No importó el calor ni el poco espacio. Con una dulce (aunque ud no lo crea) voz Tatiana Shmaylyuk saludó al público e hizo saltar a todos de entrada con "Captain Clock", "Words of Wisdom" y "Ape". Era que no: una combinación de las mejores versiones de Lamb Of God, traída a la época y remozada con una impecable voz femenina, más los guturales de la misma, hacen de Jinjer una banda que realmente destruye todo a su paso.
Vlad Ulasevic en los tarros no necesitó de una horda de platillos para desbordar perfección, sino que con una bataca bien sencilla, apabulló los oídos de todos dejando a más de alguno (me incluyo) con leves dolores cervicales. Con unos cálidos "Olé, Olé, Jinjeer Jinjeer" Tatiana recibió cariñosamente las banderas que los fans le entregaban. Seguido de ello "Teacher, Teacher!" fue interpretada con la calidad necesaria de una canción como esa. Matemática pura de la que cualquier banda djent podría jactarse.
Si la voz y potencia de Tatiana son un punto totalmente favorable a la banda, la calidad de los músicos no puede pasarse por alto. Eugene Abdiukhanov es una real bestia con los bajos. Así también Roman Ibramkhalilov con la guitarra. ‘I Speak Astronomy’ y ‘Just Another’ fueron parte de una extensa demostración de calidad musical. Así también "Perennial" o la aclamada "Pisces", uno de los puntos más altos del show (por no decir el más alto) en donde la voz de los fans se dejó sentir con fuerza en todo el recinto, dejando perplejos incluso a los músicos, quienes se miraban entre ellos mostrando gestos de aceptación y sorpresa.
La cosa no paró ahí. Cerca de una hora de show y un calor insoportable en la discoteque capitalina, no fueron motivo para frenar los insesantes gritos en "Who's Gonna be the One". Se suponía que ese sería el último corte. Pero no. Tatiana y los suyos regresaron al escenario luego del breve encore para intepretar "I Want it I'll Get It". El show pudo durar perfectamente una hora más y los asistentes poco hubieran querido que terminara. Al cierre del show la respectiva selfie con la banda y las típicas muestras de afecto que parecieran ser de cortesía. No fue así esta vez, y es que la misma banda se encargó de decir a través de sus redes que este fue uno de los mejores conciertos que han ofrecido en su vida. Se notó la sincronía y la conexión establecida desde el inicio. Pocas bandas pueden darse el lujo de debutar en la tierra de los "tiempos mejores" y mandarse un rotundo SOLD OUT. Un verdadero lujo también para nosotros poder contar de forma tan íntima con una banda que lidera el género y se encuentra en el mejor momento de su carrera. VUELVAN PRONTO. No se puede decir más.
Escrito por: Bastián Gómez
Fotos por: Diego Pino
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