Debo confesar, en primera instancia, que a Dead Kennedys los descubrí "viejo" -al menos así lo veo en retrospectiva. Llegando a Santiago hace casi dos décadas como todo joven provinciano, ad portas de los 16 años y gracias a un compañero de colegio que me prestó un compilado de canciones incluidas en una cinta marca TDK. Esa cinta, entre otros bombazos, incluía una Declaración de Principios por naturaleza, la frenética "Nazi Punks Fuck Off" -la reconocida versión de Napalm Death, puerta de entrada para quienes recién se están iniciando en el género-, a mil por hora y enrostrándote unas cuantas verdades sin anestesia, al igual que "California Über Alles", "Police Truck", "Halloween", entre otras. La voz burlesca de Jello Biafra, empero, ya me parecía conocida: la misma que encarnaba al corrupto presidente de USA "Pito Wilson" en el discurso con que abre el entrañable "Raza Odiada" de Brujería.
De aquel primer encuentro y carretes varios, Dead Kennedys permanece hasta hoy inamovible de mi playlist y mis discos de cabecera. El hacerte del supremo "Plastic Surgery Disasters" (1982) -inolvidable cassette, al igual que "Frankenchrist" (1985)- es el equivalente a salir de tu burbuja para darte cuenta de la triste realidad de tu entorno... o, también, corroborar los miedos con los que conviviste desde tus tiernos años. Por otro lado, desde el plano musical, el vendaval maníaco que retumbó de entrada por los parlantes de mi equipo IRT daba cuenta de una propuesta que se regía bajo sus propias reglas, al mismo tiempo que el ideal anárquico propagado por estos señores ya se podía notar con claridad en nombres la talla de Slayer, Sepultura, Faith No More, L7, Helmet, Melvins. los mismos Napalm Death y un interminable etcétera.
Retrocediendo hasta fines de los '70, y con el estallido punk de hace un par de años dando sus últimos coletazos, nos encontramos con una banda objeto de censura desde el nombre. Los sectores conservadores se horrorizaron cuando supieron que existía una banda de Rock cuyo nombre, aseguraban, incitaba al odio -eso también se ha visto acá...después de 40 años- y "celebraba" el asesinato del presidente John F. Kennedy, ocurrido el 22 noviembre de 1963. El mismo Jello Biafra desmintió, hace unos años, aquel mito respecto a la supuesta ofensa contra la familia del malogrado gobernante y aseguró que en realidad se trata de una estrategia para "llamar la atención respecto al final del "Sueño Americano"".
Al momento del debut en grande con "Fresh Fruit For Rotten Vegetables" (1980), el presidente de USA era Jimmy Carter y el gobernador de California, Jerry Brown. Las políticas represivas de este último serían la inspiración del himno "California Über Alles", la cual se refiere a Brown como un paranoico que pretendía establecer un Orden Totalitario en el mencionado estado y controlar la paz ciudadana mediante una policía secreta al estilo del clásico literario de George Orwell, "1984". Por supuesto, las comparaciones con la Alemania Nazi también estaban presentes y Dead Kennedys se ganó la mirada inquisidora de ciertos sectores que veían en los de San Francisco un peligro para la juventud y los valores morales de la sociedad estadounidense. Poco después, la llegada al poder de Ronald Reagan y sus políticas exteriores que derivarían en la Guerra Fría, marcarían el surgimiento de diversas corrientes contraculturales y Dead Kennedys no se mantendría ajeno a aquello. De hecho, "California Über Alles" tendría su secuela en "We've Got a a Bigger Problem Now", esta vez dirigida al mandatario que, un par de años más tarde, apelaba al sentimiento patriota con su famoso discurso sobre la URSS, el "Imperio del Mal" (1985).
Si bien Dead Kennedys resaltó por estar en el ojo del huracán gracias a sus letras satíricas y los palos que le tiraba con frecuencia al status quo, la mencionada "Nazi Punks Fuck Off" nació de la controversia en la que se vieron lamentablemente involucrados, cuando grupos neo-fascistas tomaron al pie de la letra el contenido racial de sus letras y comenzaron a asistir a sus conciertos. De esta forma, "Nazi Punks..." dejó clara su posición política frente a quienes solían relacionar a la banda con tendencias de ultraderecha.
Respecto a la formación de la banda -al menos a la más clásica-, las miradas siempre se dirigen hacia Jello Biafra, su ideólogo principal. Un frontman cuya puesta en escena encarnaba esa mezcla de locura y discurso intelectual con que el Hardcore-Punk se convirtió en algo más potente que una simple etiqueta; confrontacional y sin pelos en la lengua, cualidades que mantiene hasta hoy en su calidad de activista. La guitarra de East Bay Ray, una muestra de versatilidad sonora y crudeza en todo sentido, tan inclasificable como llena de puñete y veneno. En tanto, la solidez infecciosa del bajo de Klaus Flouride y la sutileza de D.H. Peligro en la batería, conforman una dupla rítmica que, pese a su naturaleza punk, siempre se atrevió a sobrepasar los límites de lo permitido. En pocas palabras, Dead Kennedys jamás fue un producto, sino el generador de un estilo en todas sus líneas.
No me voy a referir a los problemas posteriores entre Biafra y sus ex compañeros tras la disolución, porque sería como hacerle un favor al morbo. De hecho, hace rato que asumimos que el entrañable frontman está 'en otra' con sus recientes proyectos musicales. Por otro lado, la polémica que ocasionó la portada original de "Frankenchrist" (1985) y su contenido ácidamente sexual -diseñada por e maestro H.R. Giger-, remeció los cimientos en la interna de una agrupación que se la jugó por la libertad de expresión y terminó objeto de una implacable persecución por parte de los organismos censores de una nación que nunca ha aceptado que el Sueño Americano nació muerto.
Por supuesto, Dead Kennedys las emprendió contra todos los estamentos sociales de USA, incluyendo a los estudiantes universitarios que provenían de familias con alta posición social y económica. Los mismos "niños" que encarnaban el estereotipo de la juventud formada de acuerdo a la moral cristiana y civil, mientras disfrutaban sus vacaciones paradisíacas en aquellos países sometidos bajo cruentas dictaduras. De ahí el sentido de "Holiday In Cambodia", un recordatorio a la clase política respecto a la hipocresía con que suelen hablar de valores cuando en la práctica ocurre todo lo contrario.
Podríamos dedicarle párrafos enteros a otros fundamentales en el repertorio de los de San Francisco. Entre ellos, al recado con que "MTV- Get Off The Air" le manda cariñosos saludos a la prestigiosa cadena norteamericana en su apogeo, mientras sus estrellas promocionaban los burdos estereotipos del estrellato "a la americana". Por ahora, que la música hable y sean los mismos sectores conservadores los que se rasguen vestiduras con el legado universal de una agrupación que no le tuvo miedo a nada ni a nadie cuando hubo que enfrentar al orden establecido. De eso se trata: incomodar con la verdad a quienes buscan convencernos de que "todo está bien".
Si bien Dead Kennedys resaltó por estar en el ojo del huracán gracias a sus letras satíricas y los palos que le tiraba con frecuencia al status quo, la mencionada "Nazi Punks Fuck Off" nació de la controversia en la que se vieron lamentablemente involucrados, cuando grupos neo-fascistas tomaron al pie de la letra el contenido racial de sus letras y comenzaron a asistir a sus conciertos. De esta forma, "Nazi Punks..." dejó clara su posición política frente a quienes solían relacionar a la banda con tendencias de ultraderecha.
Respecto a la formación de la banda -al menos a la más clásica-, las miradas siempre se dirigen hacia Jello Biafra, su ideólogo principal. Un frontman cuya puesta en escena encarnaba esa mezcla de locura y discurso intelectual con que el Hardcore-Punk se convirtió en algo más potente que una simple etiqueta; confrontacional y sin pelos en la lengua, cualidades que mantiene hasta hoy en su calidad de activista. La guitarra de East Bay Ray, una muestra de versatilidad sonora y crudeza en todo sentido, tan inclasificable como llena de puñete y veneno. En tanto, la solidez infecciosa del bajo de Klaus Flouride y la sutileza de D.H. Peligro en la batería, conforman una dupla rítmica que, pese a su naturaleza punk, siempre se atrevió a sobrepasar los límites de lo permitido. En pocas palabras, Dead Kennedys jamás fue un producto, sino el generador de un estilo en todas sus líneas.
Por supuesto, Dead Kennedys las emprendió contra todos los estamentos sociales de USA, incluyendo a los estudiantes universitarios que provenían de familias con alta posición social y económica. Los mismos "niños" que encarnaban el estereotipo de la juventud formada de acuerdo a la moral cristiana y civil, mientras disfrutaban sus vacaciones paradisíacas en aquellos países sometidos bajo cruentas dictaduras. De ahí el sentido de "Holiday In Cambodia", un recordatorio a la clase política respecto a la hipocresía con que suelen hablar de valores cuando en la práctica ocurre todo lo contrario.
Podríamos dedicarle párrafos enteros a otros fundamentales en el repertorio de los de San Francisco. Entre ellos, al recado con que "MTV- Get Off The Air" le manda cariñosos saludos a la prestigiosa cadena norteamericana en su apogeo, mientras sus estrellas promocionaban los burdos estereotipos del estrellato "a la americana". Por ahora, que la música hable y sean los mismos sectores conservadores los que se rasguen vestiduras con el legado universal de una agrupación que no le tuvo miedo a nada ni a nadie cuando hubo que enfrentar al orden establecido. De eso se trata: incomodar con la verdad a quienes buscan convencernos de que "todo está bien".
Recuerda que Dead Kennedys se presenta este martes 21 de Mayo en el Teatro Cariola de la capital. Puedes adquirir tus tickets acá!
Escrito por: Claudio Miranda
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