A fines de los '80, el mundo se enteraba de la existencia de una banda originaria de Brasil que, por entonces empezaba a atraer las miradas de otras latitudes. Sudamérica, por entonces un territorio virgen en cuanto a Metal y otros sonidos similares, ya empezaba a abrirse como una plaza para las potencias del norte, con Queen, Van Halen y Kiss inaugurando la década en cuestión con una serie de visitas históricas. Poco después, la primera edición del festival Rock In Rio (1985) se transformaba en un hito total. No sólo por los nombres que estuvieron presentes, sino también por la inspiración que significó para muchos niños y adolescentes que vieron en la música una vía de escape, tomando en cuenta que gran parte del continente se hallaba sometida bajo regímenes dictatoriales o venía saliendo de aquello.
Max e Igor Cavalera, dos fans acérrimos de Motörhead y Slayer, se inspiraron en la experiencia del recordado festival para formar su propia banda y, en menos de un lustro, luego de un arduo trabajo, finalizaban la década del '80 como revelación a nivel mundial. Eso era Sepultura en 1989, con "Beneath The Remains" llamando la atención de los gigantes del Hemisferio Norte gracias a su propuesta arraigada en el Thrash de la época, pero mirando para adelante y haciendo uso de sus propias armas. Por ende, la década siguiente, ante la inminente explosión del grunge y con el Death Metal anotándose como la sucesión natural del propio Thrash Metal, tenía que ser la de los de Belo Horizonte y las armas estaban al alcance de la mano.
La experiencia con el productor Scott Burns en el soberbio "Beneath The Remains" fue productiva en todo sentido. Hubo una evolución notable respecto a los dos anteriores "Morbid Visions" (1986) y "Schizophrenia" (1987), dos placas de culto que destacan por una crudeza sonora a la altura del salvajismo adolescente con que los brasileños exponían sus ganas de destruirlo todo, aunque la mano del ingeniero de Florida fue determinante para canalizar toda esa rabia que pedía a gritos ser plasmada en la música. Por lo tanto, la misión en "Arise" era alcanzar el siguiente nivel, el que terminaría dándole a Sepultura un sitial de honor como referente atemporal.
Grabado en los estudios Morrisound de Tampa, Florida, "Arise" nos presenta a lo que podríamos denominar "la versión definitiva" de Sepultura. Rapidez, peso, generación de atmósferas cercanas a un cataclismo nuclear, riffs más trabajados e igual de contundentes respecto a los trabajos anteriores. El Death Metal y el Thrash convergen en una mezcla altamente inflamable, a lo que se suma la influencia de la música industrial. A nivel creativo y conceptual, denota las intenciones de una banda que apunta hacia algo más grande. No solo tu entono local está podrido; es cuestión de ver los noticieros para darte cuenta de que hay un problema sociocultural a nivel global. La Guerra del Golfo, la caída del Muro de Berlín, la desaparición de la URSS... La música no puede permanecer ajena a lo que ocurre alrededor y "Arise" señalaría el camino a tomar respecto a la función del Metal, dejando de lado toda etiqueta externa a su integridad artística.
Desde radiactivo inicio con la clásica "Arise", nos encontramos con un equipo que juega a atacar desde el primer minuto. "Under a pale grey sky, we shal arise!!", proclama Max Cavalera con autoridad e ira en ese coro hecho para permanecer en la memoria a la primera escucha. Muy al estilo de un "Battery" o un "Angel Of Death", arrasando de entrada con todo lo que se encuentre a su paso. La batería de Igor, acompañado por el bajo de Paulo Jr, implacable en la base rítmica, a la vez que la guitarra rítmica de Max entabla una excelente sociedad con un pletórico Andreas Kisser, cuyo desempeño en los solos resulta matador, aunque siempre en favor de la música.
Los sonidos industriales con que amanece Dead Embryonic Cells conforman un anticipo de lo que será la década del '90 para los brasileños y el Metal en general. Un corte más elaborado, con los riffs erigiéndose como elemento esencial y un concepto basado en el horror de la negligencia humana. A la vez, la influencia de Ministry, Godflesh, The Young Gods y Nine Inch Nails se impregna en el ADN de estos cuatro músicos ávidos de nuevos sonidos ligados a la música extrema, de igual forma que la más arrastrada "Desperate Cry", esta última con el Thrash Metal en pie y dando uno de sus últimos coletazos como revolución, previo a la evolución con que el siguiente "Chaos AD" levantaría a Sepultura como institución de clase mundial.
"Murder" y "Substraction" mantienen activa la metralla letal del álbum, con Igor Cavalera despachándose un trabajo de antología en los tarros. Pero es con "Altered State" que la ambición creativa de Sepultura adquiere ribetes de superioridad absoluta. Esto no significa que "Arise" sea un disco de transición -tomando en cuenta la personalidad reflejada en el futuro con "Chaos AD" (1993) y "Roots" (1996)- sino que miran al futuro en tiempo presente. Son ejemplos como éste los que distinguen la etiqueta de la buena música. Y lo que consigue Sepultura en "Arise" es establecer sus propias reglas, sin necesidad de depender de doctrinas ajenas a sus principios. Pregúntenles a Sick Of It All, Helmet, Ministry y Napalm Death, bandas que giraron con los brasileños en la gira promocional del album en cuestión -"Under Siege", registrado en Barcelona ese mismo '91, un deber!-, y de las cuales comprendieron el mensaje respecto a la identidad por sobre la clasificación de los críticos.
La recta final con "Under Siege", "Meangless Movements" e "Infected Voice", conforma un epílogo categórico para la etapa Death-Thrash de Sepultura, sin decaer por un instante el nivel con que la música vomita desde lo más profundo de su estómago la furia de toda una generación. Al mismo tiempo, la mezcla de Andy Wallace fue un aporte significativo para concebir un producto de joyería, con cada instrumento presente en toda su forma y los cuatro muchachos de Belo Horizonte dictando cátedra de maestría musical e innovación artística, sin sacrificar un ápice de su esencia agresiva. Una revolución totalmente aparte a la que se tomó por asalto el mundo y comenzó a destruirlo durante la década anterior.
"Arise", en su totalidad, marca la epítome de un género que, hasta entonces, se resistía a mirar hacia otros puntos sonoros y comenzaba a pavimentar otras rutas hacia el mismo lugar de encuentro. El trabajo con que Sepultura se atrevió a darle cara a las potencias mundiales, frente a frente y sin pelos en la lengua, asegurándose un puesto de élite en la división de honor para barrer con todo, literalmente hablando. Mención especial para la portada diseñada por Michael Whelan, una bestia cuya forma horrenda y poder devastador "apenas" dan una idea" respecto al contenido de uno de los discos fundamentales del Metal de todos los tiempos.
Recuerda que Cavalera Conspiracy regresa a nuestro país este 9 de Junio, para repasar los clásicos de la etapa dorada de Sepultura. Puedes adquirir tus tickets acá!
Escrito por: Claudio Miranda
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