#DeCulto - "Elvis está muerto": La contracultura según Living Colour


Se entiende por contracultura todo movimiento social y cultural que se oponea los valores culturales e ideológicos establecidos en la sociedad. Desde la Generación Beat de la década del '50, pasando por el hippismo de los '60 y el punk en los '70, se puede entender como una rebelión contra lo predominante o, coloquialmente hablando, "la cultura de la contra". Quienes integran este tipo de movimientos se definen como marginados por una sociedad que sólo acepta sin cuestionar y prioriza la apariencia por sobre la honestidad. Un contexto no muy favorable para quienes piensan distinto y se atreven a cuestionar lo que consideramos 'sagrado'.

Si bien el Rock se manifestó desde sus inicios como una suerte de contracultura hasta cierto punto, sería a fines de los '80 cuando una prometedora agrupación neoyorkina plasmaría el concepto de ésta en base a inteligencia e innovación musical, sin dejar de lado su sentimiento rockero. Y es que hablar de Living Colour va mucho más allá de una etiqueta determinada o de un par de "hits" con que se hicieron un nombre en el mapa; "Vivid" (1988) y "Time's Up" (1990), sus primeros dos trabajos -ambos clásicos obligatorios hasta hoy-, reúnen lo mejor de una propuesta que combina experticia técnica con contenido real. Un discurso contestatario y crudo, canalizado a través de melodías irresistibles, riffs de alto octanaje y un groove electrizante.

 Hablar del distintivo sonoro con que el cuarteto irrumpió promediando la década del '80, puede ser tan redundante como necesario desde cierto punto de vista. La influencia global de AC/DC y Van Halen fue determinante en el camino a tomar por el cantante el guitarrista Vernon Reid, un guitarrista cuyo eclecticismo le permitía compaginar el Hard Rock y el Heavy Metal de la época, con la vibra exquisita del Jazz de vanguardia, el puñete del punk y la sensualidad del funk. De paso, sus solos de marca "van-haliana" destacaban por su irrefrenable temperamento anárquico, pavimentando una ruta que sólo unos pocos se atreverían a tomar.



 Con la llegada del cantante Corey Glover, el bajista Muzz Skillings y el baterista Will Calhoun, Living Colour ya era una realidad y el debut con "Vivid" reafirmó de entrada los principios de una agrupación compuesta por cuatro músicos negros que vieron en el Rock una herramienta de expresión ilimitada, pero siempre acorde al entorno real. Una mezcla de crítica ácida y musicalidad probada, cuya variedad de matices sonoros arropa una orientación revolucionaria con rasgos derivados del Hardcore-Punk. 

  Para entender la personalidad con que Living Colour grabó a fuego un legado vigente en estos tiempos, seleccionamos cinco himnos fundamentales en su repertorio:

1.- "Cult Of Personality": El single que catapultó a Living Colour al inmediato estrellato y también el que abre el fundamental "Vivid" (1988). Detrás de su festivo y potente sonido, nos encontramos ante el retrato de una sociedad empapada por el 'culto a la personalidad'. La concepción idealista de la historia y la adoración religiosa a la voluntad y deseos de los grandes hombres, superando la línea del fetichismo. Las menciones a los binomios Mussolini-Kennedy y Stalin-Gandhi en la letra no son producto del azar -el recordado videoclip, habla por sí solo- como tampoco lo es su rol de track inaugural de la mencionada Opera Prima. Un clásico que se mantiene fresco en estos tiempos de confusión, donde el pensamiento crítico debe lidiar con el termocefalismo de una mayoría que obedece e idealiza con ceguera.




 2.- "Glamour Boys": Una ácida y contundente denuncia social respecto al estereotipo impuesto por la marca Mattel a través de su línea de muñecas Barbie. Una descripción sin rodeos de una sociedad en la que para ser alguien en la vida, debes lucir, moverte y sonreír como Barbie y Ken, desenvolverte en tu propia burbuja de felicidad en plan "todo está bien". En vivo, uno de los momentos más festivos durante cada presentación, suficiente como para congregar a una inmensa minoría que sabe perfectamente cuánto pesa una cara bonita sin nada importante que decir. 'El humor es pura inteligencia', dicen por ahí, y es cuestión de tasar tanto el videoclip como la letra como para encontrarnos con un monumento a la irreverencia, sin caer en el cliché. 



3.- "Open Letter (To a Landlord)": Un sentido homenaje a los viejos barrios, los vecindarios cuyos antiguos edificios son demolidos "en favor del progreso". Una alusión directa a la pérdida del patrimonio en favor de la "modernidad", pero con los recuerdos de la infancia intactos para quienes saben que esto va más allá de un asunto de "nostalgia": la raíz como base d ela formación personal. Por otro lado, se manifiesta una dura denuncia social respecto a su visión respecto a la delincuencia; cuando la educación debiera constituir una herramienta fundamental para surgir y salir adelante, tanto las autoridades como la sociedad en sí se reduce a estigmatizar a quienes viven en condiciones vulnerables, al punto de cerrarles las puertas y dejarlos morir en un círculo vicioso de nunca acabar. Musical y conceptualmente, una muestra de categoría y urgencia que parece escasear en estos tiempos (?). 


4.- "Elvis Is Dead": Más allá de la polémica que genera a primera vista semejante título en el gigante del norte, el hit single del colosal "Time's Up" (1990) consiste en una declaración de principios con una buena cuota de ironía. La figura de Elvis Presley como ícono de la 'cultura pop' en USA, los mitos que rondan en torno a su muerte y la devoción religiosa que genera a nivel transversal... Living Colour se atrevió a tocar lo intocable y, con la participación del entrañable Little Richard en las voces, le echa en cara a toda una nación la verdad detrás del temprano y global éxito del "Rey". El Rock n' Roll en su esencia es de piel negra y Elvis sólo fue el canal que le dio popularidad. Las cosas como son: siempre es bueno dejar descansar a los muertos. 



5.- "Pride": Si hablamos de crítica social en su forma más cruda, Living Colour nos brinda cátedra de aquello a través de "Pride", sutil dedicatoria a una sociedad hipócrita y racista que, desde la llegada de los europeos a América, venden un falso discurso de igualdad. Una historia oficial con héroes y villanos clasificados por quienes pretenden ocultar los crímenes de los colonos, lo que se traduce en una cultura de ignorancia, una enseñanza deformada sobre lo que ocurrió hace cinco siglos y una reinvindicación de la verdad por sobre cualquier salamería patriota. Uno de los cortes más filosos y consistentes del repertorio de los neoyorkinos, potente hasta la médula tratándose de una fórmula musical sin límites y un mensaje tan incómodo como real. 


Recuerda que Living Colour regresa a nuestro país el próximo martes 11 de Junio en el Club Chocolate de la capital. ¡Puedes encontrar tus tickets acá!


Escrito por: Claudio Miranda



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