La información fue divulgada a través del sitio web de Billboard en donde se mencionó a dos personajes en particular: a un tal Tony DiCoccio, asociado a los cuatro jinetes, y a Bob Roux, presidente de la mencionada ticketera. Según trasciende el medio, fue la filtración de una conversación entre ambos sujetos en donde se acordaba guardar tickets para ser movidos en el mercado de reventa y así obtener mayor ganancia por estos.
Se estima que cerca de 4000 tickets por show fueron los que se dejaban para cometer el acto, y así, lucrar casi de forma "oficial" con los miles de fanáticos que no escatimaron en nada a la hora de adquirir los boletos para ver a Metallica.
Aún se desconoce si los miembros de la banda estaban al tanto de dicha maniobra. Los representantes por su parte niegan haber tenido información alguna sobre el caso. Aún así, el mencionado DiCoccio aún trabaja junto a ellos. Según la ticketera, estos aseguraron que sus procedimientos siempre se realizan con el consentimiento de quienes trabajan junto a ellos, contraponiéndose a la versión que los cercanos a la agrupación brindaron a la prensa.
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