Renovados, con nuevos bríos y estrenando adelanto de lujo para lo que será su próximo trabajo en estudio. Así vuelve a las pistas Metal Command luego de largos meses de receso, con variaciones en su alineación y resurgiendo las ganas de comerse al mundo, como viene siendo desde sus inicios y la publicación del apabullante "Legacy" (2017), un trabajo que en vivo triplica el poder devastador con que la joven agrupación local estampa su firma, dotada de la madurez propia de un veterano de mil batallas en el Metal Extremo.
Que el lugar del regreso fuera el ya tradicional Bar de René, fue una decisión tan acertada como la elección de los invitados al ritual en cuestión. Es cierto que el motivo de peso de la convocatoria, además de la nueva formación, fue el estreno del video y single "Entropía", una generosa muestra de lo que se viene para el cuarteto en lo inmediato. Pero también fue la ocasión para tasar en acción la alta factura con que The Antarctica Project se levanta como un nombre a tomar en consideración por estos días.
Pasadas las 11pm los primeros en subir a escena fueron los jóvenes músicos de The Antarctica Project. Con una propuesta contemporánea y a ratos vanguardista, apegada a lo que es la nueva escuela del metal, el quinteto encendió de entrada al público con “Adamant” y “Kiseiju”. El promedio de edad de los músicos no superaba los 25 años de seguro. Aún así, todos los músicos se complementan de buena forma, como si la banda tuviese años de trayectoria sobre los escenarios, cosa que no es así, ya que como grupo existen desde 2016. Sin embargo, detalles como su corta carrera y la poca experiencia que quizás puedan o no tener, pasaron totalmente desapercibidas.
Con muchos más puntos a favor que en contra, los muchachos continuaron con su innovador set mostrando gran parte de lo que es, hasta ahora, su único trabajo de estudio “Transmute” (2018). Con cortes como “Hohenheim” y “Timebreaker” los fans de la banda comenzaron a abrir el extraño y “poco ortodoxo” mosh, en donde quienes ingresaron al “círculo” comenzaron a elaborar una especie de baile con golpes al aire que no le llegaban ni a las pocas moscas que podían haber dentro del recinto. Pero eso es harina de otro costal.
En cuanto a la ejecución del set, muy buena utilización de recursos y efectos por parte de las cuerdas y excelente manejo del tempo por parte del encargado de los tarros. No es sencillo elaborar música prog, en donde manejar dichas técnicas pareciera ser hoy parte de un deporte olímpico, el cual los jóvenes de The Antarctica Project ejecutan de forma muy profesional. Joao, quien acompañó en las voces, posee una potente técnica para el género. Se nota que lo que hace en conjunto con la banda es lo que a ellos les pertenece: el metalcore progresivo, un género al que, te guste o no, es imposible quedar impasible.
Tomando en cuenta el camino a tomar respecto a los reparos del sector más purista, The Antarctica Project, consciente de ello, se hace cargo del fierro caliente que puedan llegar a portar. Ya para el cierre con “Assymethric Equilibrium” y “Ominous Valley” los músicos se habían echado al público al bolsillo. Asistentes de todas las edades se dieron el lujo de disfrutar a una banda que cumplió y gustó, generando una impresión de experiencia y veteranía respetables. Si el quinteto continúa por la misma senda e incluso sigue trabajando para mejorar día a día, lograrán sí o sí consolidarse como uno de los fuertes platos de los carteles futuros que puedan darse en Chile. De eso no cabe duda.
Pasadas las 11pm los primeros en subir a escena fueron los jóvenes músicos de The Antarctica Project. Con una propuesta contemporánea y a ratos vanguardista, apegada a lo que es la nueva escuela del metal, el quinteto encendió de entrada al público con “Adamant” y “Kiseiju”. El promedio de edad de los músicos no superaba los 25 años de seguro. Aún así, todos los músicos se complementan de buena forma, como si la banda tuviese años de trayectoria sobre los escenarios, cosa que no es así, ya que como grupo existen desde 2016. Sin embargo, detalles como su corta carrera y la poca experiencia que quizás puedan o no tener, pasaron totalmente desapercibidas.
Con muchos más puntos a favor que en contra, los muchachos continuaron con su innovador set mostrando gran parte de lo que es, hasta ahora, su único trabajo de estudio “Transmute” (2018). Con cortes como “Hohenheim” y “Timebreaker” los fans de la banda comenzaron a abrir el extraño y “poco ortodoxo” mosh, en donde quienes ingresaron al “círculo” comenzaron a elaborar una especie de baile con golpes al aire que no le llegaban ni a las pocas moscas que podían haber dentro del recinto. Pero eso es harina de otro costal.
En cuanto a la ejecución del set, muy buena utilización de recursos y efectos por parte de las cuerdas y excelente manejo del tempo por parte del encargado de los tarros. No es sencillo elaborar música prog, en donde manejar dichas técnicas pareciera ser hoy parte de un deporte olímpico, el cual los jóvenes de The Antarctica Project ejecutan de forma muy profesional. Joao, quien acompañó en las voces, posee una potente técnica para el género. Se nota que lo que hace en conjunto con la banda es lo que a ellos les pertenece: el metalcore progresivo, un género al que, te guste o no, es imposible quedar impasible.
Tomando en cuenta el camino a tomar respecto a los reparos del sector más purista, The Antarctica Project, consciente de ello, se hace cargo del fierro caliente que puedan llegar a portar. Ya para el cierre con “Assymethric Equilibrium” y “Ominous Valley” los músicos se habían echado al público al bolsillo. Asistentes de todas las edades se dieron el lujo de disfrutar a una banda que cumplió y gustó, generando una impresión de experiencia y veteranía respetables. Si el quinteto continúa por la misma senda e incluso sigue trabajando para mejorar día a día, lograrán sí o sí consolidarse como uno de los fuertes platos de los carteles futuros que puedan darse en Chile. De eso no cabe duda.
Con las luces del recinto ubicado en avda Santa Isabel ya apagada y la lugubre intro con que inicia cada presentación, la espera llega a su fin, primero con el visionado del video de "Entropía", una excelente pieza audiovisual que nos puso de inmediato al tanto con el comienzo de nuevo ciclo. Al guitarrista y cantante Kevin Ibañez y el bajista Javier Castillo, se les suman las contrataciones estelares: el guitarrista Matías Bahamondes y el baterista Rodrigo Zúñiga, ambos integrándose con fluidez al ensamblaje de Metal Command y desatando su furia titánica de la mano de "The Chaos". De inmediato nos encontramos con una agrupación reforzada en todas sus líneas,tanto el dominio técnico como el espectáculo con que la música es capaz de abrir una grita en el cielo.
No hay tiempo que perder y una vez finalizado el primer bombardeo, la masa lombardesca de Rodrigo Zúñiga le brinda a "Oxygen" el impulso necesario para que un repleto bar de René se someta a la superioridad con que Metal Command impone sus términos sin ofrecer nada que no responda a sus instintos asesinos. Una máquina infernal que, además de la buena música, también proyecta un sentido del espectáculo en base a la química con que sus cuatro componentes.
En una hora podemos apreciar las virtudes de un combo que, pese al largo tiempo fuera de los escenarios, vuelve como si nada y gozando de una envidiable salud. Menester recalcar la labor de Matías Bahamondes compartiendo tareas con Kevin Ibáñez en las guitarras, de manera equitativa e intimidante por igual, mientras Javier Castillo en el bajo aporta con su ímpetu a la altura del dominio instrumental con que la solidez musical se vuelve una cátedra. En batería, el despliegue técnico de Rodrigo Zúñiga resulta abrumador y refrescante a la vez, un lujo cuando se trata de explotar en cada golpe todas las fronteras existentes en el Metal Extremo.
"My End" y "Grinder", una dupla letal que en vivo nos pone de rodillas y anticipa el estreno en directo del single "Entropía", el cual encaja sin peros en un repertorio sin fisuras. Y es ahí donde radica el éxito de Metal Command como acto en vivo a nivel local; el trabajo duro y el profesionalismo con que la edad de sus integrantes no es más que una estadística al lado de la clase con que la música expone su grandeza inherente. Por ende, la calurosa aprobación del público bastó para que toda idea respectiva reluciera triunfante, pero sin descuidar el horizonte.
Como broche de oro para una noche redonda, la.embestida mortal de "Eterna Oscuridad", prueba final de un regreso que augura un futuro que, esperemos, supere toda expectativa en torno a una de las revelaciones de.la década que se nos va. Promesas cumplidas y realidades a aprovechar. Metal Command despertó de un sueño reparador, suficiente como para pensar en el próximo desafío, uno mayor y de gran envergadura.
Galería
En una hora podemos apreciar las virtudes de un combo que, pese al largo tiempo fuera de los escenarios, vuelve como si nada y gozando de una envidiable salud. Menester recalcar la labor de Matías Bahamondes compartiendo tareas con Kevin Ibáñez en las guitarras, de manera equitativa e intimidante por igual, mientras Javier Castillo en el bajo aporta con su ímpetu a la altura del dominio instrumental con que la solidez musical se vuelve una cátedra. En batería, el despliegue técnico de Rodrigo Zúñiga resulta abrumador y refrescante a la vez, un lujo cuando se trata de explotar en cada golpe todas las fronteras existentes en el Metal Extremo.
"My End" y "Grinder", una dupla letal que en vivo nos pone de rodillas y anticipa el estreno en directo del single "Entropía", el cual encaja sin peros en un repertorio sin fisuras. Y es ahí donde radica el éxito de Metal Command como acto en vivo a nivel local; el trabajo duro y el profesionalismo con que la edad de sus integrantes no es más que una estadística al lado de la clase con que la música expone su grandeza inherente. Por ende, la calurosa aprobación del público bastó para que toda idea respectiva reluciera triunfante, pero sin descuidar el horizonte.
Como broche de oro para una noche redonda, la.embestida mortal de "Eterna Oscuridad", prueba final de un regreso que augura un futuro que, esperemos, supere toda expectativa en torno a una de las revelaciones de.la década que se nos va. Promesas cumplidas y realidades a aprovechar. Metal Command despertó de un sueño reparador, suficiente como para pensar en el próximo desafío, uno mayor y de gran envergadura.
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Fotos: Antonia Cárdenas
Escrito por: Claudio Miranda
Bastian Gómez (The Antarctica Project)
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