Resulta sorprendente e injusto el lugar al que se ha relegado a Turbonegro. En una época en que el grunge y el britpop se tomaron los dos lados del Atlántico, los noruegos apostaron por preservar la locura rockanrolera que remeció la década del '80, pero asumiendo que esto iba más allá del cabello cardado y el spandex. La apariencia daba igual y así quedó demostrado en una discografía que incluía punk, glam, blues y Hard Rock como parte de un ADN que jamás se sometió a las tendencias reinantes de esos años. El batatazo con "Apocalpyse Dudes" (1998) fue la prueba definitiva de una identidad basada en la libertad artística y el Rock n' Roll como bandera de lucha sin entelequias ni desvaríos ajenos a la necesidad interna.
Remarcamos la injusticia de la historia con Turbonegro por la influencia universal de su firma, destacando nombres tan disímiles entre sí como Kyuss, Mastodon, Ratos De Porao y Behemoth. La etiqueta pasa a 2do plano cuando la pasión por el Rock n' Roll es lo que debiera primar como Declaración de Principios, una forma de ver el mundo y navegar contra la corriente en una época en que parecía todo adormecerse y hundirse en una profunda depresión, a veces con síntomas suicidas. Para Turbonegro, el fenómeno de Seattle y el resurgir del pop británico en Manchester eran harina de otro costal, lo nuestro es hacer música que podamos tocar con las bolas puestas, al más puro estilo de AC/DC.
Originario de Nessoden, las primeros pinos levantados se remontan a las cenizas de "De Dype", banda integrada por el multi-instrumentista Thomas Seltzer y el baterista Rune Grøn, ambos pilares fundamentales hasta hoy. Ambos fueron los chicos integrantes constantes en una serie de alineaciones distintas a nivel de nombres pero con una cualidad en común: un sentimiento punk que le daba cara a la muerte, sumando un constante ataque hacia lo políticamente correcto.
Esa vocación provocativa fue la que inmortalizó a Turbonegro como un estandarte moderno del Rock n Roll más canalla y puñetero, limpiándose el culo con la censura y los juicios morales. El Adolf Hitler con retraso mental que dibuja fielmente "Bad Mongo", por ejemplo, derivó en controversia para los medios y la opinión pública, al punto de ser acusados de hacer apología al nazismo cuando la realidad es que se trataba de un palo directo a lo "políticamente correcto".
Como banda nacida en Noruega, de Turbonegro se esperaba que lograra moldear un sonido ligado al Black Metal de sus coterráneos, allá a fines de los '80 y comienzos del '90. Pero para "Happy Tom", la mente maestra, la idea del espectáculo al estilo del shock Rock de los '70 y el puñete del Punk terminaría por forjar una firma que sus mismos creadores llamarían "deathpunk".
La década del '90 fue fructífera y apasionante, con un catálogo discográfico que no sabe de fisuras ni escatima recursos para barrer con toda norma moral que se cruce en el camino de Turbonegro. "Helta Skelta" (1993), "Never Is Forever" (1994), "Ass Cobra" (1996) y el fundamental "Apocalypse Dudes" (1998), todos trabajos comparables a la era dorada de Ramones, con el humor pervertido de The Stooges como condimento principal.
Pese a los frecuentes cambios de formación durante sus tres décadas de carrera, la personalidad irreverente de Turbonegro parece no tener fecha de vencimiento y se fortalece como una institución que no distingue edad y sexo. Está claro: si vas a ofender, hazlo con todos.
Recuerda que Turbonegro se presenta este viernes 13 de septiembre en el Club Blondie de la capital. Puedes adquirir tus entradas en este enlace.
Pese a los frecuentes cambios de formación durante sus tres décadas de carrera, la personalidad irreverente de Turbonegro parece no tener fecha de vencimiento y se fortalece como una institución que no distingue edad y sexo. Está claro: si vas a ofender, hazlo con todos.
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Escrito por: Claudio Miranda
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