El "otro", el menor respecto a su 'tutor' con más renombre, pero su importancia en el ensamble de Megadeth resulta vital para entender la solidez con que la legendaria banda californiana se consagró como puntal del Speed-Thrash Metal en su faceta más técnica y compleja. Hablar de David Ellefson va más allá del eterno cómplice y compañero de correrías de Dave Mustaine, sino también de un prócer del bajo como instrumento de gran presencia en el Metal, al punto de sumarse como una 3ra guitarra sin dejar un solo espacio vulnerable. En ese aspecto, el Basstory con que el oriundo de Minnesota se presenta en espacios más reducidos para fans, melómanos y músicos que crecieron escuchando su música, deriva en una experiencia soñada para quienes desean entablar un cordial encuentro con Ellefson y, al mismo tiempo, disfrutar de cerca de la calidad interpretativa de un sello que ha hecho escuela durante más de tres décadas.
Es menester hacer mención, por supuesto, de la alineación que acompañó al veterano bajista, todos músicos que descuellan con luces propias en la División de Honor del Metal nacional. Partiendo por Gabriel Hidalgo en la guitarra, referente supremo de la guitarra en el género y su compañero Pablo Stagnaro en batería, ambos músicos de primer nivel y con presencia latinoamericana. Para la ocasión, la voz estuvo a cargo de Nico Borie, guitarrista y cantante de Parasyche, una de las agrupaciones revelación de la década que se nos va. Una mezcla de experiencia y juventud, complementada por un profesionalismo a toda prueba, suficiente como para entenderse con tamaño prócer del Metal a nivel mundial.
El inicio con "Dawn Patrol" no pudo ser más acertado. De una, con el Jackson plateado marcando presencia como su versión en estudio y sumergiéndonos de lleno en la infinidad de posibilidades con que el sonido clásico de Ellefson/Megadeth construye una muralla impenetrable, mientras Borie, Stagnaro e Hidalgo reproducen con fidelidad la contundencia con que la música echa fuego sin perder el control. Pegada y casi sin aviso, "Tornado Of Souls" termina por desatar el caos y la fiesta. Pieza inamovible en el repertorio clásico de los californianos y perfecta para apreciar las virtudes probadas de un músico cuya experticia técnica le jura lealtad eterna a la canción como el centro de todo antes del lucimiento personal. Por supuesto, la personalidad de Ellefson sobre el escenario se siente intimidante y cálida a la vez, al punto de acercarse a los fans con la espontaneidad propia de los grandes.
El primer saludo a los fans por parte del reconocido bajista se vio acompañado por una breve introducción a su carrera, destacando el éxito que tuvo con Megadeth a finales de los '80 y comienzos del '90, esta última la década en que la popularidad de la banda se tradujo en participaciones en soundtracks de películas taquilleras en esos años. Entre ellas, "Last Action Hero" -protagonizada por Arnold Schwarzenegger- la cual incluye "Angry Again", uno de los cortes presentes en el set y elevada a la categoría de clásico por derecho propio. De ahí, una rareza como "If You Were God" - de su disco solista "Sleeping With Giants", editado este año aunque la canción en cuestión data de 1993, con el bajista defendiéndose con soltura en la voz principal- se convierte en un pasaje obligado para quienes siguen la carrera de Ellefson fuera de Megadeth.
Si los malpensados en su momento pensaron que "She-Wolf" estaba hecha para ser un himno de estadio, en un recinto como el Rock & Guitarras fue un verdadero incendio, con la dupla Hidalgo-Borie mandándose un trabajo notable en las guitarras, mientras Pablo Stagnaro prácticamente se dio un gusto como compañero de labores del propio Ellefson en el andamiaje rítmico. En grande, con la música como protagonista y un David Ellefson alborozado, aprovechando la instancia para presentar su libro "Life With Deth" y hablar de sus influencias bajísticas, entre ellas el entrañable Ian Hill, bajista fundador de Judas Priest y a quien el músico estadounidense define como influencia determinante en su carrera musical.
Una electrizante "Paranoid" -con Stagnaro tirando el chiste respecto a la famosa anécdota de Mustaine gritándole a Nick Menza durante su grabación hace un cuarto de siglo- y el arranque punketa de "Anarchy In The UK", ejercieron de corolario para la confesión pronunciada por Ellefson sobre la fusión de Metal y Punk con que el Thrash Metal estalló como revolución subterránea en todo el globo durante la década del '80, y de la cual Megadeth fue generador y partícipe junto a un centenar de músicos y agrupaciones, destacando junto a Slayer y Anthrax.
El "aguante Megadeth!" con que "Symphony Of Destruction" triunfa y gusta sin discusión, catarsis total para una jornada que, pese a su condición formal de "clínica", poco de aquello importó a una fanaticada que vive y muere por todo lo que significa Megadeth, dentro y fuera de la música. Y tras la dupleta conformada por "Breaking The Law" y "Ace Of Spades" -para qué mencionar de quiénes son-, llega el remate con "Peace Sells", en una versión apegada a la original de 1986, chisporroteante y mortífera en toda regla, sin dejar nada en pie, arrasando con todo a su paso. Volando a la velocidad de la luz y dejando otra huella imborrable en lo que respecta a su relación con Chile, David Warren Ellefson nos brindó una clase magistral de arquitectura de agresión, la misma que le permitió a él y su tocayo "amigo-guía" construir un imperio destinado a perdurar mientras todo a su alrededor se oxida en paz.
Fotos: Diego Pino
Escrito por: Claudio Miranda
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